RECOMPENSA
MORAL DEL HONOR
El ser humano, como
responsable de su palabra, es enalteciéndola con su puntual pulcritud y respeto,
como debe conservarla. De nada la sirve al hombre con muy buenas cualidades si
desmerece de su honor, de su palabra empeñada en cualquier circunstancia de su
vida. La palabra dada hubo quién la significó como si fuera sagrada ante los
hombres. Si se da hay que cumplirla. Por eso, los mentirosos son repelidos en
la sociedad, son absolutamente inútiles.
En cualquier momento cada uno
de nosotros ha sufrido un desengaño al no cumplírsenos la palabra dada… Quedan
vacíos de todo contenido serio y responsable, nadie les solicita y tienen muy
pocos amigos o ninguno, cuando le descubren como un simple embustero.
Pienso que la palabra que se
da hay que cuidarla mucho y pobre de aquel que sea un desmemoriado, peca cada
vez que abre la boca. Y los hay que no conocen la vergüenza, por eso
insisto, cuando hablo con mis amigos,
que cumplir con lo que se ofrece es ganar la estima y el respeto infinito de
los demás mortales.
Nada se parece tanto a la
mentira deliberada, cuando el farsante, sólo él, conoce sus malsanos propósitos
y ve con indiferencia el daño que pueda causar consecuentemente.
Un honorable señor se
distingue de esa escoria, tratándole, cuando admiramos ese elevadísimo concepto
de la verdad y todo aquello que de ella se deriva. Así pues, cuidado al elegir
entre las personas que nos rodean, si antes no les conocemos bien desde los
distintos ángulos que le rodean. Y nunca nos fiemos de las apariencias
ciegamente, que suelen ser la primera trampa que nos ponen. Se puede convivir
con ellos e inclusive enriquecerles con buenas dosis de ética; y persuadirles
en lo posible, para que nunca más caigan en tan burda tentación de infidelidad ciudadana.
Celestino González Herreros
http://www.celestinogh.blogspot.com
celestinogh@teleline.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario