Es
escalofriante ver y oír las noticias a través de la
T.V. que nos llegan desde Venezuela; y como
ocurre casi siempre, insisten en reflejar las penurias de una buena parte del
pueblo, siempre los más pobres, los mal organizados, los que peor viven.
Tremendas colas para poder comprar lo poco que hallen, por que ni hay qué
comprar aunque lleves dinero. Lo mismo ocurre en las farmacias y demás puestos
de venta. La verdad, es triste ver esa pobre gente desvalidas, atormentadas y
desilusionadas. No se consigue la harina para las arepas, ni los espaguetis, ni
arroz, azúcar, etc. Alimentos básicos y los medicamentos de urgencias. La gente
llora y patalea…
Ahora
bien, ¿todo el país padece igual las mismas necesidades? La clase medio alta y
los poderosos o ciudadanos mejor organizados, ¿cómo viven? ¿También hacen cola
desde las seis de la mañana para comprar un kilo de azúcar? Ellos no salen en la T.V. y hace pensar que todo
es una trama política midiendo diferencias para fortalecer sus pretensiones
electorales y consignas políticas. La verdad es que se nota la miseria que
reina en ese país tan rico.
Los venezolanos no han sabido aprovechar tantas oportunidades pasadas, aunque los respectivos gobiernos nunca fueron equitativos, eso es sabido; no quisieron salir del círculo vicioso en el que siempre han estado inmersos, siempre estuvieron sumidos el su natural flojera; y han vivido como han querido, sin sacrificarse y obligando a las mujeres a traer hijos al mundo para empobrecerse más al no poder criarlos debidamente, ni educarlos como debe ser. Que trabajen otros mientras ellos puedan tener sus beneficios.
Digamos
que existen dos clases de criollos, los de los ranchitos de cartón y los de
pueblos y ciudades, gentes preocupados por su porvenir. Estos y aquellos que no
piensan ni sueñan un futuro mejor. Así es difícil sacar a un país adelante por
muy rico que sea. Hasta que lleguen los de fuera y les metan mano a la
agricultura, la ganadería y la pesca. Que si no siembras trigo no tienes
harina. La tierra siempre fue abandonada o al menos trabajada con perspectivas
de futuro. No es igual sembrar un poco de yuca y cambures que grandes
extensiones de todo lo que da el campo, para lo cual implicaríamos al Gobierno
a mover el asunto. Habría comida para todos y sobraría, pero… hay que trabajar
mucho y lo triste es que vengan luego unos bandoleros y expropien las tierras
que han trabajado otros. ¿De donde sale la comida? Todo lo que consumen lo
importan, tanto los alimentos como demás artículos de primera necesidad.
Y no hablemos de la delincuencia callejera, las gentes viven con miedo, las mafias de malandro viven a su aire y campean por doquiera y no hay voluntad de ponerle remedio al asunto. Hay funcionarios suficientes, pero les da flojera enfrentarse a la realidad para erradicar el mal. Y tienen un ejército que de nada les vale. Y petróleo suficiente con el que compran voluntades a mansalva. Lo regalan a otros países, mientras el pueblo no puede adquirirlo por que escasea y suelen racionarlo.
Cada
día asesinan miles de ciudadanos, se matan entre sí mismo por una simple
disputa política o social.
Las
pobres mujeres y los niños son los más perjudicados, son los que más están
sufriendo tremendo desajuste social. No me digan que en Venezuela hay
democracia…
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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