Háblame del mar,
marinero,
de tus largas
aventuras
y no pocas
desventuras.
De tu amor
primero...
Y lo que dicen
las brisas
que te llegan
desde lejos,
de aquellos
recuerdos viejos
que eclipsaron
tus sonrisas,
cuyos rumores
traen sones
con cadencias
marineras;
son cual aves
mensajeras
de allende y
lejanos rincones.
Háblame del mar,
marinero,
déjame escuchar
tu canto
y de las olas su
llanto,
háblame del amor primero.
Sí, sigue al
cielo mirando
a la estrella
que corrió...
¡Ay!, lo que tu
alma sintió:
que la mar te
estaba llamando.
Háblame del mar,
marinero
"y cuéntame
tu historia",
que no hay
muerte sin gloria
cuando el amor
fue sincero.
Hoy con tu
ilusión perdida
en el recuerdo
le llamas
diciéndole
cuanto le amas
añorando su
pasajera vida...
Y con el alma
vencida
divagas por el
pasado,
sobre la mar
extasiado
ocultando tu
cruel herida.
Háblame del mar,
marinero,
déjame escuchar
tu canto
y de las olas su
llanto.
Di algo de ese
amor primero.
Cuando al cielo
mirando
aquella estrella
corrió
y tu corazón
presintió
que el mar te
estaba llamando.
*****
Celestino
González Herreros
Poema dedicado a Martín
Pérez González, D.E.P.
un valiente portuense, un
aventurero de verdad, que en su día dirigió como patrón náutico la famosa
motonave “El Telémaco”
sin cartas ni sextantes,
desde La Gomera
hasta Venezuela...
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