CRUZ
ROJA ESPAÑOLA DE PUERTO DE LA CRUZ
AAVV
SAN FELIPE – EL TEJAR
Una Institución humanitaria
como fuera hace algunos años, no muchos, aquella Asamblea de la Cruz Roja de
Puerto de la Cruz y que los ciudadanos de esta conmospolita ciudad con
nostalgia tanto echamos de menos, otra igual no habrá. Aquel disciplinado
cuerpo humanitario con un espíritu de sacrificio encomiable ha añadido a
nuestra historia local las más brillantes páginas para la posterioridad y
nuestro orgullo portuense. Son muchos los nombres, tantos que no acabaría en
tan buen tiempo de mencionarlos a todos, sólo recordemos con las estrecheces
económicas que vivíamos y ellos sacrificaban a sus familias y cuantas
obligaciones tuvieran, para ese tiempo dedicárselo al enfermo, al herido o accidentado.
Siempre eran los primeros en llegar al lugar del suceso y en tanto llegaran las autoridades médicas, civiles y judiciales,
se desenvolvían diligentemente y en muchas ocasiones salvaron vidas o evitaron
indeseables complicaciones, con sus medios más elementales.
En la mente de cada uno de
nosotros rondan algunos perfiles de hombres y mujeres que merecen nuestra
infinita consideración y respeto por su entrega humanitaria para con nuestros
semejantes.
Aquello era un ejercito de
voluntarios que crecía y más crecía; y disciplinado, a veces demasiado, pero es
necesario para poder mantener el orden.
Dense cuenta que no nombro a
ninguno para evitar herir susceptibilidades, pero téngase en cuenta que era una
Institución muy seria y lo seguirá siendo, pese a la posible competencia
desleal de las otras ambulancias que circulan en todo el archipiélago y que
nada tienen que ver con la Cruz Roja Española. Y a colación de la competencia
de Servicios, me han dicho, muy recientemente, sólo han pasado dos o tres días.
Fueron requeridos con mucha urgencia pidiendo ayuda, al teléfono oficial de
dichas ambulancias y mientras, el herido, visiblemente magullado por una caída
sufrida esperaba tendido en la vía pública de poco tráfico rodado, esperaba que
le socorrieran. Unos vecinos hicieron esa llamada telefónica y les contestaron
que no había ambulancias disponibles porque todas estaban de servicio en el
Carnaval. ¿Eso es justo, es posible?, pregunto. ¡Pues si! Imagínense lo
incómodos que aquellos vecinos estarían con tal descarada respuesta. Pero más
incómodo estuvo el accidentado, hasta que lo llevaron como pudieron en un coche
particular, que sin dudarlo un momento se ofreció hacer el Servicio que antes
fuera negado. ¿En qué país vivimos?
No es lo mismo un negocio lucrativo
que una Institución humanitaria, como es nuestra Cruz Roja Española. También es
cierto que, por la evolución de la vida y de los pueblos, está llamada a
ampliar sus posibilidades, que no sea sólo, aparte de los Servicios que hagan
en la calle, incentivaran a los componentes de la misma. En dicho
acuartelamiento pierden mucho tiempo que podrían emplearlo en formación, cursos
de capacitación, charlas y conferencias que les sean útiles al voluntariado con
nuevos conocimientos y practicas adquiridas.
Tal vez no he sabido
explicarme, pienso, en un ejército de voluntarios que sepan solventar difíciles
situaciones, posibles catástrofes como se sabe ocurre constantemente en todo el
mundo, terremotos, volcanes en erupción, vientos huracanados, derrumbes, etc.
Aquellos que hoy pertenecen a la Cruz Roja, muy pocos, casi nadie, sabría
organizarse u organizar salvamentos, socorrismo y evacuaciones… Es muy amplio
el abanico de posibilidades y llegado el momento, ¿sabrían esos muchachos
actuar con conocimientos previos? A eso me refiero, ganar ese precioso tiempo
para formarse debidamente. Un ejercito cualificado en condiciones de responder
ante cualquier imprevisto serio.
Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es
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