LOS CIEGOS TAMBIÉN CREEN SÓLO QUE
DESCONFÍAN
Tantas
veces nos han engañado haciéndonos concebir ilusiones estériles que al final
sólo generan eso, desconfianza… Y ya uno está mayorcito para que jueguen con
nuestros sentimientos. No soy tan incrédulo como parezco, pero aquel dicho que
dice: “gato escaldado de agua fría también huye”. Es un juego de palabras que
dicen mucha verdad. Se que a mi edad no voy a ver realizado nuestro ansiado
muelle pesquero, comercial y deportivo, tal vez mis nietos y los hijos de estos
si, pero que se acuerden del viejo, cuando publiqué estas líneas y con un
título tan sugestivo. Llevan más de treinta y cincuenta años engañándonos, creo
que es tiempo suficiente como para sentirnos molestos. Mas, es posible que esta
vez, gracias al tremendo empujón de toda la gente del norte, desde Puerto de la Cruz, acertemos, al menos, a
ver colocada la primera piedra, símbolo de perseverancia pública. Pero que no
vengan luego con historietas respecto a nuevas crisis…Que no nos salgan con
aquello de que las cosas no salen siempre como uno desea y tengamos que esperar
otro montón de años más.
El
destino de todas las cosas es imprevisible y el enemigo siempre acecha, casi no
duerme, está maquinando la forma de truncar nuestros justos deseos.
¡Cómo
me gustaría ver las Obras en marcha y a todos contentos!, pero los ciegos de
espíritu no ven realidades… Sólo sospechan y dudan de su destino.
Al
saber la noticia de los millones que dicen tenemos seguros, sentí una emoción
indescriptible, mi alegría fue inmensa. ¿Saben de quienes primero me acordé?
Fue, de tantos viejitos pescadores y marinos portuenses que ya no están,
materialmente, entre nosotros. ¡Cómo lo hubieran celebrado! Hubiese sido a su
modo, yendo al lugar más cercano a jincarse un par de copitas de caña y con los
vapores del licor, dándole gracias a Dios, mantener en el aire la segunda copa,
pensando en la suerte de todo el pueblo, hoy abierto al progreso turístico y la
pesca que era lo nuestro y lo de nuestras familias, callados protagonistas en
sus justas aspiraciones… Si ellos, nuestros viejos marinos y pescadores
pudieran ver en su día la flota de barcos de todos los tamaños cruzando
nuestras envidiables aguas y el Puerto de la Cruz modernizado y activo atendiendo la gran
demanda turística; y el personal feliz, trabajando con entusiasmo y orden
político y social, demanda que nuestra idiosincrasia siempre ha ofrecido
realidades, y esta vez, no sólo iba a ser un hermoso sueño… Los viejitos
ausentes y nosotros, ante un horizonte tan prometedor, que irá ampliándose cada
día más, será una realidad más con nuestro trabajo y la mejor conducta social
tan necesaria y con la participación de todos.
Celestino
González Herreros
celestinogh@teleline.es
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