9/6/13

CUANDO LAS AVES VUELAN RASO AUGURAN TORMENTAS






Como ver cruzar el espacio una bandada de aves con rumbo fijo y en acrobático orden, yo preveo mis pensamientos como ideas disolubles que retozan en mi mente buscando una oportuna grieta en dicho espectro para escapar y salir del aburrido encierro, donde a veces, es tan difícil rescatar su verdadera esencia emocional. Aunque la espera sea larga y las horas se prolongaran, siempre iba a surgir el momento esperado y con ello, aquellos revoltosos duendecillos se vuelcan en el blanco papel donde les recibo más animosamente; y departo con ellos mis dudas… Poco a poco voy ganando espacios y me voy integrando en el disuelto amasijo de ideas y palabras, de tímidas expresiones y valientes decisiones, me voy haciendo fuerte en esa dialéctica lucha contra la ignorancia, la ignominia y el descaro. Sin habérmelo propuesto me enfrento a la pura realidad y siento tal desencanto…

En tanto la vida corre, como suele decirse, las horas, los días y los años transcurren con el natural vértigo del tiempo, digamos, en blanco... Como si no hubiera remedios para resolver las tragedias de este mundo que sólo la han causado los egoístas, los calculadores, especuladores y aventajados protagonistas de nuestra contienda actual. La opulencia degenerada contra la más triste pobreza. Pero no les importa, sus bienes están a buen recaudo y se van incrementando con las mentiras y las falsas ilusiones que nos quieren trasladar. Ellos serán mañana los culpables del verdadero desastre: la insurrección social. Quizás el hambre se acabe con la muerte, pero de las cenizas y rescoldos aún encendidos de nuestra actual situación política y social, no progrese como habrá pensado muchos, y den al traste frente a la verdadera justicia algún día.

Esa ebullición de ideas y contradicciones, esos temores nunca fueron infundados por mis propios pensamientos, se ven venir y muy estúpido hay que ser para no entenderlo. ¡Que no somos tontos! Y que conste, no soy yo solo quien lo dice. A los hechos me remito, cada vez más, en Tenerife, aumentan los índices de parados, menos puestos de trabajo y más gentes de afuera enchufados… ¿Qué pasa con nuestra juventud?  ¿Quiénes son los que velan por ellos?

Agachémonos, ya vuelven las aves en acrobáticas bandadas, volando ahora hacia todos nosotros y no sabemos cuál mensajes nos traen. ¡Cuidado, vienen decididas a despertar este sueño nuestro que tanto daño nos está haciendo! Las aves también tienen sed y hambre, no sólo de comida, están ansiosas de justicia social, de respuestas firmes y consecuentes. Transparencias y honradez. Las aves de nuestro pequeño universo saben volar alto y raso y saben despertar conciencias aletargadas por el peso  del poder… Aves, duendes y aquel resquicio sentimental de la estrecha grieta que les dejó en libertad.

Nada más lejos es mi intención de pretender llamar a la insurrección, tanto política, económica, como social. De todos es harto conocido que estamos viviendo una golpiza cruel, que Canarias está empobreciéndose vertiginosamente y que las ilusiones, las esperanzas y la espera no resuelven nuestros acuciantes problemas. Creo que lo último es depender de los demás y mucho menos cuando no nos escuchan como en realidad merecemos.


Celestino González Herreros
       celestinogh31@gmail.com



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