31/5/12

ELLOS SE CREEN LOS VENCEDORES PERO NO ES ASÍ

El tiempo cuenta, pero importa tanto como la necesidad de aclarar situaciones como las que estamos viviendo. Sabemos que transcurre inexorablemente, pero las ideas bullen en la mente persistentemente y su alternancia nos permite dilucidar y exponerlas adecuadamente, sin prisas para no incurrir en errores o simples equivocaciones y de las cuales tengamos que arrepentirnos más tarde, cuando los comentarios hayan transcendido hasta los distintos sectores receptivos.

No sabría como mejor hacerlo para que quedaran reflejadas nuestras inquietudes, viviendo como estamos obligados a transigir tantos cambios y conductas que en definitiva, no sabemos, ni nos lo han informado a dónde nos quieren llevar…. En realidad no se trata de cómo mejor hacerlo, por mi parte, claro está. Son otros los factores, los medios prudentemente aplicados, la sapiencia e inteligencia capaz de encuadrar y verificarlos, de momento, los medios aconsejables desde la lógica.

No se puede menospreciar, ni la cultura, ni la sanidad y servicios Sociales, ¿estamos locos? ¿Qué más quieren recortar?.. Trabajito van a tener para rato.

No ataquen a los Jubilados, ni destruyan a nuestra necesaria juventud, aquellos que, muchos de ellos pensaron en formar una familia y con la falsa ayuda hipotecaria de aquellos Bancos y los esfuerzos incontables, muchos por fin hayan levantado su casita y hasta que la habitaron, luego vinieron los hijos y con ellos la familia creció. ¡Qué ilusión! Y de súbito, poco a poco, fueron detectándose los primeros síntomas vergonzantes amparados en nuestra crisis nacional (¿?), de repente. Cuando antes de dar el préstamo hipotecario ya sabían la que nos guardaban. Y así nos apuñalaron traidoramente al no prevenirnos de que no era el momento apropiado para pedir préstamos bancarios, que ellos sabían la que se nos venía encima. Para los incautos solicitantes aquello fue un descarado fraude que jamás la justicia contempló, una traición cívica y social. Fue como coartar nuestras legítimas libertades, nuestras justas aspiraciones, nuestras necesidades e ilusiones cívicas. Fue un innecesario rompimiento y a la vez vergonzoso, pensar primero en sus beneficios, a sabiendo de que iban a quedarse con todo aquello que ayer fuera el indispensable aval con que responderían esas humildes familias.

La Banca española no ha sido transparente con sus usuarios, los ha engañado al derecho y al revés, ellos se creen los vencedores, pero les anuncio que están muy equivocados.

La España de ayer debe sentirse muy dolida, en varias décadas los políticos de turno han empañado sus modélicos perfiles y han enturbiado aquella imagen suya personificada, los valores más ambiciosos… pese a los desarreglos habidos y que al comienzo de nuestra Transición Política, poco a poco, con marcada mesura fuimos subsanando valientemente, hasta que el consabido virus ambicioso de la corrupción y del descaro, fue expandiéndose por todos los rincones, corrompiendo todas las estructuras gubernamentales, atacando primero a las más sensibles como es bien sabido; y hemos oído y leído a diario hasta cansarnos el asco y la repulsa.

Sinceramente, es muy penoso tener que soportar lo insoportable y sentirnos tan indefensos ante tamaño desastre político, social y económico.

Los culpables se esconden tras el pesado telón de la equivocada Democracia y son los primeros responsables que con discursos estériles, pero ponzoñosos, por sus contenidos y fatuas perspectivas, quieren convencernos que, “no pasa nada, España y sus propiedades ultra periféricas. Claro está, a costa de nuevos recortes, que hasta el aire que respiramos nos lo van a controlar.

Nota adjunta.

Este trabajo ha sido publicado en el Periódico EL DÍA, en fecha: 30 de mayo de 2.012

Celestino González Herreros

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29/5/12

EL ÚLTIMO OCASOS DE LA VIDA ES LA MUERTE

Me resisto a creer que es cierto que ya no volverán a estar a nuestro lado, si no es con el pensamiento. ¡Me niego obcecadamente, ni quiero pensarlo! Somos tan frágiles que, llegado el momento, ni nos demos cuenta que dejamos de existir. A veces decimos: ¡Qué felicidad, no sufrió, ni se dio cuenta, ni pudo darnos el adiós postrero! Algunos se van sin borrárseles su dulce semblante. Como diríamos: Sin apenas despeinarse… En cambio otros sufren horribles calvarios, les cuesta mucho morir, sufren lo indecible y hacen sufrir involuntariamente, lo inconfesable. Es la suerte que a cada cual le toque.

Lamentable es que nos hacemos duros en algunas ocasiones, nos acostumbramos a eso de la muerte, como llega y nos lleva. A medida que nos vamos haciendo mayores lo vemos como lo que es, un hecho natural y suele decirse: ¡Ya descansó y su familia también. Ello, cuando han sufrido una enfermedad larga e irreversible. Es evidente que el enfermo deja de sufrir tanto al llegar ese final, descansa…

Igual nos ocurre cuando vemos en la TV escenas desgarradoras, accidentes, crímenes, etc. Acostumbrados a ver tan seguidamente esos desastres, ya lo vemos como asuntos cotidianos, simplemente como noticias, nada más. Como he dicho anteriormente, nos hacemos duros y hasta las gentes llorarán menos que antes, hay menos lágrimas, se va secando esa fuente del sentimiento, aunque el dolor nos esté matando por dentro. De todas formas, cuando perdemos algún ser querido, es tal la impotencia que sentimos, nos parece que seamos tan poca, tan indefensos, que no hay situación más triste y desagradable. Yo siempre digo, o pienso, que es sumamente necesario estar preparados. Siempre que podamos hacerlo, descargar la conciencia, estar a bien con nosotros mismos, con los demás, pero ante todo con Dios. Si nos ponemos a pensarlo detenidamente, el pánico a morir sin haber limpiado las impurezas que anidamos en nuestra conciencia, ello implica ese terrible temor que nos tortura cada día, más que la misma idea de que vamos a morir en cualquier momento sin saber a dónde irá nuestra alma… En cambio irnos ligeros como una leve pluma soplada por el viento, liviano como cuando vinimos a este mundo, depara la más grata fortaleza y entrega espiritual.

Celestino González Herreros

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28/5/12

PERFILES DE PUERTO DE LA CRUZ

Siempre ha sido Puerto de la Cruz lugar de encuentro entre nuestras gentes y foráneos. Solar tranquilo, humilde y paradisíaco, puertito de mar donde han arribado tantas ilusiones... Escondido entre basálticas ruinas de un pasado legendario. Nace al pie de la mística ladera del Valle de La Orotava, entre su mar bravío, montes y cañadas; y entre las mismas, los barrancos que desembocan en las tranquilas playas de nuestra costa atlántica. Custodiado, desde su atalaya, con expresión serena, por nuestro Teide gigante. Lugar acogedor y atractivo, no sólo por sus excelencias naturales, su clima incomparable y demás condiciones climáticas, sino también, por lo distintas y amables que son sus gentes.

