27/4/13

Y VOLVERÁN LAS OSCURAS GOLONDRINAS





 ¿Volveremos a ver los rebaños de cabras patear por las calles de nuestros modernos pueblos, incluyendo las peatonales? ¿Volveremos a comprar la leche en la misma puerta de nuestra casa al pasar los cabreros o el carro de la lechera? ¿El guardia dirigiendo el poco tráfico, en las cuatro esquinas principales, como antaño? Nuestras respetables gangocheras, ¿volverán a llamar a nuestras puertas ofreciendo su pescado fresco, o iremos a la pescadería?.. Como fuera sana costumbre, antes, ¿volverán los señores curas a repartir bendiciones y algunas estampitas al ser interceptados por la chiquillería en plena calle? ¿Volverán los médicos a ver a los enfermos a domicilio, complacidos al ser solicitados sus servicios profesionales, a la hora que fuera? ¿Volveremos a bañarnos en nuestras playas como era antes, y volveremos a montar las casetas de caña y tela? ¿Volveremos a mandar a los niños a las escuelitas particulares?.. ¿Volveremos a comprar en las ventitas y usaremos la libretita para apuntar los fiados? ¿Volveremos a usar los servicios de los señores zapateros? ¿Volveremos a usar cholas de esparto o de gomas, para andar? ¿Volveremos a criar gallinas en el patio trasero de la casa y alguna cabra?

Sólo pregunto, dada las circunstancias y lo que se nos avecina. No obstante, es posible ser más optimistas, pienso a la vez, que superaremos esta crisis, según superamos otras anteriormente. Con dignidad y no pocos sacrificios… Al comienzo, acostumbrados a vivir en la abundancia y sin mirar hacia atrás, costará asumir el reto que nos espera.

Quienes lo van a tener más difícil son los jóvenes, ya que no están acostumbrados a otra forma de vida, como aprendimos nosotros, los viejos de hoy. A nosotros no nos dieron tanto como les hemos dado a nuestros hijos y a los hijos de los hijos, que realmente no les ha faltado nada desde que vinieron al mundo. Indiscutiblemente, la culpa ha sido nuestra al no querer que conozcan  y sufran privaciones, sin sospechar el daño que les estábamos haciendo.

Yo digo, si esto que en realidad está comenzando, a corto o medio plazo, no se arregla, va a ser un verdadero calvario; sospecho que las nuevas generaciones no van a saber resignarse a sufrir tantas limitaciones que nos esperan, hasta que vayan comprendiendo la magnitud del problema y de que, sin sacrificios no habrá salida. Se acabarán las pretensiones de niños de papá y si no hay trabajo lo tendrán que buscar, aunque sea debajo de las piedras. De todas formas, trabajo siempre habrá, sólo que hay que ejercerlo de la forma que sea, para llevar algún dinerito a la casa y poder comer caliente.

Mas de cuatro van aprender a valorar las oportunidades que les brindó la vida y fueron desaprovechadas, por aquello de que se les caen los anillos… Se va acabar ese complejo de creerse ricos sin más… Paradójicamente, quienes lo van a tener mejor serán los que tengan un trocito de tierra, el agricultor. Siempre lo he dicho. La tierra es muy generosa, sólo que hay que trabajarla como lo hicieron nuestros antepasados, sin gafas de sol, cadenitas colgando, anillos,  ni relojes de oro, doblando la cintura de sol a sol y dándole al suelo el cariño que se merece, trabajando con ilusión.
Del mar vendrán los peces como una bendición del Cielo, las papas del campo y los granos.
¿Otra vez las colas en los molinos del gofio? Y las Oficinas de Extensión Agraria. Los gallos cantarán en el casco de los pueblos y ciudades. Y los perros harán sus necesidades fisiológicas en las esquinas de la casa de su dueño. Y el lacero acechándoles… Los chochos en las tascas y volverán las moscas a invadirnos y no hablemos de las cucarachas y ratones.
Tampoco es para asustarse tanto, la Humanidad así lo ha querido. Habrá más guerras por el petróleo y más hambre. Mas, habrá gente que casi no notarán estas crisis, porque van a seguir viviendo bien, acaparando lo poco que haya, pero son los menos. Los que si aumentará es el porcentaje de pobres y habrá más indigentes que cuando la pos guerra española. Lo que si puedo augurar, que habrá menos enfermedades. Los cementerios tienen más cruces expuestas por haber comido mucho que por haber comido poco. Se acabarán las porquerías y los niños obesos se corregirán, aunque aumenten las anemias... Los nuevos ricos van a tener que desayunar con leche y gofio, si quieren sobrevivir. Y sus señoras aprenderán administrar la moneda, privándose de tantos gastos superfluos…
Con todo lo dicho no pretendo ser derrotista, ni asustar a nadie, así son las cosas. ¡AH!, los políticos verán la forma de estudiar la posibilidad de ir quitando impuestos y multar al prójimo, menos, si no, no alcanzará para comer, vestir y muchas y perentorias necesidades más.

Habrá menos coches circulando y ni tantos funcionarios públicos. Y, en cambio, habrá más burros por las calles y mulas cargando mercancías de acá para allá, para abaratar los precios. Volveremos a usar el carbón y la leña…Volveremos a fabricar las bebidas gaseosas y el sifón para brindar en las fiestas. Todo va a convulsionarse y los nostálgicos como yo, volveremos a recrearnos en los efectos de la Globalización, el Medio Ambiente y nuestras tradiciones, que ya casi las habíamos perdido.

Así pues, demostremos de cuántos esfuerzos cívicos somos capaces de hacer. Venceremos esta crisis y cuántas quieran venir, a fin de cuenta, siempre hemos vivido infravalorados, en desventaja respecto a las demás comunidades españolas, vistos como aventajados por el resto de la Europa a la cual pertenecemos y afortunados, ellos sabrán porqué.
Saldremos adelante, pongámonos las pilas y apretemos nuestros cinturones, así el viaje será más seguro y llegaremos.



Celestino González Herreros
         celestinogh@teleline.es





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