Comprendo que a veces es más difícil recibir que el hecho de pedir o
rogar, exigir es más fácil… No nos damos
cuenta de que otras tantas veces, es casi imposible complacer a los que
quisiéramos poder ayudar de verdad. Cuántas veces quisiéramos dar por zanjados
asuntos realmente importantes y no disponemos de los medios al alcance de
nuestras manos; y nos queda la pena de no haber podido complacer al que en
realidad nos necesita. Aunque según dice el viejo refrán: Más consigue el que
quiere que aquel que puede. Ahí entra en juego la voluntad del hombre, la buena
disposición de las personas que razonando debidamente, aciertan a comprender
las necesidades de los demás.
Comprendo también, que los distintos responsables de cada Área
Municipal, aparte del propio Alcalde, más quisieran poder hacer, en ello les va
no solamente el reconocimiento de su pueblo, esos méritos pocas veces
alcanzables con miras no sólo a su propio futuro, sino también al respeto del
que se hacen acreedores y el afecto consiguiente.
Ya sé que es difícil hacerle entender a determinadas personas lo
importante del razonamiento.
También hay otro refrán que dice: Ningún camello se ve su joroba…
Evidentemente, nadie es perfecto en esta vida, todos cometemos errores y muchas
veces involuntariamente; ni siempre nos salen las cosas como las hemos
planeado. Ello no quiere decir que la persona referida se haya degradado, ni
perdidas sus nobles cualidades, sus verdaderos méritos.
Despotricar de alguien a sus espaldas es muy fácil para algunos, sobre
todo si no tienen limpia su conciencia. ¿Seguimos con los refranes? Nunca
llueve a gusto de todos… Y no olvidemos que los conceptos personales que
tengamos de los demás, los afectos, las simpatías, etc., respecto a los demás suelen ser recíprocos,
bueno hipotéticamente. A mí mismo me ha ocurrido, no tragar bien a una persona y
luego, después de tratarla varias veces,
resultarme ser una magnífica y amena persona, sin aquellos defectos que
le veía. Algunos habrán pensado de mí igual. He ahí la importancia de la
comunicación, el milagro de la cercanía, del trato humano.
Trasvolando, acercándonos a nuestros respetables políticos, por ejemplo,
si ellos se acercaran más a nosotros, estoy seguro que iban a entendernos
mejor, o por lo menos, íbamos a considerarnos mutuamente y sin recelos, de
acuerdo a las circunstancias existentes. Tanto ellos, como nosotros, necesitamos
acercarnos más. Nosotros conocer sus problemas, sus inquietudes y desconsuelos,
sus precariedades, sus pesares, ya que son seres humanos con las mismas
dificultades que sufrimos nosotros y sin medios al alcance se ven impotentes
muchas veces al no poder cumplirnos…
Ellos saben nuestros problemas, conocen las necesidades de nuestros
pueblos, pero no hallan los medios capaces que les permitan resolver tantos
problemas existentes.
Nuestro sistema de Educación está sufriendo idénticas situaciones, nuestra
Sanidad, la misma Justicia…
No trato de justificas esta tremenda crisis que estamos viviendo,
tampoco con ello resolveríamos el problema. Tolerancia t solidaridad serían las
únicas armas para seguir luchando, quizás hasta estemos venciendo algunas
batallas que por pequeñas ni se notan, pero sí, con el tesón y el coraje de
vencer la verdadera guerra que nos devuelva la paz perdida y volvamos a ser
competitivos, laboriosos en el trabajo y fieles a nuestros principios. Tenemos
que aprender a disculpar, si lo conseguimos volveremos a ser lo que fuimos.
Celestino González Herreros
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