Ya
se olvidaron de los incendios, que ya comenzaron. Aquí, en Tenerife, los
responsables del tema están, supuestamente, pacientemente esperándolos. Que si
un foco, que si otro foco, que si dos más… Y a los dos o tres días llegan los
hidroaviones, cisternas para apagarlos cuando se han quemado miles de hectáreas
de nuestros montes, cultivos, casas, etc. Entonces comienzan las
improvisaciones, las cámaras de TV, los bomberos voluntarios y los oficiales,
además cuerpos de protección civil cuando no hay quienes puedan contener el
furor de las llamas. Máxime si se acentúan los soplos de los alisios… Todo un
año han tenido para ir organizándose o evitarlos, pero no han hecho nada. Hoy
en la mañana estuve contemplando la maleza seca que abunda por doquiera. Sin ir
tan lejos, en el Valle de la
Orotava, en Puerto de la Cruz; y concretamente, en la Urbanización El
Durazno, entre las casas y la vía pública, al alcance de los asiduos peatones y
tráfico rodado, una simple colilla de cigarrillo encendida bastaría para crear
un desastre que ha podido evitarse, pasto de las llamas. Pero, salgámoslo de
ese lugar, aunque donde quiera que vayamos y nos alcance la vista, sólo vemos
campos abandonados, hierbas secas y matorrales igual de secos, tantos que
asombran. Francamente, no parece que hubiera responsables que se ocupen del
asunto, sólo saben salir en la foto cuando las circunstancias les obliga a
salir de sus madrigueras para que los vean al lado del fuego como héroes del
desastre. Y nadie toca el tema con autoridad e inteligencia, por si se queman
nuestros montes y demás patrimonios. Eso es, como si no tuviera gran
importancia. Ya lloverá y los matojos secos se mojaran, entonces se acabará el
fuego y todos contentos.
Luego
vienen las falsas promesas. Para la próxima ocasión el Gobierno Central nos
regalará cuatro aviones, coches para los bomberos, equipamientos necesarios
para que no pasen tantos apuros, en fin, en la próxima ocasión, desde mañana
mismo, venceremos a los incendios desde cuando comienzan, no habrá tantas
pérdidas materiales, ni al Gobierno Central le saldrán tan caros esos continuos
desastres cada año en las Islas Canarias. Por falta de previsión, de seriedad y
de carácter. A Madrid hay que pedirle con anticipación lo que nos corresponde.
Los incendios no avisan, surgen de repente. Cualquier descuido humano puede
producir una lamentable tragedia. Por otra parte, hay que extremar la
vigilancia. ¿Y quienes son los responsables? Díganmelo ahora, no cuando se
hayan producido. Esa ha sido siempre nuestra debilidad respecto a exigir los
medios necesarios al Gobierno Central o a quienes nos representen.
Aquí
lo que más urgentemente necesitamos son políticos con carácter. Que la divina
Providencia nos proteja de esos desastres imprevisibles, pero si evitables,
esos efectos devastadores en el caso de los incendios.
Celestino
González Herreros
celestinogh31@gmail.com
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