Aún considerando la salvedad de que aquí convivimos con diversas culturas. Es el sitio idóneo, donde atesorar los más gratos recuerdos... El hecho de que los que nos visitan repitan nuevamente, es una evidente circunstancia a tener en cuenta y que en demasía deseen quedarse aquí para siempre, ello también dice mucho. Donde satisfacer al más exigente. Es ese remanso de paz lugar donde se encuentran, llamados por sus abundantes bondades y atractivos naturales, con agrado y la misma curiosidad de aquellos que le buscaron siempre, un destino acertado, sin equivocación alguna. Trampolín para ir a visitar el resto de nuestras islas canarias a recibir nuevas emociones. Aquí se han realizado, muchos sueños y deseos... Y, todos estos substanciosos atributos, los menciono a colación de lo que oye uno de boca de algunos, despotricando de su propia ciudad, inspirados por sus fracasos y frustraciones “políticas y sociales”, al no haber logrado, jamás, ver realizadas sus nefastas ambiciones. Para esos inadaptados, todo está mal hecho, a buen seguro hallen algo que les satisfaga. Y nadie sabe más que ellos. Sí, son unos pocos, o al menos van quedando menos. La tolerancia y el sentido común, objetivamente, se hacen indispensables en cada momento, clamando nuestra atención ciudadana; también para nuestros políticos.

Al Puerto de la Cruz, le debemos mucho, Por lo menos, pongámosle un poco de cariño, que las críticas que se le hagan, sean sinceras y constructivas y que cuando nos sorprendan sus encantos naturales, digamos con gracia y honradez, la grata impresión que sus bellezas nos causan. Como hacen la mayoría de nuestros visitantes, los cuales dicen sentirse atrapados y deliciosamente atraídos, hasta por el más insignificante detalle de nuestro mágico entorno.

Lo viejo lo valoran como la cara sentimental de la ciudad, donde aparecen algunos de aquellos añosos vestigios que nos traen tantos e imborrables recuerdos y que forman parte de nuestra historia local. Está la otra cara de la ciudad, moderna... Que, más ofreciera si hubiera dinero y buena voluntad, si entre todos pusiéramos un granito de arena hasta ilusionarnos y defendiéramos nuestros derechos y el de nuestros descendientes, con coraje.

Pero, últimamente, observo en el ambiente el vicio pululando nuevamente, del afán protagónico de unos que no se cansan de fastidiar… Otra vez los enfrentamientos, como la hienas defendiendo sus presas y no quieren soltar migajas… Nuevamente los encendidos rescoldos del rencor y el odio amenazan con prender la llama de la intolerancia y sin reparar en las consecuencias se lanzan a la batalla desacreditativa de los insultos barrio bajeros, calumnias y despropósitos. El progreso de nuestra maltrecha ciudad no les importa, hacen que sí, pero sabemos las verdaderas intenciones y las apetencias que les inspiran tanta locura e intereses partidistas. Si no conociéramos el panorama nos podrían convencer, pero ya quedan pocos incautos que no se hayan aprendido la lección. Cada día que pasa otro se acerca… Volverán las urnas a llamarnos y haciéndonos promesas que ni ellos se las creen, nos lambuzarán… Lástima que sigan equivocados, que no sepan ganarse a un pueblo honesto como el nuestro que sólo quiere resurgir desde sus ruinas cuando políticamente le han matado entre unos y los otros…

Si supieran las ansias que sentimos de hallar algún equipo capaz de devolvernos el prestigio perdido… Si supieran que ya no somos sólo los portuenses quienes lamentamos nuestra dramática situación, que es la isla entera que ya está cabreada de tanta falsedad e ignominioso proceder político y que estamos decididos a no permitir más abusos. ¡Ténganlo bien en cuenta! Y tomen ejemplo de tantos políticos honrados que han dignificado a sus conciudadanos. La crisis económica es otra cosa bien distinta a la crisis política. Conteniendo mi ira, mi gran pesar ciudadano, pregunto: ¿Por qué han de irse siempre primero los mejores? Al menos, los entendidos dicen lo mismo, ¿por qué, Señor?

Celestino González Herreros

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27/5/12

ASÍ ERA NUESTRA REMOTA Y MUSICAL VENEZUELA

Caracas, allá por la década de los 50, aún conservaba buena parte de su fisonomía primitiva. La recuerdo con cierta veneración y no niego que llegó a cautivarme, por la variedad de sus encantos naturales. Al memorizar aquella fascinante época, siento las mismas sensaciones de entonces, pues, no se borran en mis retinas las bellas estampas de sus mágicos rincones y hasta siento emoción al evocarla, la que me produjera cuando por vez primera, la madre Naturaleza me la ofreció. Con tan gratas visiones, sumadas a mi joven condición de soñador, magnificaron cada motivo, al ver cosas así, nunca vistas antes, máxime con las perspectivas afectivas que me animaban.

Qué bueno, que al recordarla, la que guardo en mi mente, en nada se haya deteriorado, ni las espléndidas imágenes de aquellos inolvidables lugares. Sabanas inmensas de un verde chillón y quebradas exóticas, detenían mis pasos para caer rendido de admiración ante tanta belleza. La Verdad es que, la Naturaleza fue siempre generosa con Venezuela. Sólo había que desplazarse de los núcleos poblados, hacia el interior de las distintas zonas, para ser sorprendidos por tan abundantes influjos... Y sólo hablo de la Caracas que conocí con mis años mozos, sin salirme de ella, porque si lo hiciera, no tendría palabras capaces de expresar lo que íbamos hallar en los diferentes Estados venezolanos. Cada uno de ellos guarda, aún, un misterioso tesoro... Y ante la evidencia, siempre tendrían, en la actualidad, atractivos envidiables que ofrecernos.

Imaginémonos, a modo de exhortación lírica, una noche de Luna llena, apostados en un lugar tranquilo, en medio de una espesa plantación. Imaginémonos un genero apetecible: manglares, cafetales, maizales, o una extensa llanura de cizales... Cualquier género, repito. La Luna queriendo ocultarse tras la oscura nube que se mueve; y al corazón que late serenamente. Imaginémonos el eco del golpe acompasado de un tambor que suena anunciando la asomada del lamento melancólico de un arpa solitaria cuyas cuerdas hieren el silencio de la noche... Imaginémonos dos lágrimas furtivas que ruedan por las mejillas de alguien... ¡Quién sabe!.. Y el canto trémulo acompañado de un cuatro lastimero anunciando la alborada. Imaginémonos soñar despierto en medio de una inmensa sabana y las aves cruzando el tibio aire... Y nuestros corazones agitándose cada segundo más. Unos ojos entornados, como dos gacelas que dormitaran bajo la enramada y unos labios jugosos que se entreabren ante los nuestros sedientos...

Imaginémonos la locura tropical de mi querida Venezuela inflamándonos el corazón. ¡Así era Venezuela! ¡Cómo recuerdo tantas noches apacibles, en aquella legendaria Caracas de mis sueños! Sólo le pido a Dios que vuelva aquella paz, que vuelvan los campos a reverdecer... Que pronto surja el milagro de su pronta recuperación...

