Las expectativas
canarias sobre los polémicos Guachinches
No sólo digo esto por decir
algo, cuando me refiero al tema de Los Guachinees, Casas de Comidas,
Restaurantes, Comedor Popular, Comedor de Lujo, etc. Y que conste, comparto
aquello que dice: Amor no quita conocimiento. “La legalidad siempre hay que
respetarla” Lo que me ha parecido injusto, es que no hayan avisado a los
respectivos guachinches de las nuevas normas muchísimo antes, no haber dado las
Licencias para luego retirárselas. Muchos señores de ambos lados han hecho
considerables gastos en actualizar y remozar sus negocios y al cabo del tiempo
de nada les ha servido tantos gastos.
Antes; y no hace mucho tiempo,
decíamos: Vamos al Guachinche tal, que tiene buena carne y buen vino… Aquello
siempre está lleno. ¿Por qué será?
Años y más años haciendo lo
mismo y hasta se editaron libros con las Rutas secretas del vino en Tenerife,
de Manuel Mora Morales, por ejemplo, titulado El Libro de Los Guachinches. Otros
más se han publicado.
Se acordarán de mí, los
guachinches que quedan desaparecerán todos; y es una lástima. En su lugar habrá
estupendos Comedores, atendidos por camareros uniformados, manteles y
servilletas de tela, variados platos de comidas a la carta, lugares con
aparcamientos propios, etc. De guachinches nada; y por supuesto, las cuentas
subirán considerablemente. Y con el tiempo, no nos permitirán entrar al Local
sin corbata. Silencio absoluto y nada de tacos mal sonantes. Habrá muchas
señoras acompañadas o solitarias. No se les ocurra llevar una guitarra, lo
linchan. Estos negocios si que es posible que progresen, también tienen más
gastos impositivos, e igual que de personal, e infraestructuras propias de
dichas empresas. Y como digo al principio de este alegato: “La legalidad
siempre hay que respetarla”, que amor no quita conocimiento…
Las Casas de Comidas o
Restaurantes, también tienen sus derechos que piden sean respetados. Jugamos
todos o rompemos la baraja; y en consecuencia están buscando la forma de
complacerles para que no haya piques, ni discriminación alguna. Todos saben a
qué me refiero, ahora bien, para estar tieso como una escoba en un lugar sin
ambiente, regularizado hasta los Servicios del Aseo, etc., mejor me quedo en mi
casa y ahí me las arreglo, aunque no es igual.
Fíjense que no he nombrado a la Policía de Tráfico y
demás.
Ahora me pregunto: ¿Por qué en
nuestras villas, pueblos y ciudades, no abren más negocios de estos? Y los
negocios existentes, ¿por qué no han progresado más? ¿Será la calidad de los
vinos y el lugar del origen de estos? Los canarios hasta hoy, seguimos siendo
canarios, tenemos nuestras costumbres, tradiciones muy antiguas y no vamos a
renunciar a ello, así por que sí. Somos diferentes, ya lo sé, pero nunca menos
que los demás y vamos donde nos hallemos mejor, con moscas y todo lo demás.
Sabemos a donde vamos. Lo que si era necesario, es controlar los vinos a
granel, por la propia salud.
En fin, hay para todos los
gustos, lo importante es que nos atiendan con esmero, higiene y consideración.
Aunque nunca han de confundir lo que es un guachinche con lo que es un
restaurante. Y los lujos hay que saber diferenciarlos y pagarlos también. Hay
gentes para todo y leyes que cumplir.
Los dueños de los
Restaurantes, por ejemplo, se quejan de que la competencia que les han estado
haciendo los guachinches es desleal y pagan más al estado mientras la clientela
se les dispersa por otros derroteros… Se lamentan al sentirse lesionados
económicamente.
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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