JUNTOS OTRA VEZ
Los
seres humanos buscamos habitualmente el calor de nuestros semejantes,
valoramos, a veces, más su silencio que cualquier otra manifestación perecedera
de afecto y en dicho vacío emocional pensamos nuevamente en ese encuentro que
nos devuelva la paz perdida, aquel sentimiento bondadoso que en medio de ese
silencio responde a nuestras apetencias… Lo he logrado, muchas veces, trasponer
ese idílico umbral, para desde el aturdimiento sensorial, cual lamentable situación,
a las delicias que te ofrecen las consoladoras palabras de aquellas personas
que entienden el problema que se sufre, la falta de comunicación, el
alejamiento del infinito, de aquellos estímulos de las pérdidas que añoramos
tantas veces y que hoy estamos tratando de superar…
Y como suele decirse: La vida sigue su curso
invariable y a nuestro alrededor nos vigilan, sufren también nuestro gran
dolor, después de haber perdido aquella resplandeciente ilusión.
Se acabó, aunque nunca olvidemos sus insustituibles
recuerdos. Aquello ha sido como un grato sueño de amor que llegaría,
literalmente, a su fin., pero que en la vida real siempre estará presente, su
calor, su voz, el fragor de sus pasos cuando se nos acercaba, el aliento suyo.
Todo perdurará a nuestro alrededor y ello genera fuerzas para seguir viviendo.
Aún le tenemos a nuestro lado y no olvidemos aquello de estar juntos otra vez
en ese divino edén donde siempre hallaremos, juntos… aquello que en vida
creíamos que nos pertenecía por completo. ¡Aquel amor prestado por Dios!
No son palabras calculadas, lo mismo me gustaría que
me dijeran si perdiera, alguna vez, el amor de mi vida. No me gustaría que me
compadecieran, y si, que me dieran fuerzas nuevas que me permitieran resistir
tanta soledad y que al cabo del tiempo vuelva ser la misma persona que anime a
mis amigos, a mi familia y cuantos siempre han creído en mis naturales
sentimientos.
Celestino González Herreros
celestinogh31@gmail.com
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