22/12/11

EN UN NOCTURNAL AZUL

Con afecto a nuestro amigo Agustín Armas Hernández
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Leyendo tu poesía marinera,
intuí la huérfana barca varada
sobre un tranquilo banco de arena
fría, atisbando a la mar serena;
callada, esperando su llamada...

Claros de Luna le delataban,
lloraba al pie del acantilado
y su estática sombra en la arena
proyectaba hacia la mar su pena,
fiel a su corazón destrozado.

¡La Barca se sentía desolada!
Mientras pisaba la arena, advertí,
en la borda, un pañuelo azulado
que yacía junto a un remo, amarrado
en su extremo; y hacia ella me fui...

Viste de luto su blanca proa,
entre encajes rizados de espumas...
¿Oíste, cuando iban las caracolas
sedando la furia de las olas
y su eco se perdía entre las brumas?

Yo oí el canto de la sirena
que tú imaginaste desde el mar
llegando, envuelto en la tibia brisa,
como mezcla de llanto y risa;
y la Luna rielando en la pleamar.

Pensé, mientras tu barca esperaba
librarse de la playa, prisionera…
que el recuerdo fue del que la amaba,
y era el azul que reflejaba
del cielo, cual luz mensajera.

La luz del plenilunio me atrapó,
cuando en la trampa de tu fantasía,
levando anclas, yo vi el lazo azul
volar, cual mágica malla de tul
celeste, que en el agua refulgida huía...

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Celestino González Herreros
http://www.celestinogh.blogspot.com
celestinogh@teleline.es

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