¿CÓMO
ENMENDAR UN POSIBLE DESCUIDO?
Hay cosas que resultan
incomprensibles en la vida de los pueblos y que dan lástima, a saber. Intuyo
que aquellas personas que tan altruisticamente pensaron en erigir un monumento
que nos recuerde a la distinguida personalidad de don Francisco Bonnín Guerín,
particularmente como exquisito acuarelista, aún puedan vivir algunos, no hayan
protestado, después de haber logrado sus sanos propósitos de honrar el nombre
del homenajeado, en la actualidad rodeado de múltiples contenedores de basuras,
de todos los desperdicios inherentes a la añosa Plaza del Charco y aledaños más
próximos, sin que nadie levante ni un solo dedo ante tal escarnio y falta de
respeto.
¿Saben qué? Mejor quitar tal
busto de ese fétido lugar y por ética y dignidad lo trasladen a cualquier otro
lugar y dejen ese reducido y pestilente espacio, si quieren, sólo para la
basura. Aunque sea fuera de contexto, allí donde va a parar tanta mal oliente
porquería debieran, también respetar las Residencias turísticas del lugar,
Debieran improvisar unos cuartos adecuados para encerrar los despojos del lugar
y evitar con ello malos olores y las posibles infecciones que ello conlleva.
Pero, siguiendo con don Francisco. Creo
que merece estar rodeado de flores, de sus rosales trepadores, sus frondosas
buganvillas, espacios ajardinados y a la vez resguardados de los perros y
maleantes callejeros.
Don Francisco Bonnín Guerín
bien merece el máximo respeto e incondicional trato en tantos años negado. Y no
entiendo porqué. En cualquier otro lugar del mundo civilizado no hubiera
ocurrido tanto descuido, repito, seguramente involuntario. Como dice el refrán:
“El vivo al bollo y el muerto al hoyo. Esto de las estatuas si no dejas
ganancias, con el tiempo también las perderemos. A buen entendedor… A veces, lo
mismo ocurre en los cementerios, muchos olvidan a sus muertos cuando se han
gastado las herencias…
En este particular caso no se
trata de que hubo en nuestra ciudad otros muchos hombres y mujeres, dignos
también de ser homenajeados de igual forma. Que haberlos los hay. Y muchos, en
el caso que nos ocupa.
Sólo he querido señalar un
descuido más de nuestra confusa Sociedad, donde hemos perdido tanto y
menospreciado lo poco que nos ha quedado o que, lamentablemente, hayamos
perdido.
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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