NO
NOS CANSEMOS DE BUSCAR EN EL PAJAR
El recorrido en coche que me
vi obligado hacer, de ocho a nueve de la noche, fue tortuoso y lo más doloroso
para mí, llevar a un matrimonio de Alemania que hablan algo de español, para
oírles protestar por lo oscura que está nuestra ciudad turística por las
noches. No se veía ni las gentes cruzando las calles a pasar de las luces de mi
coche. Ni sabías si ibas a rozar algún vehículo que estuviera aparcado.
¡Asombroso!, dentro de la ciudad, a unos metros de distancia, no conocías a las
personas que venían de frente. Tuve que aguantar las burlas de mis amigos los
turistas alemanes que al mismo tiempo no salían de su asombro. Eso es ahora –decían
ellos- en otras ocasiones, cuando hemos venido de vacaciones, no ha sido así.
¿También están recortando la intensidad de la luz eléctrica?
Desde la parte alta del Puerto
de la Cruz , no
se veían ni las casas, como si una nube gris se hubiera posado sobre el pueblo.
Verdad, así no podemos seguir. Ya, no hace mucho tiempo, escribí algo sobre el
particular, como suelo hacerlo, suplicando una respuesta satisfactoria. Pero no
se dignan exponiendo las razones precisas, sólo el silencio por respuesta. Más
de una vez he pensado que será que no saben expresarse o no tienen educación.
Da igual para ellos, pero para mí no. Lo mejor es no promocionar nuestra ciudad
a los turistas, que los visitantes saquen sus propias conclusiones; y que
cuando regresen a sus respectivos países de origen, sean comprensivos y no
cuenten nuestros defectos, como si lo harán otros, poniéndonos como ineptos
para llevar a buen término nuestro negocio del turismo, la única fuente de
trabajo de que nos valemos hoy; y que si no saben explotar dicha fuente de
trabajo, que se dediquen a otra cosa. ¿Qué quieren que les diga?
Nos desplazamos a distintos
lugares de la ciudad a ver si había más luz eléctrica, pero nada, hasta que
decidimos salir del coche y comenzamos a caminar, medio a oscuras, claro está y
nos fuimos a una terraza y con unas cañas de cerveza nos tranquilizamos. No hay
derecho a esto. La verdad es que lo pasé peor que los turistas. ¡Qué vergüenza!
Ya dije en una ocasión,
que una
ciudad a oscura es una ciudad muerta. Mas, seguiré repitiéndolo, pésele a
quien le pese. Seguiré recordándolo mientras nos obliguen a vivir en penumbras,
en tinieblas. ¿Acaso es por aquello de la crisis? Me parece que se está
extrapolando mucho el asunto… ¿Dónde van a parar nuestros impuestos? Tampoco lo
sabemos.
Aquí nadie sabe nada de nada,
como diría un sabio que ya no está entre nosotros: “Para conseguir un político
honrado es como buscar una aguja en un pajar, pero si lo hallas cuídalo mucho,
por que ya hay muy pocos de los buenos”. Verdaderamente, es que estas últimas
palabras consuelan, no nos cansemos de buscar en el pajar, que no hay mal que
dure cien años ni ser que lo resista.
Esperemos a que se prendan los
luceros del alba y luego mostremos los encantos de nuestra querida ciudad.
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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