10/5/13

HABLEMOS DE TODO Y UN POCO DE TURISMO






El problema del tráfico rodado en nuestras islas es caótico y muy complejo; cuando sales  a comprar algo no hallas donde aparcar y los comercios permanecen vacíos. Hay gente que necesita comprar, pero no pueden estacionar su vehículo, a menos que lo suban a las aceras o cierren las entradas y salidas de las calles peatonales más inmediatas. Sale el cliente del coche y ya le están exigiendo que lo mueva, sales del comercio, vuelves a entrar y en ese baile te cansas y te largas sin comprar. Ese es el gran problema. Mala organización y falta de previsión. Hay comercios que apenas venden un par de artículos al día y como comprenderán así no se puede prosperar, primero pagar el alquiler del local, empleados, luz, agua, etc. Al final la única solución es cerrar el negocio, con ello hasta ganan dinero, más que si vendiera lo normal. ¿Cómo se resuelve el conflicto? ¿Ya lo están estudiando? Hay gentes que se van a los municipios contiguos y existe el mismo problema, no hay donde aparcar, ni que vayas a La Laguna o a Santa Cruz, que resulta mucho peor. Hay quienes dicen que dejemos el coche, que caminemos… Ahora bien, ¿los viejos no tenemos derecho a ir de compras, salir de casa? Luego cargamos los paquetes o tomamos un taxi, ¿a cuánto sale la compra? La maquinita, el taxímetro, no para y las colas son cada día más largas. Pongamos que viviéramos en la periferia del casco urbano, personas mayores, niños y enfermos, cuando tienen que ir al médico. Es un asunto muy gordo y el tiempo corre sin que nadie aporte una solución. Donde tantos listos hay, por favor, a ver si descubren donde está el mago que nos resuelva dicho problema. Caminar… Todos no tienen piernas de atletas, ni la edad consiguiente para trasladarse mil o dos mil metros para comprar un par de bombillas eléctricas, ni salud suficiente como para echarse a la calle por necesidad, hacer alguna diligencia indispensable. Ni tienen suficientes familiares dispuestos ayudarles, aunque estén en el paro. No saben ustedes la cantidad de personas ancianas que viven solas y sin tener quienes las aseen y les hagan comida, sin llevar correctamente el control de los medicamentos que estuvieren tomando, con hijos en buena posición económicas, aunque digan que no pueden pues trabajan, para cuidarles o les busquen quienes lo hagan por ellos, si tan ocupados están. Menos si se trata de pagar a una persona o asistente que se ocupe de su familiar… Pero cuando fallecen se pelean por la herencia, algunas reliquias sentimentales y muy poco dinero. Cosas de la vida muy discutibles y vergonzosas.
 
Volvamos a la solución del tráfico rodado. Si hubiera buena voluntad en resolverlo, no creo que fuera tan difícil, claro que no soy yo el más indicado para ponerla en práctica. Para eso hay gentes más lúcidas y con mayor capacidad intelectual que sepa desenvolverse, claro, eso requiere mucho trabajo, dedicación completa e interés personal por solventar ese dramático asunto del tráfico.




Celestino González Herreros
          celestinogh@teleline.es



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