MASCARITA
JUNTATE CON NOSOTROS EN EL CARNAVAL
Ya se acercan Los Carnavales,
a revolver mandan, en los viejos baúles, a despolvar ropas en desuso,
sombreros, zapatos antiguos y corbatas desteñidas por el paso del tiempo. Creo
que las tiendas del ramo pocas ganancias van a tener, no hay dineros
suficientes como para gastar en telas y demás artilugios, además pasta
suficiente para confeccionar los distintos trajes que hasta el momento actual
era costumbre hacerlo de pocos años atrás. Aunque siempre hay algunos que no
tienen en cuenta la situación difícil que estamos viviendo, sin importarles las
carencias que tantas gentes sufre, Y si seguimos retrocediendo, volveremos a
usar las blancas sábanas y las caretas de cartón, a la vieja usanza.
Intuyo que cuando logremos
revivir aquellos días de ilusión, en Puerto de la Cruz resurgirá aquella
alegría incomparable con sabor a fiesta tradicional. Entonces no será necesario
gastar tanto para que podamos romper el fastidio de la actual crisis, al menos
en esos señalados días. Y habrá torrijas como antiguamente; y mataremos la
culebra como también era costumbre nuestra. Las calles portuenses serán como
ríos humanos celebrando esos necesarios momentos. La chiquillería y los adultos
hallaremos mil ocasiones para volver a vivir como fuera ayer en nuestra
bullanguera ciudad.
Repito, con menos dinero y más
entusiasmo la alegría rebosa… Me veo dando el coñazo en la Plaza del Charco sin
que me reconozcan aquellos viejos amigos y queridas amigas. Juntos los que aún
quedamos y que tanto disfrutamos cuando éramos más jóvenes. Todavía somos
capaces de dar algunas lecciones de cómo hay que divertirse sin problema
alguno.
Así, pues, ánimos les brindo a
todos, para que no desaprovechen la gran ocasión de “relajarse” un rato de esos
que no se repetirán jamás, ni habrá, tal vez, tiempo suficiente…
Precisamente, recientemente
acabo de ver en Internet viejas fotografías de los Carnavales antiguos y, desde
luego, algunas están del diez, cuánta imaginación y sencillez y derroche de
alegría transmiten las mismas. Tal vez los más jóvenes no entiendan el sentido
de mis palabras, la emoción que pongo en ellas. Es comprensible que para los
más viejos esos testimonios nos emocionen. Reconocí a muchos que ya no están
entre nosotros; y realmente da que pensar, aunque no lleguemos a alguna
conclusión… Qué extraña es la vida y cómo se extingue, yéndose por los
intrincados y ocultos caminos e invisibles veredas de nuestro efímero mundo de
inconclusas ilusiones y truncadas promesas. Gentes que aún parece que
estuvieran vivas, si hasta sonrían y transmiten calor humano y afecto infinito
mientras están presentes en esas fotografías del pasado y que antes fueran sus
ilusionados presentes, sin sospechar que el tiempo se acaba lánguidamente con
nosotros mismos.
Celestino González Herreros
http.www://celestinogh.blogspot.com
celestinogh@teleline.es
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