8/12/12




TENEMOS QUE CAMBIAR LA FORMA DE VER NUESTRO DIFICIL FUTURO


Con el devenir de los años, a través de tantas culturas diferentes asimiladas, hemos aprendido a sopesar esos valiosos recursos. Ya no por nimias intuiciones, por distintos estudios realizados hasta valorar nuestra procedencia; y aceptado ha quedado de que poco nos queda, muy poco de nuestros ascendientes los guanches, quizás la nostálgica y lejana procedencia inicial, antes que nos invadieran los extranjeros de entonces y poco a poco fueran instalándose decididamente atraídos por nuestras específicas cualidades: la luz limpia del cielo, el mar y sus costas y el aire limpio y sano que se respiraba. Si hubiera algo de valor que pudieran llevarse no se hubieran detenido y todavía, barajando el tiempo, estuviéramos aún más invadidos; salvo si consiguen extraer petróleo, aunque más organizados, los éxodos de distintos países  vendrían…. No podríamos evitarles. Si no es así, nos dejarían tranquilos.

Si no me lamento. Más bien hemos de estar agradecidos, al no haber fronteras comunitarias en nuestra Europa Unida, ya no hay que mirar sólo hacia un lugar fijo, nos vendrían de todas partes. Nosotros, los canarios, no sabemos qué vamos hacer, medrar más es imposible, y emigrar, ¿a dónde iríamos?, si peor que nosotros están todos. Tenemos que cambiar la forma de ver nuestro difícil futuro… Veámoslo con optimismo, a pesar de las circunstancias, sin dar un paso atrás. Y también debiéramos aprender a defender lo nuestro con el coraje que siempre lo hicieron nuestros antepasados. Siempre adelante aunque con ello nos cueste la propia vida si fuera necesario, o definitivamente, seguir perdiendo lo poco que nos queda. Y no perdamos cuanto hemos aprendido de tantas culturas diferentes, eso siempre será fundamental.

Todavía hay, innegablemente, gentes que no supieron asimilar, en buen grado, esa influencia cultural tan necesaria para hallar el equilibrio necesario en una sociedad culturizada donde la convivencia se hace más grata comunitariamente. Todavía hay gente que no alcanzó esos importantes niveles, ello por razones obvias, claro está. Nuestras islas son pequeñas y los recursos siempre fueron  muy escasos, con el agravante de estar aisladas por mar y aire; y tan distantes de los distintos continentes. Nuestras posibilidades de transportes, materias primas, y un largo etc., desde tiempo inmemorial nos impidieron alcanzar estadios de progresos definitivos. Siempre hemos estado a expensas de los demás y con nosotros hubo poca solidaridad o consideración, como quieran llamarlo.
Con ese precario ritmo hemos llegado hasta nuestros días, siempre dependientes de los demás y con pocas recompensas… Un bocado delicioso para Marruecos, por ejemplo, que lo tenemos a dos pasos de distancia, pero preferimos esperar más tiempo.

Pienso que nuestra inmovilidad ha sido siempre lo fraccionados que estamos políticamente y profundamente confundidos con aquellos rescoldos que aún quedan vivos y el interés observado en algunos queriendo reavivarlos para abrir aún más la cruel herida que nos dejó nuestra nefasta y estéril guerra civil española, recordando los crímenes sufridos en toda Europa y los cometidos por nosotros luchando hermanos contra hermanos, rivalidades conducidas por las distintas apetencias y rencores personales; y absurdos protagonismos a ver quién vence a quién.

Todavía les parece poco, si los dejan vuelven a provocar otra fraticida guerra, sólo que hoy es distinto y más peligroso.






Celestino González Herreros
           celestinogh@teleline.es


No hay comentarios: