18/3/13






CUANDO LA CELOSA LLEGA NO AVISA ENTRA Y NOS LLEVA


No se realmente si estoy en lo cierto, o quizás equivocado; no existe el mañana, a menos que Dios disponga lo contrario. Al ir a descansar cada noche las sienes sobre la mullida almohada y dejarnos vencer debido al incesante y continuo desgaste diario, buscamos los brazos de Morfeo, el plácido sueño nos domina, ignorando si será un trance eterno o simplemente transitorio al despertar el alba y sentir que hemos conseguido, por la divina gracia de Dios, despertar con el nuevo día.

Entonces, la oración primera es de gratitud, el miedo a morir se disipa, la vida sonríe y el hombre en sus profundas manifestaciones da gracias a la vida… Dios es la vida, decide siempre su divina voluntad, todo se lo debemos a EL, el aire que respiramos, el trabajo que ejercitamos y las acciones que cumplamos y que nos definen, nos arruinan o nos engrandecen, todo depende del camino que hayamos elegido. La vida, es pues, un soplo divino que nos acerca o nos separa de nuestra eterna salvación. No estamos seguros de si habrá un nuevo mañana terrenal, pero si entendemos las ordenanzas divinas. Hoy se van unos, mañana nacen otros que ocuparan ese prestado espacio tristemente perdido. Las familias nunca mueren, nos vamos unos y en cambio cada vez esa familia crece más y más… Sólo quedan los recuerdos, no sólo los de sus actos personales, predomina siempre los verdaderos conceptos cristianos y aquellas sabias lecciones que los viejos vayan dejando a las nuevas generaciones.

Anoche me dieron la triste noticia de que había muerto de repente un viejo amigo, que ya se lo habían llevado… No tuvo tiempo ni de decirle adiós a su familia, ni echarle una última mirada a todas sus cosas personales y decidir respecto a ellas. Ahí queda eso; y se fue liviano como cuando vino al mundo, ni se le oyó su lamento postrero. Ahora sólo nos queda pedirle a Dios lo tenga a su lado, que lo cuide él era un buen muchacho y amaba mucho a su familia y a sus amigos.



Celestino González Herreros
        celestinogh@teleline.es


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