Como
ver cruzar el espacio una bandada de aves con rumbo fijo y en acrobático orden,
yo preveo mis pensamientos como ideas disolubles que retozan en mi mente
buscando una oportuna grieta en dicho espectro para escapar y salir del
aburrido encierro, donde a veces, es tan difícil rescatar su verdadera esencia
emocional. Aunque la espera sea larga y las horas se prolongaran, siempre iba a
surgir el momento esperado y con ello, aquellos revoltosos duendecillos se vuelcan
en el blanco papel donde les recibo más animosamente; y departo con ellos mis
dudas… Poco a poco voy ganando espacios y me voy integrando en el disuelto
amasijo de ideas y palabras, de tímidas expresiones y valientes decisiones, me
voy haciendo fuerte en esa dialéctica lucha contra la ignorancia, la ignominia
y el descaro. Sin habérmelo propuesto me enfrento a la pura realidad y siento
tal desencanto…
En
tanto la vida corre, como suele decirse, las horas, los días y los años
transcurren con el natural vértigo del tiempo, digamos, en blanco... Como si no
hubiera remedios para resolver las tragedias de este mundo que sólo la han
causado los egoístas, los calculadores, especuladores y aventajados
protagonistas de nuestra contienda actual. La opulencia degenerada contra la
más triste pobreza. Pero no les importa, sus bienes están a buen recaudo y se
van incrementando con las mentiras y las falsas ilusiones que nos quieren
trasladar. Ellos serán mañana los culpables del verdadero desastre: la
insurrección social. Quizás el hambre se acabe con la muerte, pero de las
cenizas y rescoldos aún encendidos de nuestra actual situación política y
social, no progrese como habrá pensado muchos, y den al traste frente a la
verdadera justicia algún día.
Esa
ebullición de ideas y contradicciones, esos temores nunca fueron infundados por
mis propios pensamientos, se ven venir y muy estúpido hay que ser para no
entenderlo. ¡Que no somos tontos! Y que conste, no soy yo solo quien lo dice. A
los hechos me remito, cada vez más, en Tenerife, aumentan los índices de
parados, menos puestos de trabajo y más gentes de afuera enchufados… ¿Qué pasa
con nuestra juventud? ¿Quiénes son los
que velan por ellos?
Agachémonos,
ya vuelven las aves en acrobáticas bandadas, volando ahora hacia todos nosotros
y no sabemos cuál mensajes nos traen. ¡Cuidado, vienen decididas a despertar
este sueño nuestro que tanto daño nos está haciendo! Las aves también tienen
sed y hambre, no sólo de comida, están ansiosas de justicia social, de
respuestas firmes y consecuentes. Transparencias y honradez. Las aves de
nuestro pequeño universo saben volar alto y raso y saben despertar conciencias
aletargadas por el peso del poder… Aves,
duendes y aquel resquicio sentimental de la estrecha grieta que les dejó en
libertad.
Nada
más lejos es mi intención de pretender llamar a la insurrección, tanto política,
económica, como social. De todos es harto conocido que estamos viviendo una
golpiza cruel, que Canarias está empobreciéndose vertiginosamente y que las
ilusiones, las esperanzas y la espera no resuelven nuestros acuciantes
problemas. Creo que lo último es depender de los demás y mucho menos cuando no
nos escuchan como en realidad merecemos.
Celestino
González Herreros
celestinogh31@gmail.com
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