25/4/12


HE AQUÍ EL GRAN PECADO DE HABER VIVIDO MEJOR

Cuando la actualidad merezca expresa consideración y no sea tan perniciosa, repetitiva y decepcionante, mejor es relegarle a un término aparte. Si no fuera así, sería, a mi entender, primordial, pero creo que la gente está harta de tanto castigo económico y social. Después de salir de los bandazos de la anterior dictadura para que viviéramos mejor, sin que nada nos faltara, ahora a base de tijerazos y más hierbas, nos ponen frente a la negra pared a purgar el gran pecado de haber vivido mejor… Y lo que resulta más triste es tener que pagar las facturas de otros que, aun hoy, si vivieron bien, seguirán viviendo mejor que nadie, como quieren. Eso si que no es grata actualidad.

Que controlen el desagüe de los dineros me parece muy bueno. Pero quienes hacen las leyes sabemos que también hacen las trampas, de ello estamos convencidos y ojala nos equivoquemos y dentro de un par de años veamos los resultados y poco a poco flotemos, aunque fuera en las turbias aguas de la corrupción española y podamos enfilar el rumbo de nuestro destino en buena lid.

La situación actual es muy lamentable, no sabemos a donde vamos a desembocar, si volveremos a vivir aquellos tiempos penosos de antaño, cosa probable de seguir así. Muy lamentable.
Los que más me preocupan son los jóvenes. La ley del látigo no va a resolver los presentes y futuros problemas; y si no se les ayuda de forma inteligente, se perderán para siempre. La Sociedad y los cambios que en ella se han experimentado últimamente, ha olvidado la complejidad de sus problemas, tanto síquicos como los económicos de cada chico y chica, que andan solos en un mundo tan conflictivo como el nuestro y tan carente de valores…

Será para bien o para mal, pero el trato despiadado que definitivamente se les quiere dar, aparte de las normas actuales y ya confirmadas como leyes, da la impresión de que en nada han sido tenidos en cuenta. Como si ignoraran que los jóvenes de hoy serán los futuros hombres y mujeres que podrían salvar las situaciones más difíciles, como la que actualmente estamos padeciendo.

Los pensionistas, atemorizados temen por sus pensiones, a veces sus ridículas y crueles compensaciones sociales no les alcanza para vivir dignamente los últimos años de su vida, sufriendo privaciones y desconsuelos, cuando no les llega a fin de mes sus escasos recursos. Y luego tengan que callar al oí, ver o leer de otras personas que lo ganan desorbitadamente y siguen subiéndose los sueldos. Los viejos más pobres son los que están resolviéndoles a sus hijos y nietos en paro la tragedia que viven. Malabarismos hay que hacer para alargar la polémica paga que reciben, después de haber estado cotizando toda su vida laboral a la Seguridad Social. A veces se quitan la comida de la boca para dársela a los suyos, como se suele decir.

Quisiera acabar de lamentar la situación que nos ha tocado vivir y ser más optimista, dejar caer el telón ignominioso de nuestra actual situación, esconder tras el la vergüenza de los actuales acontecimientos, navegar en otros mares y disfrutar la bonanza de nuestros sueños, ir lejos… Navegar en nuestro amplio Océano con deleite, sin preocuparnos tanto, sólo buscando hallar la arena firme que nos reciba y andar en ella ilusionadamente en busca de aquel lugar exótico que nos haga sentir que aún vivimos y somos normales entre los demás mortales. Que nuestras preocupaciones actuales puedan disiparse alguna vez, cuando nuestros hijos y los hijos de ellos sean capaces enrumbar nuestro destino y frente a las tumbas de sus padres y abuelos digan que lo han logrado a pesar de tantas adversidades políticas y por ende, la situación también patriótica que viven nuestros pueblos.




Celestino González Herreros
           celestinogh@teleline.es

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