Celestino González Herreros

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26/5/12

CONTIGO EN LA DISTANCIA DE LOS RECUERDOS

Venezuela apareció en los escenarios internacionales sin ocultar la rea­lidad del momento crítico que comenzó a atravesar, pagando el precio de una crisis igual a la que su­frían otros países, en lo social, económico, político, etc. Todos los añadidos que quieran ponerle. Pero es un pueblo de fuertes expectativas, aún si consideramos las grandes reservas de diversa índole que atesoran y que no han sabido explotar, para lo cual no están preparados. Lo más fácil es, ha sido y será la industria del petróleo y que siguen explotándolo hasta que se les acabe. (¿?) La verdad es que ha sido un país muy conflictivo, lamentablemente, con un índice muy corto de cultura y sin aspiraciones que conlleve al trabajo colectivo para salir adelante. Es una herencia que viene desde muy atrás, vivir al día, mañana Dios dirá. Es un pueblo indomable desde este punto de viste, todo lo quieren regalado y si les obligan dan menos de sí. De que sirven entonces tantas escuelas, centros médicos, autopistas, etc., si luego no las cuidan ni las mantienen en las mejores condiciones… Ya que están hechas, cuídenlas, es lo menos que pudieran hacer. Mas, existe el inconveniente de que si el Gobierno actual no los conciente, se les van todos para otro lado. Son como muchachos caprichosos, pájaros bravos, que saben lo que quieren y cómo conseguirlo. Así es difícil sacar a un país adelante, ponerlos a estudiar y a trabajar, por supuesto con sueldos razónales. Leyes más severas es lo que faltan para acabar con el crimen y la corrupción, limpiar los cuerpos de la policía y al Ejercito ponerles en el sitio que les corresponde. Incentivar a los estudiantes y al resto de la juventud, que serán ellos los únicos que enderecen todo aquello que está torcido y den ejemplo de sobriedad, carácter y sentido común. Eso es lo que necesita Venezuela y cualquier país que quiera progresar. Trabajo y cultura, conciencia ciudadana y amor a la Patria. Cualquiera diría que estoy refiriendome a España y sus propiedades de ultramar, que también andamos fregados y ahora más que nunca. Sólo que Venezuela es más rica que nosotros. Y más rica puuediera ser si explotaran sus magníficas riquezas, pero no, están ciegos o no quieren ver…

El Presidente actual lo tiene muy difícil, el pueblo, en su mayoría, sabe lo que quiere y aprendió hallar la forma de lograrlo y como sea más fácil, que trabajen otros y ellos a disfrutarlo. ¿Qué hacemos con ellos, señor Presidente? Seguir dándoles bocadillos de mortadela o comenzar a obligarlos a ser responsables, antes que sea demasiado tarde. Señor Presidente, usted solito no puede con ellos, son cada vez más. UD..tiene las riendas del poder, puede intentarlo, sólo que hay que tener fuerza moral para exigirles que se acomoden. Siga haciendo Escuelas, Centros médicos y Hospitales, Cuarteles de Policías y Cárceles decentes. Ayude a los Empresarios y déjelos trabajar para que puedan dar más puestos de trabajo y frenen el gasto público y privado sin entorpecer la evolución financiera. Ya no digo más, por poco se empieza, lo demás usted sabe…

Yo conocí una Venezuela distinta, un País que cautivaba, no había represión, no era necesario, había trabajo para todos, es más, sobraba trabajo, el que despreciaban aquellos que no les apetecía trabajar… Desde entonces ya germinaba esa mala semilla y hoy miren a lo que hemos llegado. ¡Incontrolables!

Entonces, aquí en Canarias, no sabíamos a dónde mirar buscando la salida del agobiante laberinto de aquella época de recortadas posibilidades y escasas opciones para un sector social determinado. Aquí no había qué hacer, esto era desolador y triste y Canarias querían Vida y Progreso. La situación económica fue tan difícil y estaba tan ennegrecida, que hubo gente, bastantes, que tuvieron que salir fuera a buscar las ayudas pertinentes que les permitieran poder subsistir. Le duela a quien le duela, por que ya lo tuvieran olvidado. Yo viví esos momentos y a pesar de mi corta edad, lo recuerdo perfectamente. Y sin necesitarlo tanto, ya que mi familia se defendía bien, íbamos escapando, como se suele decir. Mas, por dignidad personal (mi padre trabajaba mucho y era él sólo para todos nosotros) y por considerarlo justo me enrolé en aquel éxodo de aventureros y sin una preparación básica, en lo que a mí respecta. Sólo con el coraje y con la esperanza de que Dios me ayudara... Íbamos a pasar por lo que fuera y a dejar la vida, como la han dejado tantos, si fuera necesario. Pero por suerte estoy aquí para poder contarlo, y tengo mucho que decir ya que callarlo sería de mi parte despreciar mis propias vivencias, a parte de rayar en la cobardía.

Es básico para comprender a ese país y su gente, antes que nada, reconocer lo que ha representado durante tantísimos años para nosotros y viceversa, que algo y mucho les hemos dejado, pero nos lo han pagado con creces ofreciéndonos sus patios y terrazas, podemos decirlo así, tan llanamente. Nosotros los canarios para el venezolano somos una excepción y nos identificamos mutuamente sin el menor esfuerzo, además con ganas, ellos quieren imitarnos y nosotros a ellos. Es que somos así y no dudo que lo que digo no les guste a otras personas, tanta entrega, tanta coba y querer imitarles... Ya dije antes, hay que reconocer lo que representaron para nosotros, para muchísimas familias de estas Islas, dándonos una mano cuando al borde de la desesperación nadie nos podía ayudar y máxime si te veías allá sólo, sin trabajo ni un techo donde dormir... Quien no haya pasado por todo eso y mucho más, no tiene una base con fundamentos para molestarse por lo que yo pueda decir. Seguro que si le preguntan a algún familiar o amigos que hayan estado fuera, allá, por esos singulares lugares... les iban a decir, que no he dicho nada, o he dicho muy poco. Cada año, aquí me entero del fallecimiento de buenos amigos ausentes y no son todos los que no vienen, porque no les alcanza para pagarse el viaje, son muchísimos los que lo desean y no pueden. Eso sí, ¿pero, qué me dicen de aquellos que sí viven en la abundancia y en lujosas quintas?.. Esos echaron raíces allá, digo esto para reseñar que se adaptaron plácidamente al medio social de aquel país, sin recelos ni temores, y que hoy disfrutan viendo a sus hijos y nietos destacándose con estupendas carreras universitarias, buenos puestos de trabajo y muchos de ellos con más familiares allá que aquí. Venezuela no les defraudó, les dio la oportunidad y hoy comparten entre sí el trabajo, los problemas sociales, económicos y todo lo demás. No hay razón para que no sea así y la gente que vive allá tienen la certeza de que las cosas se arreglarán, yo creo que si, es lo que deseamos todos los que entendemos sus necesidades como las propias nuestras y sabemos esperar, dándole al martillo sin cesar y mirando siempre adelante, el campesino en el campo, cada cual en sus puestos, a ver si las cosas cambian para el bien de todos... Lo que es indignante es que unos pocos, los que no saben de estas cosas, se pasen el tiempo quitándole valor a tantos países que nos acogieron; porque dicen que son pobres, que no dan nada... Y que algunos de esos ingratos hayan hecho las fortunas que hoy tienen trayéndose el dinero de allá. ¡Sin comentarios! Y lo que me callo, ¿verdad que sí, paisano? Mejor es que recuerden y los que no sepan pregunten a algún pariente lejano que haya cruzado el charco para buscarse la vida por necesidad, ¡Cómo es esa vida!.

