HASTA
LAS MISMAS SOMBRAS TRANSMITEN SU LENGUAJE
DE AMOR…
Hasta que el rústico reloj de
la vida no deje de andar estaremos aferrados a cuantos motivos existen a
nuestro alrededor, que todo cuanto Dios ha creado llama poderosamente, no sólo
la atención material y rutinaria, aprendemos a valorar, aunque nunca en su
exacta medida, el valor intrínsico de esa materia y sus mensajes divinos, si no
prestamos más interés e intuimos su divinidad… El valor de la Creación es tan inmenso e
inconmensurable que no hay mente humana capaz de estructurar y mucho menos,
imitarlo.
La vida de una flor, si no se
le da los cuidados que necesita, acabamos viéndola morir. Reconstruirla jamás
sabremos hacerlo, ni podemos, sólo ver su final. Y otras flores habrán, nunca
se acabarán, mas, cuidémoslas o no, siempre morirán; e igual quedan más que nos
llamen la atención con la misma devoción.
Nuestro Mundo es como un
jardín sensiblemente hermoseado y multicolor, caben en el las más variadas
especies, debidamente organizado y como todo en nuestra vida se alimenta de
amor, de la tierna contemplación que le brindemos y el cuidado que nos exigen…
Nuestros semejantes son como
esas sensibles flores, si queremos conservarles y tenerles largamente sólo
alimentándolas de igual manera tendremos flores en casa mucho tiempo… Ellas
jamás será menos para cada uno de nosotros, que nunca les falte eso que tan
sutilmente nos piden, amor.
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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