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AQUÍ EL GRAN PECADO DE HABER VIVIDO MEJOR
Cuando la actualidad merezca
expresa consideración y no sea tan perniciosa, repetitiva y decepcionante,
mejor es relegarle a un término aparte. Si no fuera así, sería, a mi entender,
primordial, pero creo que la gente está harta de tanto castigo económico y
social. Después de salir de los bandazos de la anterior dictadura para que viviéramos
mejor, sin que nada nos faltara, ahora a base de tijerazos y más hierbas, nos
ponen frente a la negra pared a purgar el gran pecado de haber vivido mejor… Y
lo que resulta más triste es tener que pagar las facturas de otros que, aun
hoy, si vivieron bien, seguirán viviendo mejor que nadie, como quieren. Eso si
que no es grata actualidad.
Que controlen el desagüe de
los dineros me parece muy bueno. Pero quienes hacen las leyes sabemos que
también hacen las trampas, de ello estamos convencidos y ojala nos equivoquemos
y dentro de un par de años veamos los resultados y poco a poco flotemos, aunque
fuera en las turbias aguas de la corrupción española y podamos enfilar el rumbo
de nuestro destino en buena lid.
La situación actual es muy
lamentable, no sabemos a donde vamos a desembocar, si volveremos a vivir
aquellos tiempos penosos de antaño, cosa probable de seguir así. Muy lamentable.
Los que más me preocupan son
los jóvenes. La ley del látigo no va a resolver los presentes y futuros
problemas; y si no se les ayuda de forma inteligente, se perderán para siempre.
La Sociedad
y los cambios que en ella se han experimentado últimamente, ha olvidado la
complejidad de sus problemas, tanto síquicos como los económicos de cada chico
y chica, que andan solos en un mundo tan conflictivo como el nuestro y tan
carente de valores…
Será para bien o para mal,
pero el trato despiadado que definitivamente se les quiere dar, aparte de las
normas actuales y ya confirmadas como leyes, da la impresión de que en nada han
sido tenidos en cuenta. Como si ignoraran que los jóvenes de hoy serán los
futuros hombres y mujeres que podrían salvar las situaciones más difíciles,
como la que actualmente estamos padeciendo.
Los pensionistas, atemorizados
temen por sus pensiones, a veces sus ridículas y crueles compensaciones
sociales no les alcanza para vivir dignamente los últimos años de su vida,
sufriendo privaciones y desconsuelos, cuando no les llega a fin de mes sus
escasos recursos. Y luego tengan que callar al oí, ver o leer de otras personas
que lo ganan desorbitadamente y siguen subiéndose los sueldos. Los viejos más
pobres son los que están resolviéndoles a sus hijos y nietos en paro la
tragedia que viven. Malabarismos hay que hacer para alargar la polémica paga
que reciben, después de haber estado cotizando toda su vida laboral a la Seguridad Social.
A veces se quitan la comida de la boca para dársela a los suyos, como se suele
decir.
Quisiera acabar de lamentar la
situación que nos ha tocado vivir y ser más optimista, dejar caer el telón
ignominioso de nuestra actual situación, esconder tras el la vergüenza de los
actuales acontecimientos, navegar en otros mares y disfrutar la bonanza de
nuestros sueños, ir lejos… Navegar en nuestro amplio Océano con deleite, sin
preocuparnos tanto, sólo buscando hallar la arena firme que nos reciba y andar
en ella ilusionadamente en busca de aquel lugar exótico que nos haga sentir que
aún vivimos y somos normales entre los demás mortales. Que nuestras
preocupaciones actuales puedan disiparse alguna vez, cuando nuestros hijos y
los hijos de ellos sean capaces enrumbar nuestro destino y frente a las tumbas
de sus padres y abuelos digan que lo han logrado a pesar de tantas adversidades
políticas y por ende, la situación también patriótica que viven nuestros
pueblos.
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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