Lo lamentable es, cómo está la cosa allá., lástima que Hugo Chávez no sepa enrumbar a su pueblo, pero el hombre está desilusionado, sabe lo que le espera por no haber hecho las cosas bien, por haberse “casado” con tanto loco que no tienen ni puta idea de lo que es la DEMOCRACIA y las sanas aspiraciones de un pueblo siempre golpeado y engañado. Respetando a ese pueblo hubiera conseguido mucho, más que eso.

También nuestras Islas evolucionan, claro que somos más pobres que ellos... ¿Se imaginan si tuviéramos alguna riqueza más que el Turismos y nuestro envidiable clima?, yo pienso que sería peor, invadidos, desposeídos, apartados y diferenciados... Allá, que tienen el petróleo y muchas riquezas más, claro que demandan sacrificios incalculables, ocurre algo parecido. Son suelos atractivos y sugerentes, que al final los hijos del lugar tienen que plantearse la disyuntiva de frenar los abusos y atropellos enmascarados muchas veces en las libertades que se les ofrecen o que se las toman. Por esa y tantas razones estamos luchando y luchan ellos allá. Somos conscientes de no haberlo hecho así, nuestros nietos serán los que laven los cacharros del banquete final y los otros, los listillos de turno, siempre serían los adelantados. Hoy todo es distinto y cada uno sabe lo que quiere y cómo conseguirlo, sólo hay que cambiar la conciencia de los hombres y señalarles el camino. Confiemos en nuestras instituciones sociales y políticas y démosle un margen de confianza a la hora de discernir o vaticinar nuestro futuro, nuestras leales fuerzas serán de mucha ayuda y la participación de todos por igual en la construcción de nuestra fortaleza social. Inspiremos nuestros esfuerzos en la lucha titánica que libran otros pueblos... Suena a utopía, conociendo a nuestras gentes.

Con estos pensamientos estaba viendo un álbum de fotografías traídas de allá, en verdad que uno cambia, entonces todo era ilusión que anulaba al cansancio, esperanza diáfana, se podía leer en el semblante, teníamos fe en el futuro... Y han sucedido tantas cosas desde entonces, distintas a las que pensábamos, para muchos la fantasía se ha roto en mil pedazos, hallándose sus motivaciones a la deriva, sin perspectivas y desolados después de tantos esfuerzos y sacrificios, vencidos... Otros jamás soñaron en lograr los objetivos alcanzados, empezando desde abajo y pasando ese largo camino con dignidad y conducta ejemplar... Son los menos, pero les he visto llegar a sus encumbradas cimas con ese aplomo de la responsabilidad y el preclaro respeto que siempre sintieron hacia sus semejantes donde quiera que estuvieren. Esos nunca olvidan y sí, valoran todos los elementos que forjaron al valeroso espíritu que les acompaña y cuentan su historia tal y como empezó, habrán alcanzado todo el honor que se merecen.

Celestino González Herreros

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24/5/12

HEMOS DEJADO PASAR EL TIEMPO COMO SI VOLVIERA...

Desde los albores de la historia, hasta nuestros días, nosotros, los hombre, hemos luchado por liberarnos de las ataduras psicológicas y sociales que habitualmente nos reprimen. Mas, aún serán muchas las batallas que hayamos ganado, pero nos queda la difícil tarea de entendernos a nosotros mismos y saber qué es lo que en realidad queremos. A pesar de los éxitos logrados, nunca estamos conforme, quisiéramos más y mucho más; y nunca nos íbamos a sentimos del todo satisfechos.

Sin ir muy lejos, mirémonos ante un espejo, y veremos en nosotros algo que nos mantendrá descontentos, igual que ayer y hoy, mañana será peor... Tuvimos ocasiones, miles, de rectificar nuestros defectos y lo fuimos dejando como cosas secundarias de nuestra vida. Siempre supimos a dónde íbamos abocados, cuál iba a ser nuestro final, aunque no quisiéramos admitirlo. Hemos dejado pasar el tiempo como si volviera... Sin entender que, cada vez vamos perdiendo una pequeña parte de nosotros mismos, fracciones irrecuperables que se nos fueron de las manos sin aprovechar aquellos instantes irrepetibles y que no alcanzaremos jamás, porque se han ido lejos y ya no nos pertenecen. Hemos dejado pasar el tiempo, inexcusablemente; y cuando uno se ve asomado en el veloz tren de la huida, así de paso, nos parece entender mejor la vida; y al tener conciencia de ello, sentimos más apego a lo poco que nos queda ya y a todo aquello que vamos dejando atrás, en el azaroso y sombreado camino. Siempre por la incomprensión y el egoísmo humano, que tanto nos traicionó y nos condujo a la desilusión. Pienso que los mortales, al perder el rumbo para el cual vinimos al mundo, al no saber canalizar los propios sentimientos, hemos perdido la más importante batalla de la vida. Y entonces, ya no valen los escasos recursos que se nos brinden a posteriori. A menos que reflexionemos, anteponiéndonos al último fracaso y busquemos en nuestro interior el verdadero ego, y aceptemos con humildad nuestro destino; y sin reparos absurdos, descubramos esa identidad ante Dios y ante los hombres, estamos expuestos a nuevos fracasos. Si, busquemos su mano misericordiosa y acariciemos con fe, las influencias de sus mensajes de amor y sabiduría, si no, no nos salvaremos... Nuestras vidas deberían nutrirse de su providencia divina para sentirnos optimistas y alegres. Y jamás temerle a la soledad en ese viaje eterno que no podemos eludir.

Podemos si, detener al fatídico expreso, frenar su marcha vertiginosa; demorarnos y analizar concienzudamente, lo que nos quede… Descerrajando las fuertes cerraduras de nuestro corazón para que, entre de lleno la luz sobrenatural que antes nos deslumbró. Abriendo puertas y ventanas, recogiendo las pesadas cortinas y asomándonos a la vida con el verdadero entusiasmo que contagia el amor hacia los demás y todas las cosas que nos rodean. Dándole calor a los que sufren abandono y la ausencia cruel de sus seres amados, de lo inesperado... Sonriéndole al marginado y alentando al solitario.

La vida es hermosa y no hay batalla, por cruda y cruel que esta sea, donde no grite un corazón pidiendo la paz para todos por igual.

Yo he leído, en la mirada última de muchos moribundos, el dolor y la tristeza al entender que se iban... Sufrían por no haber agotado, hasta el postrero instante, el regalo glorioso de la vida; lamentando el tiempo perdido y llorando por no haberlo entendido antes, cuando el corazón lo pedía. Y he visto brotar agua de la fuente apagada en el olvido... Porque la ilusión mantiene fresco los caminos y hace florecer hasta al más humilde hierbajo. Yo he visto sonreír a las piedras sueltas en los senderos por donde he pasado, y les veo derrochando, al paso que llevo, la sutil fragancia de las flores en los márgenes del camino; y el eco del canto que dejan las brisas anunciando que aún hay vida, cuando el tiempo pasa sin tantas prisas, envolviendo todas las cosas bellas que nos animan; entre sombras y luces que atraviesan la maleza... Cantando las caracolas en la playa, como cuando tú y yo nos estábamos amando, cuando aún sentíamos el calor de nuestras manos y oíamos el crujir de los maderos de nuestra pequeña barca, yendo rumbo hacia la felicidad, y que creíamos más duradera, hasta cuando naufragó entre flores y mares increpados, quedando abatida en la escollera de nuestros frágiles corazones...

