Protección de menores
Todo niño, por el simple hecho de serlo y por su condición de ser humano, tiene los siguientes derechos que deben ser respetados en todo momento de su vida como tal. No habiendo alternancia alguna que lesione ese derecho. Por consiguiente, en nuestro Estado de Derecho, cúmplase esa Ley. Ellos son:
Vida prenatal.- Se debe considerar esos derechos desde su concepción y nacimiento, porque desde entonces pertenece a nuestra sociedad, hasta su mayoría de edad. De aquí, que el primer derecho del niño en la normalidad de su gestación, lo que se traduce en la necesidad de proteger a la madre durante el embarazo.
El nacimiento.- El nacimiento es el hecho biológico que independiza al hijo del organismo materno. Ese hecho tiene también importantes consecuencias para la vida del niño, por que de las condiciones en que se produzca dependerá su porvenir biológico.
La tuición materna.- Si la madre biológica no puede proteger y cuidar a ese niño, por las circunstancias que hubieren, ese niño necesita que alguien lo cuide y le de aquello de lo que adolece: abrigo, alimento, amor, cuidados tanto físicos como morales, etc. No puede quedar desamparado, habría que buscarle una madre que le adopte y le de cuanto necesite una criatura para vivir con dignidad y una posición económica que le permita un porvenir lo más seguro posible a través de sus estudios y el mejor de los ejemplos familiares. Entonces aquel desamparo que antes existía iba a traducirse en normales garantías resolutivas de un futuro bienestar. Y he aquí un derecho primordial que debe sobreponerse a todo concepto jurídico, por que traduce la necesidad del niño de ser protegido en su indefensión por ese inagotable amor que acaricia con dulzura en la intimidad del hogar. Resumiendo, no hay razón si ello es demostrable, que impida el derecho fundamental que permita darle al niño lo que le corresponde cuando hay alguien que le quiere proporcionar lo que nadie puede hacerlo, darle todo el amor que necesita y un futuro halagüeño, envidiable y seguro.
Concretamente, este es el caso de la niña “Piedad”, ¿porqué se le niega su libertad y que vuelva con Soledad Perera Pérez? ¿Acaso se disfruta con ello? Da la impresión que sí. Ya está harto comprobado, según los distintos Informes tramitados, que la madre biológica no la quiere y mucho menos puede hacerse cargo de la niña. ¿A qué esperan?..
Celestino González Herreros
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