25/2/12

ALGUNOS DICEN QUE NO ES SU PROBLEMA ¿DE QUIÉN ES ENTONCES?

A veces con nuestras gentes no hay quienes puedan, ni una crisis tan dañina como la que estamos sufriendo les conmueven, son capaces, deliberadamente, de ignorarla. Ah, pero si hubieran fiestas y fútbol todos los días, si iban a interesarse. Me los imagino, llevando la bandeja hasta el comedor, la habitación o el salón de estar, donde esté ubicada la televisión; y a comer “lo que haya” y sin apartar la vista de la pequeña pantalla. Que llueva o haya Sol afuera, eso es lo que menos les importa. En casa la TV y en la calle la juerga… Los políticos en el Parlamento, en el Senado, Cabildo, Ayuntamiento, etc., de palique y moviendo fichas a ver cómo diablos van a resolver los distintos y difíciles problemas existentes. Eso es, mientras un buen número de ciudadanos se deleitan a sus anchas. ¡Gol! ¡Gol! O bajando los desengaños futboleros tragando sendas cervezas bien frías. También buscando parejas en el baile… ¿Y que me dicen de los puentes laborales? Esa es otra, unos al monte, otros a la playa y algunos pocos devanándose los sesos por si consiguen salir de esta. Insisto, no todos. Algunos, los más tranquilos, echándose una canita al aire.

Según y cómo se les mire, es o no, loable, desde el punto de vista socio patológico. Que no se dejan convencer acerca de los momentos que estamos viviendo. De las evidentes limitaciones y las carencias que progresivamente crecen y al parecer nadie las detiene y arrasan…

Ante dichas situaciones, sin pretender influir en las decisiones que se tomen desde las altas esferas políticas, lejos de querer dar las espaldas a dichos problemas, auguro, pienso que algunos hay salvables, no digo lo contrario, el problema es igual para todos, no pretendamos tapar el Sol con un solo dedo, que el astro sale para todos por igual, sin privilegios ni limitaciones. Así pues, calma si, pero si entre todos empujamos el pesado carro que lleva los necesarios instrumentos para vencer todas nuestras dificultades políticas, económicas, sociales, etc., etc., dejando de pelearnos egoisticamente, nos aburriríamos menos y llegaríamos antes a la ilusionante meta de nuestras justas aspiraciones. Ganaríamos entre todos la gran batalla a esta odiosa crisis y nuestros pueblos volvería a resurgir en todos los mejores aspectos. La Oposición debiera hacer un necesario sacrificio, ayudar al gobierno actual y a los cuatro años tal vez se de vuelta la tortilla y los tiempos cambien. Sería entonces lo contrario, pero trabajarían juntos también y así sucesivamente. A ver, ¿cuál es el sagrado deseo de nuestros políticos? ¿Veneficiar al pueblo, darle lo mejor de ellos y ser lo más honrados posibles? Pues ya está. A trabajar pues, el pueblo entero siempre estará con ustedes.


Celestino González Herreros

http://www.celestinogh.blogspot.com

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