Celestino González Herreros

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17/5/12

NO ES LA JUSTICIA ACTUAL PARADIGMA DE NUESTRA SOCIEDAD

No en vano el progreso de nuestros pueblos arrasó con tantas miserias como hubo en nuestra desdeñada sociedad, producto del mismo aislamiento a que fuimos expuestos y de la mala proyección social. Mas, lamentablemente, también arruinaron gran parte de los más preciados valores de nuestra cultura, tanto material como espiritual. Lesionaron gran parte de las grandes virtudes que nos distinguían de los demás pueblos y sus gentes. ¿Dónde están aquellos gestos de buena educación y la solidaridad que nos caracterizaba y la consideración cívica y religiosa, aquella que nos distinguía? Es normal que los de mi generación sintamos nostalgias de cuantos valores hayamos perdido con el devenir de los años y que estemos algo molestos en el medio que vivimos.

No perdamos el tiempo comparando las formas de hoy con la conducta y los razonamientos que engrandecieron el diario acontecer de nuestro pasado, que aunque con grandes limitaciones para muchos, e ingentes desconsuelos, penas y tristezas por la crueldad de aquella guerra civil y las secuelas que le sucedieron, fuimos capaces de superar tantos males. Entonces, hasta diría que éramos más humanos y solidarios con nuestros semejantes caídos en desgracia y que lo perdieron todo. Ojala no vuelvan a repetirse aquellos tristes episodios, que nuestra situación actual no vaya a conducirnos a nuevos desastres civiles y al final belicistas.

En los años que tengo de vida, nunca había conocido tanta corrupción… Y lo triste y vergonzoso es que no son los mencionados corruptos, aquellos de las bajas capas sociales, son los de arriba quienes más delinquen descaradamente y no roban pequeñas cantidades, como para llevar un par de panes a su familia. Roban grandes cantidades, exageradas, diría yo. Son aquellos elegidos para dirigir el rumbo de nuestros pueblos, elegidos democráticamente, imputados que jamás llegamos a pensar que fueran a traicionarnos arruinándonos definitivamente.

Antes no hubo libertad de expresión y no nos dábamos cuenta de lo que sucedía… Pareciera que esa ley era más práctica para ellos, así el pueblo no sabía tanto. Observemos que esa libertad de expresión, poco a poco va declinando, limitándose y que aún hoy sigue siendo un medio para controlar la privacidad de las gentes que se mueven en el mundo de la comunicación.

Dicen que no los encierran a todos de una vez, por que no hay cárceles suficientes, además hay constituidas mafias intocables difíciles de controlar. Estamos invadidos y entre ellos se esconden nuestros corruptos españoles y más hierbas, disfrazados de buenas gentes y mejores políticos, gentiles banqueros, etc., agasajados por donde caminan y complacidos como nunca. Y el pueblo llano contribuyendo como Dios les ayude y a veces con la propia vida para que otros vivan más que holgadamente.

No descuidemos la circunstancia –también llamémosle “progreso”- de que el pueblo ya sale a la calle, que ha perdido el miedo, aquel freno que tanto nos contuvo en ocasiones parecidas a las que estamos viviendo.

Celestino González Herreros

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16/5/12

CUAL TRISTE ECO EL MURMULLO DE LAS OLAS

En un rincón inhóspito de aquel apartado lugar, sentado sobre una fría piedra, donde apenas llegaba el Sol, el viejo algo desmelenado y mal vestido, descuidada su espesa barba, yacía recostadas sus dolidas espaldas en un plano saliente de la rudimentaria pared.

Con gran celo cuidaba unas breves notas encuadernadas que aferraba con sus ya temblorosas manos, como si fuera un valioso tesoro -y de hecho así las consideraba- ya que allí guardaba las veneradas páginas de la historia de su vida; y quería conservarlas.

A ese insalubre escondrijo acabó llamándole su actual hogar, a veces, lacónicamente, triste pero tranquilo hogar y el lugar donde cada tarde se refugiaba y allí pernotaba. Y, apenas despuntaba el alba, ya estaba dando vueltas por doquiera, yendo por los lugares más apartados, solo y en silencio, sin que nadie supiera jamás cuál sustento alimentario era el suyo.

Más adelante, un día cualquiera, un hermoso perro abandonado le siguió sus pasos y no se apartó de él en ningún momento, lo que vino a dar forma en su solitaria existencia, a la creación de una formalidad familiar, si así se quiere. Desde entonces todo fue distinto, aunque sus lenguajes fueran, necesariamente, otros dispares. Mas, llegaron a entenderse a través de las furtivas miradas y así se hablaban; y sus espontáneos movimientos.

Mutuamente se daban calor cuando era riguroso el frío de la noche. Y despertaban al unísono, desperezando con vigor sus molidos cuerpos al saludar al nuevo día.

El viejo a su amigo, el perro, le leía repetidas veces aquellas cuartillas donde estaba escrita la historia de su vida, insistentemente.

Algunas noches salían del escondrijo, a contemplar las estrellas y a recibir las suaves caricias del aire perfumado de las montañas, contacto aquel que a veces les envolvía y les embriagaba. En otras ocasiones, bajaban hasta llegar a la costa y por las playas caminaban, siempre mirando hacia el estático horizonte, como si escucharan voces amigas que les llamaban, voces perdidas… Y el perro ladraba lastimosamente; en cambio nuestro anciano sollozaba disimuladamente, y sin poder evitarlo, suspiraba profundo, con la mirada fija en la lejanía. Quizás buscaba aquel eco sin palabras, como un llanto fenecido que cada vez más se alejaba.

Sólo quedaban las luces de las barcas faenando en alta mar y la intermitencia de los resplandores celestes que arriba languidecían, en el oscuro y fatuo firmamento.

Nadie supo decir, cuál rumbo siguieron y hasta dónde llegaron, el bondadoso perro y su cándido amo, el viejo decrépito y solitario. Dicen que se oyen sus lamentos confundidos con el murmullo de las olas cuando declina el Sol y la tarde sigilosamente va muriendo… La voz temblorosa, cual rumores del viejo y los ladridos del perro, como si siguieran una misma ruta hacia allá por el lejano horizonte, donde acaba el mar y hallamos el fulgor del cielo en el poniente.

Celestino González Herreros

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14/5/12

NOS ESTÁN FRIENDO VIVOS

Si fuéramos a escribir sobre todos los acontecimientos que en la actualidad vivimos, escribiríamos varios libros y a cual más novelesco. Hay donde escoger sin mortificarnos mucho buscando interesantes motivos. Lo malo es que nos inspiramos en alguno y nos bloquean los demás. Así ocurre con las conversaciones que mantenemos con los conocidos en la calle, no paramos de hablar y de extrañarnos. Que si aquel, que si el otro; y así una retahíla de personajes inacabable. Siempre las conversaciones acaban hablando de los políticos, que si son esto, que si son lo otro y ninguno, por nuestra cuenta, va al Cielo. Cada cual tiene su particular historia, aunque y por suerte, siempre hay excepciones, dignas personas que se merecen todo nuestro respeto y admiración, al menos así me lo parece y ojala no esté equivocado.

