8/10/11

POCO A POCO

.

.

Un papel y un lápiz sobre la desierta mesa, una extraña ocasión y el silencio que me rodea. Apenas caminan mis ideas que tratan de agruparse en mi confusa mente para que pueda expresarlas a través de estas breves líneas, sin medidas.

Afuera, detrás de los barrotes de la ventana, el Sol resplandece radiante, inunda de luz la estancia y sobre mi mesa se posa su nítida claridad y el calor de sus rayos consuela a mi mano, me acaricia. Mi mente, poco a poco se va adaptando al medio, en este grato silencio y la luz fulgente; quieren fluir las ideas y los pensamientos, como si estuvieran ordenándose tratan de surgir, como si quisieran posarse sobre el blanco papel, rotas las amarras, buscando la libertad de mis sueños, liberarlos de la lucha vencida toda oposición. Y me entrego como un pájaro liviano, con las doradas alas desplegadas a las caricias del infinito aire de la libertad… Mis palabras juegan en el libertino espacio de la inspiración buscando el consuelo, esa sensación tanto tiempo deseada y sin haberla conseguido.

Ahora que estoy solo, entre estas cuatro paredes y tras los hierros de mi ventana reflexionando, comienzo a sentir que algo se mueve dentro de mí y es lo bastante, cuando antes estuve ausente de todo y en todas partes, inconciente. Siento, poco a poco, caer al suelo las ligaduras que me ataban, me desembarazo de ellas involuntariamente, como si despertara sigilosamente, a pesar mío; y una extraña fuerza me obligara muy suavemente, a caminar al compás de las cosas, que aunque no se muevan están ahí y detrás de la ventana, al otro lado, en la bulliciosa calle.

Parece que respiro soplos de aire más fresco y que me oigo a mi mismo. La vida sigue, late, siente… Y aunque pareciera que estoy triste, la intuyo, que me invita a seguirle con todo y todas sus cosas, que aunque -hoy- me parezcan desordenadas, son las mismas cosas que antes, en mi afán de vivir, yo las ordenaba buscando la armonía de sus formas en cada rincón, en cada lugar donde hubiera un motivo, una razón.

Hoy veo tanto si miro afuera, pero he de ir poco a poco, acostumbrándome nuevamente a caminar por esos viejos senderos, poniendo firmeza en mis pasos hasta que me vaya adaptando. Que fue mucho el tiempo que estuve ausente… Ahora sí, ya llega hasta donde estoy, el delicado canto de los pájaros, me están pidiendo que despierte y que cante con ellos, pero no puedo, aún no puedo, mas, escucharé sus trinos, ya que me consuelan poco a poco y cada vez más.

Antes, tanta luz me molestaba, ya todo para mí va cambiando, es que la vida sigue su delicioso rumbo, está ahí, afuera, en el campo, en la playa, por las calles del pueblo también está y Arriba, tan distante y tan cerca de la vez, para mis pensamientos, donde llegan mis cálidas oraciones coreando con el canto de los pájaros… ¡Tan distante y tan cerca!

Celestino González Herreros

http://www.celestinogh.blogspot.com

celestinogh@teleline.es

No hay comentarios: