29/7/13




Ya se olvidaron de los incendios, que ya comenzaron. Aquí, en Tenerife, los responsables del tema están, supuestamente, pacientemente esperándolos. Que si un foco, que si otro foco, que si dos más… Y a los dos o tres días llegan los hidroaviones, cisternas para apagarlos cuando se han quemado miles de hectáreas de nuestros montes, cultivos, casas, etc. Entonces comienzan las improvisaciones, las cámaras de TV, los bomberos voluntarios y los oficiales, además cuerpos de protección civil cuando no hay quienes puedan contener el furor de las llamas. Máxime si se acentúan los soplos de los alisios… Todo un año han tenido para ir organizándose o evitarlos, pero no han hecho nada. Hoy en la mañana estuve contemplando la maleza seca que abunda por doquiera. Sin ir tan lejos, en el Valle de la Orotava, en Puerto de la Cruz; y concretamente, en la Urbanización El Durazno, entre las casas y la vía pública, al alcance de los asiduos peatones y tráfico rodado, una simple colilla de cigarrillo encendida bastaría para crear un desastre que ha podido evitarse, pasto de las llamas. Pero, salgámoslo de ese lugar, aunque donde quiera que vayamos y nos alcance la vista, sólo vemos campos abandonados, hierbas secas y matorrales igual de secos, tantos que asombran. Francamente, no parece que hubiera responsables que se ocupen del asunto, sólo saben salir en la foto cuando las circunstancias les obliga a salir de sus madrigueras para que los vean al lado del fuego como héroes del desastre. Y nadie toca el tema con autoridad e inteligencia, por si se queman nuestros montes y demás patrimonios. Eso es, como si no tuviera gran importancia. Ya lloverá y los matojos secos se mojaran, entonces se acabará el fuego y todos contentos.

Luego vienen las falsas promesas. Para la próxima ocasión el Gobierno Central nos regalará cuatro aviones, coches para los bomberos, equipamientos necesarios para que no pasen tantos apuros, en fin, en la próxima ocasión, desde mañana mismo, venceremos a los incendios desde cuando comienzan, no habrá tantas pérdidas materiales, ni al Gobierno Central le saldrán tan caros esos continuos desastres cada año en las Islas Canarias. Por falta de previsión, de seriedad y de carácter. A Madrid hay que pedirle con anticipación lo que nos corresponde. Los incendios no avisan, surgen de repente. Cualquier descuido humano puede producir una lamentable tragedia. Por otra parte, hay que extremar la vigilancia. ¿Y quienes son los responsables? Díganmelo ahora, no cuando se hayan producido. Esa ha sido siempre nuestra debilidad respecto a exigir los medios necesarios al Gobierno Central o a quienes nos representen.

Aquí lo que más urgentemente necesitamos son políticos con carácter. Que la divina Providencia nos proteja de esos desastres imprevisibles, pero si evitables, esos efectos devastadores en el caso de los incendios.



Celestino González Herreros
         celestinogh31@gmail.com















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