Hablando con un amigo en la calle nos decíamos: ¿En qué va acabar todo esto? Ello a colación de la presencia policial buscando a alguien… ¿Qué habrá pasado?, nos dijimos. A las gentes de Puerto de la Cruz nos gusta saber, siempre preguntamos, nos informamos bien y luego transmitimos la noticia. Así era antes, el boca a boca. No era posible, a veces, comprar los periódicos, o todos no podíamos. En las Barberías si, los compraban a diario, para que los clientes se entretuvieran y no desesperaran…

No volvimos a ver a la policía, seguramente el caso fue cerrado o visto para sentencia. Siguiendo sobre el mismo tema, nos preguntábamos: ¿Cómo va a ser esto cuando las gentes no tengan qué comer o llevar a su casa, aunque sólo sea un par de panes?

Lo veo feo si nuestra situación económica no remite, si los Bancos no aflojan y los Impuestos no persisten.

¿Qué están haciendo para crear nuevos puestos de trabajo? Cada vez van más gentes a la calle. Teniendo hoy un puesto de trabajo, ello impide estar tranquilos, en cualquier momento te liquidan y ¡adiós, muy buenas! Y otro más a las vergonzosas filas de los desempleados. Cada día el trabajador está más desposeído y sin saber qué hacer ha de callar.

Los abuelos y muchos padres están dándole de comer a los nietos y los padres a los hijos casados que están en paro, exprimiendo la pequeña paga que perciben de la jubilación, hasta donde pueden. De seguir así la situación actual, los problemas van a ser incontrolables, va haber mucha delincuencia y algunos muertos… Todo está que da pena.

Habrá más chicos botados en la calle y en las plazas públicas. Más drogadictos y borrachos, más mendigos pidiendo para comer, más miserias por doquiera y más represión policial para poder contenerlos. Lo siento por los niños y los jóvenes, tanto como por los viejos, que no van a poder comprar sus medicinas y acabarán en un rincón de su casa esperando que les llegue la hora para desaparecer de este mundo cruel, inaccesible para los pobres e ideal para los que lo han corrompido y tienen sus beneficios a buen recaudo en los Bancos…

¿Dónde están nuestros líderes políticos, aquellos que nos prometieron tanto y luego al llegar al Poder se olvidaron de sus promesas; y luego, con la sartén cogida por el mango nos están friendo vivos con sus nefastas alternativas y locos experimentos? Sin querer oír a nadie que no piense como ellos. ¿Cómo va a salir adelante una Nación donde cada día hay más parados y no hay forma de contener esa avalancha humana que clama al Cielo? ¿Dónde está la justicia social y comunitaria y dónde nuestra Constitución? ¿Por qué hay que aguantar tanto y tenemos que ver, pasivamente, morir a nuestros pueblos y sus gentes, como si de un juego demencial se tratara?.. ¡Cosas de locos!

Celestino González Herreros

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13/5/12

LA TRISTE ENCRUCIJADA DE NUESTRA VIDA

Cuando uno llega hasta cierta edad, cuando ya peinamos canas, también pareciera que cambian todas las perspectivas sin darnos cuenta; somos nosotros los que vamos apartándonos de todo aquello que antes nos fuera tan familiar… Decimos que nos sentimos como extraños hasta en el lugar donde hemos vivido siempre, donde nacimos. Que nada es como antes, que nos sentimos como desorientados, como cuando hemos emigrado y retornamos. Parécenos, a veces, andar como sonámbulos recorriendo nuestras calles y visitando lugares que jamás hayamos olvidados en los momentos más nostálgicos, allá donde estuviéramos. Entonces soñábamos con volver alguna vez para hallarnos en nuestro terruño amado, entre los nuestros, entre todos aquellos que un día nos dieron la triste despedida en la dársena del muelle de Santa Cruz de Tenerife, junto a la maleta de madera llena de ilusiones y con la fija idea de volver…

Ciertamente, somos nosotros los que hemos cambiado y nos hemos distanciado, tal vez sin pretenderlo, pero si, dada nuestras limitaciones naturales debido a la edad y que hoy todo es distinto, ni el humor es el mismo, ni ya aquellas nuestras posibilidades físicas nos acompañan, no podemos repetir con la misma vitalidad aquellas aventuras de la juventud hace tiempo perdida.

Antes, si uno salía, a donde fuera, el tiempo nos parecía corto. Hoy hasta nos parece que estuviéramos cometiendo un grave delito cuando suponemos que es mucho tanto tiempo fuera, lejos de quienes nos esperan y se preocupan por nosotros. Por aquello de los años, por que ven en nosotros hasta donde hemos llegado y quieren que duremos mucho más. No todos tienen esa suerte, saber que nos esperan…

Con todas estas reflexiones y sin pretender contagiar a nadie, dispongo que este tiempo que aún me queda, pueda dedicarlo a revindicar mi condición de hombre previsor, repito, sin molestar a nadie; sólo verme en el espejo de la vida y con el valor necesario aceptar la evidencia. Al verme ya casi caduco y no negarme a mi mismo que si fui joven. De esa etapa de mi vida, antes de verme en esta encrucijada, sólo guardo los recuerdos, aquellas vivencias entrañables y cuantos seres queridos participaron en ellos sentimentalmente. En esa corriente natural de las más hermosas sensaciones, compartidos siempre con el amor que depara la familia, los amigos y amigas, todas aquellas personas que nos dieron lo mejor de sus sentimientos, por una razón u otra, pero que siempre nos apoyaron en los buenos y malos momentos, contribuyendo al mejor de los entendimientos.

No me he olvidado de la guinda del postre, todo hay que decirlo, amigos.

Quisiera saber cual es el mayor de los errores que a diario cometemos y quisiera, así mismo, enmendarme de ellos, no volver a repetirlos y poder ver de frente y sin sonrojos, la realidad de la vida cómo es, la solidaria convivencia entre los de un lado y los del otro lado, respetuosamente, sin profanar los compromisos suscritos en los más serios e importantes consensos democráticos… La diversidad de los problemas existentes y el papel que juega nuestra política sociedad clamando justicia que se nos niega, ese castigo constante que seguimos sufriendo con tantas amenazas, que, quienes más las están sufriendo son los menos pudientes, los más pobres.

Y dicen… Que dicen, que estamos, si, que estamos comenzando, que lo de hoy no es nada… Todo esto me induce a creer que se trata de una guerra sin cuartel entre la derecha y la izquierda, una lucha despiadada que puede acabar muy mal en cuanto las gentes despierten de sus incomprensibles letargos, cuando los estómagos pidan comida y no haya con qué… No me gusta nada tanta pasividad de un lado y tigerazos del otro bando.

