11/6/11

VENEZUELA ESPERANZA QUE CONVOCA

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A lo largo de mi vida como inmigrante en Venezuela obviamente, tuve que vivir miles de experiencias, unas más “divertidas” que otras, las cuales recuerdo como bagaje sentimental que han llenado las imborrables páginas de aquel pasado tan fascinante.

Responder a tu pregunta, de que si tengo - para que la cuente - alguna experiencia... Muchas se me agolpan en la mente buscando, no sé ciertamente qué, si la luz con alguna buena intención, como pudiera ser el consejo amigo; el mensaje irresistiblemente anecdótico con intenciones de preaviso... La vida siempre nos depara inesperadas sorpresas que nos dejan huellas imborrables hasta en el subconsciente, que, al perdurar en el recuerdo, ya forman parte íntima de nuestra propia voluntad. Y en base a eso, a veces los reflejos de nuestra conducta resultan más comedidos y acertados. Ya he dicho hasta la saciedad, que Venezuela fue una escuela inmejorable y fuente de aprendizaje para todos aquellos que la vivimos. No importa la edad, pues también los viejos aprendieron en sus distintas andaduras a valorar sus propias iniciativas y el poder dinámico de sus fuerzas. Aprendimos a valorar, en suma, aquello que dejaron atrás, ante todo; y a interpretar el papel social fuera de nuestro entorno familiar, con el equilibrio de todos los sentidos, respetando otros modelos de conductas fáciles de imitar con buena voluntad. Cediendo un poco se ha logrado el comienzo de una integración social muy necesaria para hallar la luz de la verdadera convivencia cívica y social. Después de esa armoniosa convivencia, cada día surgen nuevas experiencias que irán conformando la fortaleza de nuestro espíritu. Ceder en muchas ocasiones es regalar posibilidades de entendimiento, sin las cuales no es posible avanzar en nuestros proyectos, por ventajosos que estos fueran.

Querido amigo, esta es una de las más hermosas experiencias que he aprendido de la vida en el país hermano. Y puedes creerme, siento todas mis fuerzas renovadas cuando lo recuerdo.


Otro día les contaré algunos angelotes “chistosas”, que las hay en cantidad. Venezuela es un país muy alegre, fue y lo será siempre, a pesar de sus dificultades actuales y transitorias; pero observemos al pueblo que no se cansa de luchar y se enfrenta valientemente a todas ellas sin desmayo, porque saben que algún día y a corto plazo, será realidad su floreciente auge económico y social y volverá abrir sus amorosos brazos a Europa, para que sus hombres en paro forzoso o contratados... sin perspectivas de futuro, tras una Ley de Emigración nueva, puedan integrarse a ella bien cualificados, dinámicos y verdaderamente ilusionados. Para que expandan su riqueza ganadera y agrícola, que es la que va a mitigar, en gran manera, las deficiencias actuales, por sólo poner un ejemplo, y para ello, nadie mejor que el pueblo canario con capacidad de lucha, sacrificio y amor, como siempre se ha caracterizado. Existe un espléndido abanico de posibilidades en el campo laboral, no sólo ganaderos y agricultores, Venezuela es muy rica y generosa y guarda el Tesoro más grande de toda América y va a darnos la ocasión a Canarias de poder ayudarla.

Celestino González Herreroscelestinogh@teleline.es

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