23/2/12

HEMOS DE SER PROTAGONISTAS DE NUESTRO PROPIO DESTINO


Es comprensible que uno de los factores negativo del acuciante fracaso escolar sea la gran influencia del problema del absentismo social generalizado, lo mismo en los distintos gobiernos como de los profesores y estudiantes. Están insensibilizados, les da igual un barrido que un fregado, ven con disimulada angustia que se les aproxima el fracaso de sus mejores ilusiones. Culpa ya no sólo de los polémicos recortes del momento, que dicho sea de paso, serán o no tan necesarios, pero lesionan bastante.

Nunca los estudiantes han visto tan negro sus cercanos horizontes, no van a ver trabajo entonces, cuando acaben sus estudios y si abandonan acabarán deambulando por las calles mirando al cielo, a ver si les cae algo desde arriba. Los profesores, entendiendo los problemas del estudiantado han perdido aquellas fuerzas morales que les inducía a formar a los muchachos. Y se preguntan hoy: ¿Para qué?.. Las aulas de los Colegios y Universidades, cada día parecen más sombrías, lúgubres y desangeladas. La calle es lo que les llama más, la libertad…

Sin perspectivas no es posible hallar la concentración necesaria para poder asimilar las lecciones correspondientes, ni son capaces de transmitirlas el profesorado en condiciones tan adversas. Ellos ven reflejada la agresividad contenida y el fastidio de los muchachos y hasta temen contradecir ese sentimiento de frustración. Se van haciendo mayores y sólo oyen la cantinela de la grave situación que vivimos y lo difícil que va a ser superar tantos fracasos y dificultades. Ni los propios Gobiernos saben qué hacer… Hablan sí, todos hablan. Discursos van, discursos vienen. Y dicen tener planes, que si dentro de un años, o dos, volveremos a estar como antes, etc. Y ya nadie cree en cuentos chinos ni leyendas parecidas.

¿Cómo pueden concentrarse los muchachos, si cada vez ven más negro el porvenir que les espera?

Sin embargo es necesario dosificar los ánimos, no tirar la toalla precipitadamente. El saber nunca está por demás y los que aprenden y llegan a graduarse, tienen más posibilidades de lograr un trabajo digno, aceptable y seguro, que aquellos que se quedaron en mitad del camino, para los cuales es muy difícil que hallen donde trabajar. Actualmente, según se van graduando, cuando acaban sus estudios, ya están preparándose para emigrar fuera, en cualquiera de los Continentes; y según cuentan, son felices la mayoría de ellos. Vienen a su lugar de origen en repetidas vacaciones, cada año y algunos, hasta montan sus propios negocios allá donde estén.

Si aquí tienen tiempo, es aconsejable que estudien idiomas, que se especialicen en cualquier rama de la Formación Profesional. Que hagan algo provechoso en ese valiosísimo tiempo que mañana les permita enfrentarse a la nueva vida. No hay otra solución. Lo más dañino para nuestra juventud es oír cada día, cada noche, lamentarse o bravucar a nuestros políticos, ellos no podrán resolver los problemas de nuestra juventud, por más que se lo propongan. Nunca es tan seguro como cuando los jóvenes se preparan para labrarse ellos mísmos su futuro. Sólo aplicándose en los estudios, en la educación general, entregándose a los libros y activando los brazos en el ejercicio del oficio que sea, aprendiendo bien, concientemente. Entonces podrán salir adelante, si no aquí, fuera, donde sea.

Si desde aquí ven nuestro horizonte tan feo, busquen más allá, que las distancias son infinitas y las perspectivas distintas. ¡Suerte, muchachos!


Celestino González Herreros

http://www.celestinogh.blogspot.com

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