Poeta del mar, Rafael Alberti Merillo, de la
Generación del 27, además destacado pintor desde muy temprana edad. Abandona el
Bachillerato para dedicarse a la pintura, por cuya razón se traslada desde Cádiz
a Madrid, concretamente desde el Puerto de Santa María, que influye
poderosamente en él en su Obra. En el año 1922 realiza una brillante exposición
en el Ateneo. Por motivos de salud se ve obligado a trasladarse a las sierras
de Guadarrama y Rute, donde comienza a escribir sus primeras poesías recogidas
bajo el sugerente título de Marinero en
tierra con lo que obtiene el Premio Nacional de Literatura (1.924 – 1.925)
otorgado por un jurado que integraban Antonio Machado, Menéndez Pidal y Gabriel
Miró. A estas Obras siguieron: La amante
y El Alba de Alhelí; y otras muchas
más.
RETORNO AL
LUGAR AMADO
En una barca de nácar partiste
surcando la mar rumbo ignorado
dejando atrás el entorno amado,
la bahía desolada y triste.
Fueron las estrechas callejuelas
de tu Cádiz testigos de amor,
fuente de inspiración y candor
entre ¡oles!, bailes y castañuelas.
Y sin saber a dónde te fuiste
con la confusión de tu exilio,
rompiéndose el hermoso idilio
del lugar que tanto amor le diste.
“Que siguieron tu callada ruta
muchas melancólicas gaviotas”
cantan desde entonces viejos poetas
“y la mar al
verlas pasar, disfruta”.
Ellas también te vieron llorar
recordando a tu tierra amada
que la imaginabas... asomada,
sobre las olas, como queriendo volar.
Que en la lejanía la veías
como si fuera en un bello sueño
y el sueño se te hacía pequeño,
triste... y que la abrazabas sentías.
Rafael Alberti, bate universal,
pintor y poeta en tierra y en la mar,
hombre de bien, nadie te va a olvidar.
Serás siempre lo que al mar es la sal.
Lo que es el día viendo amanecer,
después de una noche tenebrosa;
eres como la luz generosa,
como el calor poético del placer.
Aún notando tu triste ausencia
viendo los caminos yermos llorar,
aún faltando tu voz al no hablar,
sentiremos tu grata presencia.
Por el camino abierto llegaste
inundando de luz sus márgenes,
despertando viejas imágenes
que ayer sin querer abandonaste.
vi. en ti los mágicos destellos
que deslumbraron el largo paseo;
supe al fin cumplido tu deseo
de poder mirarte en sus ojos bellos.
Un poeta universal, como lo fuera Rafael,
seguirá en solitario cruzando mares,
adentrándose por los mágicos lugares
de su inspiración, cual ávido timonel...
Alberti fue señero bate iluminado
con verso marinero y voz angelical,
como el agua de
un divino manantial
y barco en la playa solitaria varado.
En mares encrespadas, su lírica prosa
templó la furia incontenible del vendaval
con sus versos
su inmenso caudal,
ahuyentándole lejos cual pesada loza...
Al llegar de nuevo a su patria amada
y ver el cielo azul, sus claros y oscuros...
fue como dejar atrás los tristes muros
que le vieron llorar su juventud añorada.
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Celestino González Herreros
http://www.celestinogh.blogspot.com
celestinogh@teleline.es
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