Celestino González Herreros

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LA TRISTE ENCRUCIJADA DE NUESTRA VIDA

Cuando uno llega hasta cierta edad, cuando ya peinamos canas, también pareciera que cambian todas las perspectivas sin darnos cuenta; somos nosotros los que vamos apartándonos de todo aquello que antes nos fuera tan familiar… Decimos que nos sentimos como extraños hasta en el lugar donde hemos vivido siempre, donde nacimos. Que nada es como antes, que nos sentimos como desorientados, como cuando hemos emigrado y retornamos. Parécenos, a veces, andar como sonámbulos recorriendo nuestras calles y visitando lugares que jamás hayamos olvidados en los momentos más nostálgicos, allá donde estuviéramos. Entonces soñábamos con volver alguna vez para hallarnos en nuestro terruño amado, entre los nuestros, entre todos aquellos que un día nos dieron la triste despedida en la dársena del muelle de Santa Cruz de Tenerife, junto a la maleta de madera llena de ilusiones y con la fija idea de volver…

Ciertamente, somos nosotros los que hemos cambiado y nos hemos distanciado, tal vez sin pretenderlo, pero si, dada nuestras limitaciones naturales debido a la edad y que hoy todo es distinto, ni el humor es el mismo, ni ya aquellas nuestras posibilidades físicas nos acompañan, no podemos repetir con la misma vitalidad aquellas aventuras de la juventud hace tiempo perdida.

Antes, si uno salía, a donde fuera, el tiempo nos parecía corto. Hoy hasta nos parece que estuviéramos cometiendo un grave delito cuando suponemos que es mucho tanto tiempo fuera, lejos de quienes nos esperan y se preocupan por nosotros. Por aquello de los años, por que ven en nosotros hasta donde hemos llegado y quieren que duremos mucho más. No todos tienen esa suerte, saber que nos esperan…

Con todas estas reflexiones y sin pretender contagiar a nadie, dispongo que este tiempo que aún me queda, pueda dedicarlo a revindicar mi condición de hombre previsor, repito, sin molestar a nadie; sólo verme en el espejo de la vida y con el valor necesario aceptar la evidencia. Al verme ya casi caduco y no negarme a mi mismo que si fui joven. De esa etapa de mi vida, antes de verme en esta encrucijada, sólo guardo los recuerdos, aquellas vivencias entrañables y cuantos seres queridos participaron en ellos sentimentalmente. En esa corriente natural de las más hermosas sensaciones, compartidos siempre con el amor que depara la familia, los amigos y amigas, todas aquellas personas que nos dieron lo mejor de sus sentimientos, por una razón u otra, pero que siempre nos apoyaron en los buenos y malos momentos, contribuyendo al mejor de los entendimientos.

No me he olvidado de la guinda del postre, todo hay que decirlo, amigos.

Quisiera saber cual es el mayor de los errores que a diario cometemos y quisiera, así mismo, enmendarme de ellos, no volver a repetirlos y poder ver de frente y sin sonrojos, la realidad de la vida cómo es, la solidaria convivencia entre los de un lado y los del otro lado, respetuosamente, sin profanar los compromisos suscritos en los más serios e importantes consensos democráticos… La diversidad de los problemas existentes y el papel que juega nuestra política sociedad clamando justicia que se nos niega, ese castigo constante que seguimos sufriendo con tantas amenazas, que, quienes más las están sufriendo son los menos pudientes, los más pobres.

Y dicen… Que dicen, que estamos, si, que estamos comenzando, que lo de hoy no es nada… Todo esto me induce a creer que se trata de una guerra sin cuartel entre la derecha y la izquierda, una lucha despiadada que puede acabar muy mal en cuanto las gentes despierten de sus incomprensibles letargos, cuando los estómagos pidan comida y no haya con qué… No me gusta nada tanta pasividad de un lado y tigerazos del otro bando.

Celestino González Herreros

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10/5/12

COMO VENCER LO INVENSIBLE

Quisiera poder ser generoso con mis propias apreciaciones respecto a la evolución de nuestra ciudad turística, pero nadie duda que todavía hay mucho por hacer, distinguidos políticos del Gobierno Local y de la respetable Oposición. Los objetivos propuestos no han culminado en su totalidad., dada las circunstancias que han concurrido y la impertinente crisis económica que sufrimos y aún sigue importunándonos. Pienso bien cuando recomiendo seamos más comprensibles ante la evidencia. Se ven realizados muchos de los objetivos, obviando aquellos que no están visibles por sus propias características, que no se ven pese a estar realizados, allí donde fue necesaria la intervención de nuestros técnicos municipales, oportunamente.

Sólo hay que dejar el coche, algunas veces, y caminar placidamente con ojo avizor, transitar aquellos lugares que antes su aspecto fuera deplorable, las reformas que se han hecho en los últimos años y distintos gobiernos municipales; el auge que está tomando la imagen renovada de gran parte de nuestro viejo Puerto de la Cruz y cuya solera se mantiene a pesar de todos los inconvenientes que existieron y persisten, los que cada día van surgiendo, salimos adelante.

Es notorio que, a veces, por un extremo se arregla la imagen de nuestras calles y rincones ancestrales y por el otro lado surgen imprevistos que han de esperar a que les toque el correspondiente turno reparador. Bien es cierto que nuestro hábitat tiene sus años y la huella inexorable del tiempo no se esconde; y eso necesita dedicación, hasta conseguir reponer lo que vaya feneciendo debido a la misma erosión y desgaste producido por el paso de los años.

De todos es conocida la gran necesidad que impera para mantener en las mejores condiciones y formas, todo lo que se vaya logrando restaurar con la colaboración de todos los moradores portuenses y puntuales visitantes. Nuestra ciudad es de todos; y paradójicamente, muchas veces, la disfrutan más y la valoran los foráneos que nosotros mismos. No permitamos, por favor, que queden impunes aquellos ciudadanos que vieran destrozando o manchar a posta, o como divertimento gamberril, lo que con muchos esfuerzos nos haya costado estructurar. Eso es muy importante. Es evidente que aquellos que no se valoran asimismo menos pueden apreciar todo cuanto les rodea y son capaces de lo peor… Por eso es necesaria más vigilancia en las calles y lugares de ocio público. Asignatura pendiente.

Cambiando de tema. He venido observando en los Plenos del Ayuntamiento un ambiente tenso a más no poder, no hay forma de que se quieran siquiera un poquito, parecen perros y gatos enfrentados. Cada cual va a ver quién se justifica mejor y apenas intentan relajarse un poco, mientras la ciudad es un hervidero de problemas, pequeños y grandes, clamando por que el Gobierno y la Oposición se pongan de acuerdo y hagan lo imposible por sanear o erradicar alguno de esos males, si no pueden ser todos. A veces me pregunto: ¿Cómo resisten tanto tiempo hablando y sin llegar algún acuerdo?.. Es que casi ni agua beben, ¿por qué será? Y no se les seca las gargantas. Gentes fuertes, no cabe dudas. ¡Es broma!

Lo que si les sugiero encarecidamente, es que sigan trabajando, Gobierno y Oposición, por sacar adelante a nuestra sufrida ciudad, que vuelva a ser aquel Puerto de la Cruz que tanto trabajo dio a tantas gentes, canarios y foráneos. Cuando más bien teníamos que buscar mano de obra para el ladrillo y personal de hostelería, por que la nuestra era insuficiente. Aquel Puerto de la Cruz que en el mundo entero hay personas que nos visitaron y hoy nos recuerdan con añoranza y deseos de volver alguna vez.

