Díganmelo
en serio, ¿qué ocurre en Puerto de la
Cruz que los rumores planean, hasta tal punto, que me siento
intrigado? No sé si es cierto o son habladurías eso de que estamos remontando
nuestro vuelo como ciudad turística, que se habla de revitalización y orden
turístico… Eso es lo que necesitábamos. ¿Ven como me lo estoy creyendo? ¿Es una
trama, un engaño o es cierto que en breve habrá sorpresas portuenses? Y que
calladito se lo tenían. Lo que temo,
sinceramente, es que los proyectos y acuerdos comiencen a desmoronarse
accidentalmente; también se habla de eso, que nuestros ediles no están
conformes con ciertos detalles… Bah, eso siempre ha sido así en nuestro
municipio, hoy dicen que si y mañana que no, por sistema... Es que piensan
mucho y son capaces de cambiarlo todo en un abrir y cerrar de boca.
En
nuestra ciudad, ya lo he dicho antes, se han hecho muchas obras, sólo que no se
ven. Proyectos que, aunque muy lentamente, culminan y acaban sorprendiendo. Se
da el caso, muy común, que la gente dice que no se ha hecho nada y eso no es
cierto, mucho se ha contraído y de acuerdo a las circunstancias económicas de
los momentos difíciles que nos ha dado vivir, no se puede correr más. Cuando
hay ayudas importantes se puede triplicar las cuadrillas de trabajadores para
acabar antes, pero si las coyunturas aconsejan mesura hay que ser consecuentes.
Todo no es soplar y hacer botellas, es necesario el ingrediente dinero.
A
través de la TV,
recientemente, oí decir desde el extranjero, que Puerto de la Cruz es el destino ideal para
gozar unas deliciosas vacaciones, e incluso, para quedarse a vivir; que es el
lugar más bello, mejor clima y gentes magníficas. Sinceramente, me emocioné y
hasta sentí un repentino escalofrío. ¡Mi Puerto de la Cruz! Nos aclaman con cariño
y ese es el mejor referente para que sentemos
bases y hagamos cuanto sea posible por mejorarlo en todos los sentidos.
¿Qué
dicen los expertos en turismo a todo esto? ¿Se animan a tal desafío, van a contribuir
con sus experiencias y vocación profesional hotelera? Pero no puedo obviar la
imperiosa necesidad de que nuestros ediles dejen participar a esos maestros
innegables, ya muchos jubilados, que fueron los artífices que generaron la fama
turística de Puerto de la Gruz,
Tenerife y demás islas canarias. A ellos le debemos aquella popularidad
internacional que hizo época. Ellos están pendientes del grave problema de
nuestra ciudad, pero necesitan que nuestras instituciones cedan esas oportunas
circunstancias y dejen actuar como sólo ellos saben hacerlo. No son políticos,
economistas, ni títeres o marionetas del turismo. Repito, son maestros del gran
oficio de Hostelería.
Admito
que nada se consigue sin acierto, sin un detenido estudio pormenorizado que
garantice el éxito deseado, pero tampoco dejar transcurrir años tras años
pensando siempre en lo mismo, como diría el cazador: Mareando la perdiz que al
final de cuentas termina por mudarse de sitio e irse a otra parte donde no la
fastidien tanto. Agilizar la burocracia, no dejar que el tiempo arregle todos
nuestros problemas. Eso nunca sucedería, hay que aprovechar las oportunidades
que la suerte nos depare, que no se pierdan los capitales de aquellos
inversores que quieren trasladarse aquí, donde no les pongan tantas pegas
administrativas. Ese es uno de los mayores dilemas nuestros, la desconfianza en
las gentes que traen los dineros para invertirlos y como es natural tener sus beneficios.
Y, negligentemente, los dejamos ir a donde no les fastidien tanto. Muchos
millones se nos han ido a lugares distintos. Luego, no tenemos derecho alguno a
quejarnos continuamente, porque ellos invierten donde mejor les va.
Otra
formula válida sería un consenso entre todos los municipios del norte de
Tenerife apostando por el espacionismo turístico, donde cada cual aporte las
excelencias de que dispongan y todos los medios necesarios como para satisfacer
sus necesidades y apetencias vacacionales.
Celestino
González Herreros
celestinogh@teleline.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario