VENEZUELA
AL HILO DE LOS ACONTECIMIENTOS
No he desistido, me reafirmo
en todo lo que haya escrito en mis espontáneos artículos, como colaborador
desinteresado, acerca del gran dilema de Venezuela. Aún sigo creyendo en la
necesidad de buscar soluciones convincentes que minimicen el desastre socio
económico que sufren nuestros hermanos de allende los mares.
No intervengo, esta vez, en
el renglón preocupante de lo político. ¡Qué difícil se pone la cosa! Un país
dividido políticamente, es como una familia rota, en quiebra e irreconciliable.
Es como ver volar por el aire, peroles que van y vienen en distintos sentidos.
Y tener que soportar, mal sonantes frases dirigidas con certeza o no; y
despropósitos mal intencionados acompañados de falaces frases intimidatorias y
ridículas, a la vez, de un lado y otro. Apena, sinceramente, ver al sufrido
pueblo aguantar la "metralla" política existente, unos y otros, sólo
busca conservar sus posiciones ventajosas o no, para dominar situaciones apetecidas.
Les seré sincero, he oído
tanto, de uno y el otro bando, que, acabo por no entender nada. Un elevado
porcentaje de venezolanos están temerosos. ¡Válgame Dios!, y yo que creía lo
contrario... Hablas con todos, escuchas los noticieros, ves televisión, etc., y
hay quienes están contentos, y otros tantos descontentos.
No he desistido, seguiré
pensando, que mí querida Venezuela, un día u otro, resurgirá de entre la
controversia y el malestar sufrido por sus gentes. Ahora todos luchan por lo
mismo, según sea la óptica de cada cual. Lucha la corrupción por salvar sus
intereses; luchan los evasores del "Fisco"; el hampa por sus
demarcados territorios de acción. Los escuálidos por sus derechos; y el
Gobierno, por consolidar su Constitución.
Una cosa, si me parece
lamentable, es que la Oposición
al Régimen actual, esté siempre a la caza de las "criollísimas expresiones
del Presidente de la
Nación. Es que, el pobre hombre, sin cerrar la boca, cuando
habla, ya está distorsionando el
significado de las frases que haya dicho en sus discursos populares. Creo que
no hay tan mala intención en lo que dice. Hay que conocer bien la jerga popular
del venezolano, aunque de hombres cultos se tratara. No hay etnia que juegue
más y mejor, que ese pueblo hermano. Juegan con las palabras y hacen tan ocurrentes
frases y refranes, que, difícilmente, uno llega aprenderse todo ese tesoro
dialéctico, de cabo a rabo. El venezolano que no quiere entender a su hermano,
cuando este se expresa como tal, es que no es bueno ni consigo mismo, aunque
sea de distintas ideas políticas, distinto color o de otro arraigo religioso.
Yo conozco a mis gentes, lo
que no me preocupa es, el camino que cada cual elija; óiganme, sabiendo
comportarse dentro de un orden democráticamente llamado social, no hay
problema, lo malo es que se trastornan fácilmente, y suelen venderse hasta por
una frase cariñosa y cuanto más por una falsa promesa… Es lo que ha sucedido en
Venezuela. Hay mucha pobreza y paradójicamente, que sea en el país más rico…
Entonces nada debe detenerles, sólo sus propias convicciones. Todo lo demás son
proyectos, modificaciones y tiempo para realizarse, falsas promesas. No se
pueden descuidar esos importantes factores, si no, caeremos en los mismos
errores sufridos. Poco a poco, ese tiempo nos devolverá las oportunidades
perdidas y la paz apetecida.
En los actuales Comicios el
resultado puede ser satisfactorio para todos, porque no podemos negar que la
soberanía del pueblo siempre ha sido plural. No está bien que todos los beneficios
sean para los mismos, se ha logrado casi por completo el equilibrio necesario
que compense juiciosamente los destinos del país. Ya el próximo año, el pueblo
va a tratarse, entre ellos, de tú a tú. Se acabarán, Dios mediante, los
numeritos circenses a los que nos tenían acostumbrados… Llegó la hora de llamar
las cosas por su nombre, al pan pan y al vino vino; y es posible que el pueblo
aprenda a respetarse mutuamente y a ejercer las tareas políticas asignadas con
responsabilidad y mucha seriedad. Y el Presidente de la Nación estará obligado a compartir
sus obligaciones con la
Oposición y éstos, recíprocamente, con las altas esferas
nacionales. Acabar con el crimen, los robos, secuestros chantajes, y un largo
etc. La Revolución
social, agrícola y ganadera, la petrolera, sanidad y cultura, entre todos y con
buena fe. podrán salir adelante y Venezuela llegará muy alto en la opinión
internacional. Dentro de seis o siete años, si llego, recordaré esta humilde y
optimista contribución. Aún hoy no sabemos los resultados, lo que si es cierto
es que no habrá un empate, pero si, expectación… Es necesario que se respeten las reglas del juego y que no
recurran a “la trampa política” Dentro de pocas horas lo sabremos, así pues,
felicidades y que gane el mejor, en este caso es el pueblo soberano.
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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