Pónganse de acuerdo que de ustedes depende se haga realidad ese deseo que a tantos nos quita el sueño. Seamos pues, solidarios con esta noble causa.

Celestino González Herreros

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8/5/12

ALEGRE CONCIERTO EL DE LOS MIRLOS

Uno de los motivos que más me distraen es el canto de los mirlos, también ahora donde estoy estacionado, en La Paz y dentro del coche. Oigo un concierto tal, de docenas de esas simpáticas aves, que me dejan anonadado, máxime cuando el silencio de este lugar acompaña sus delicados gorjeos tan armoniosamente emitidos. Es como si entre ellos platicaran en su característico lenguaje que todo lo dulcifican. Me estoy largo tiempo escuchándoles, absorto viéndoles y oyéndoles.

Donde yo vivo hay una plaza pública cerca, a pocos metros de distancia y ni sospechar pueden, que antes del amanecer, cómo cantan… A veces me asomo a la ventana para contemplarles y admirar sus ceremoniosos discursos musicales y a verlos en la penumbra aún, saltar de rama en rama de los árboles. Llega uno a sensibilizarse sobremanera, luego seguir oyéndoles desde la cama, pareciera una de aquellas románticas serenatas que súbitamente quebraban el silencio de la noche, dedicadas a la novia amada como muestra de cariño. Costumbre esa ya desaparecida, será por imperativo del mismo progreso… Si no, por apatía y la deshumanización en la que estamos inmersos. A muchos les parecerá ridículo que me entretenga oyendo el confortable canto de los mirlos, o que recuerde aquellos tiempos pasados que no volverán, cuando los enamorados se decían sus cosas a través del mismo silencio, u oyendo una romántica serenata y la voz de su trovador queriendo decir un profundo y nostálgico te quiero…

A colación de aquellas ancestrales costumbres, la forma de enamorar dos personas de distintos sexos en la actualidad, por lo menos no es igual que antes, cuando se fabricaban las casas terreras con sus correspondientes ventanas y postigos. Ahora están por demás, sólo para que entre la luz, o que alguna señora mayor habitualmente asome a ver pasar las gentes. Hoy ya no se usa para enamorar, ella por dentro y él de pié bajo la ventana –sea alta, sea baja- aguantando agua, frío, viento o Sol, según las condiciones atmosféricas del momento. ¿Ahora, cómo se enamora? O es que ya nacen enamorados y sólo tienen que juntarse e ir de paseo… En verdad, los tiempos cambian.

Un elevado número de parejas ya ni van a la Iglesia a recibir el Santo Mandamiento del Matrimonio. Dicen que son católicos por que los bautizaron, pero pasan de sus obligaciones como tal. Siempre hay excepciones, por suerte, como nos educaron nos comportamos, no hay excusa que valga. ¡Se ven tantas cosas raras, tantas desviaciones!.. De seguir progresando, veremos con el tiempo que los niños los trae la cigüeña con zapatitos y todo lo demás; el firmamento se poblará de cigüeñas mensajeras trayendo los bebes… Ya todo es posible.

Celestino González Herreros

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5/5/12

SIEMPRE ESTÁ EN MI CORAZÓN SU AMOR DE MADRE



Quitársela al Cielo no puedo y aunque pudiera hacerlo ni lo pensaría, sería por mi parte el más vulgar de los sacrilegios y si pienso bien, donde está, es sin dudas, el mejor de los lugares, el más seguro…

Aunque me sienta tan solo sin ella, sin escuchar su voz, ni pueda acariciarla y decirle lo que representó siempre para mí y cómo alegraba mi vida, imaginármela donde está me da el mayor de los consuelos. Por las noches cuando le pido a Dios que le de descanso eterno a su alma, siento un regocijo tal… Y de tanto contener mi llanto me duele y siento la más triste emoción, por si nadie me oyera; y le rezo en silencio, un silencio tan profundo que hasta siento la sensación de correr a su lado y sólo me acompañan las tibias lágrimas que brotan de mis ojos sin poder evitarlas.

Señor, cuídamela hasta que pueda ir a verle y estar siempre a su lado, así como a mi padre, hermanos y demás familiares y amigos. Hasta que deba dejar este material mundo y a pesar de ello, también hermoso, donde nacimos, crecimos y aprendimos amar, a sufrir y a cumplir las penitencias que nos fueran impuestas y que hayamos merecido providencialmente. Al nacer, con el tiempo aprendimos a respetar la voluntad de Dios y aprendimos que sólo estamos aquí de paso, que es ley de vida alguna vez partir cuando nos llegue el momento. Aunque pocas veces el hombre acepte esa ley irrevocable y quisiéramos una permanencia en este mundo más duradera y sonriente. No renunciar, a veces, cuánto vamos a dejar atrás, los seres más queridos, las escasas pertenencias materiales que hayamos conservado o heredado, por que hemos de irnos sin equipaje, tan livianos y felices como vinimos…

Nuestro egoísmo suele cegarnos, no comprendemos que a veces ellos quieren descasar de cuúnto hayan disfrutado aquí, en esta vida. Otras veces presienten la llamada de Dios, la intuyen, y eso, sin que lo entendamos bien, proyecta caminos que no vemos, ilusión que no sentimos hasta que seamos nosotros los que vamos a partir; y hasta que expiremos el último aliento no lo sabremos nunca.

Por las noches, cuando nadie me vea, me refugio en aquellos inolvidables recuerdos y como las noches ya a mi edad se me hacen tan largas, pienso que estoy con ella y hasta hacemos planes… A veces me rinde el sueño y sigo con ella, es cuando más feliz soy y cuando más le demuestro mi amor, teniéndola a mi lado en mi letargo, temiendo siempre que el sueño se acabe y vuelva a la triste realidad, a la soledad. Hasta que vuelvo hallarle; y no me aparto de su lado.

Me pregunto, ¿cómo pueden haber hijos que hagan sufrir a sus padres, a sus hermanos y hasta a los buenos amigos, deliberadamente? ¿Cómo pueden hacer llorar a sus seres queridos y no importarles que puedan enfermar de tanto sufrir y puedan irse para siempre? No lo entiendo.

Para felicitarle en el Día de de todas madres, cuando debiera ser todos los días del calendario, sólo voy a enviarle como un sentimental detalle, un profundo pensamiento que como una sentida plegaria consuele a su alma. Nada más puedo enviarle, decirle que la quiero, que siempre está en mi corazón.

Las flores se marchitan con el tiempo, las lágrimas se secan, los sueños se quiebran cuando menos lo deseamos, sólo queda el cariño que siempre he sentido por ella. Sólo vivo de los buenos recuerdos que me dejara…

Cuando una madre se va, qué solos nos quedamos aunque nada distinto nos falte. Le buscamos por doquiera y sólo hallamos por respuesta este luctuoso silencio que nos haya dejado y el inmenso vacío que nada ni nadie, jamás podrá llenarlo, mas, nos queda el consuelo inmenso de saber que alguna vez podríamos hallarla…

Sirvan mis sentidas palabras para reconocer públicamente el exquisito valor del amor que sienten por sus hijos todas las madres del mundo, sin excepción alguna y felicitarles en el Día de su santa, nuestra dulce María.

Celestino González Herreros