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En esta triste ocasión, conteniendo mi emoción, me corresponde dedicarle unas frases de condolencia y cariño a la dolida familia del amigo Mamolo Melián por tan lamentable pérdida, irreparable en sí, para los que ruego a Dios les de el consuelo necesario y para él la salvación de su alma y la paz en el Reino de los Cielos… AMÉN
He de destacar esta vez y siempre, los méritos que concurrieron en la persona del amigo que nos ha dejado, no sólo sus cualidades personales y humanas; a ellas se suman los valores profesionales que le honraron en vida. Fue un trabajador nato y muy responsable, desde todos los puntos de vista. Perseverante, eso sí, que supo escalar difíciles peldaños hasta ver realizados sus sueños: ser un empresario respetado y progresista. Conquistó un futuro digno y estable para él y su familia, sin menoscabo alguno.
Los hermanos “Melián Escobar” fueron todos ellos –y lo es aquel que aún queda entre nosotros- buena gente, a los que siempre admiré y sigo admirándoles, por sus loables cualidades innatas, aquella natural simpatía y caballerosidad, poco común en los tiempos que vivimos. Ello me hace partícipe y con extraordinario celo, al considerarles como tal Y sentirme honrado con la sincera amistad que pudieron darme
Grosso modo, he querido presentar el verdadero perfil del llorado amigo Manolo Melián y de paso, de sus respectivos hermanos y hermana, los ausentes y el presente. Ángeles, su viuda, siempre fue el principal complemento de su digno hogar, buena mujer y mejor madre para sus hijos, con los cuales forman un hermoso cuadro familiar; hija de su admirable madre, a quien siempre le profesé un gran cariño. Puedo decir lo mismo de las madres de ambos, doña Carmen y doña Candelaria. Dos señoras adorables
A la amistad siempre le he dado la mayor importancia, por lo que ella representa para la buena convivencia, es el hilo conductor de la armonía social; y quizás, la palanca primordial de la normal estabilidad, en todos los ordenes. Siempre deben conservarse esos lazos cuando nos unen, por eso digo, a la amistad hay que darle todo lo mejor de nosotros cuando descubrimos que es sincera.
Amigo Manolo, tu ausencia material nos va a dejar un profundo vacío. Difícil es que podamos olvidar al amigo que se fue para siempre, hueco que llenaremos con los mejores recuerdos, los cuales perpetuaremos… Y tu silencio que no mine tu hogar, por que siempre estarás en el, acompañando a los tuyos en estos dolorosos días que han de transcurrir necesariamente. También estarás presente en nuestras oraciones, para que Dios te proteja y te guíe hacia aquellos que siempre te esperaron.
Celestino González Herreros
http://www.celestinogh.blogspot.com
celestinogh@teleline.es
He de destacar esta vez y siempre, los méritos que concurrieron en la persona del amigo que nos ha dejado, no sólo sus cualidades personales y humanas; a ellas se suman los valores profesionales que le honraron en vida. Fue un trabajador nato y muy responsable, desde todos los puntos de vista. Perseverante, eso sí, que supo escalar difíciles peldaños hasta ver realizados sus sueños: ser un empresario respetado y progresista. Conquistó un futuro digno y estable para él y su familia, sin menoscabo alguno.
Los hermanos “Melián Escobar” fueron todos ellos –y lo es aquel que aún queda entre nosotros- buena gente, a los que siempre admiré y sigo admirándoles, por sus loables cualidades innatas, aquella natural simpatía y caballerosidad, poco común en los tiempos que vivimos. Ello me hace partícipe y con extraordinario celo, al considerarles como tal Y sentirme honrado con la sincera amistad que pudieron darme
Grosso modo, he querido presentar el verdadero perfil del llorado amigo Manolo Melián y de paso, de sus respectivos hermanos y hermana, los ausentes y el presente. Ángeles, su viuda, siempre fue el principal complemento de su digno hogar, buena mujer y mejor madre para sus hijos, con los cuales forman un hermoso cuadro familiar; hija de su admirable madre, a quien siempre le profesé un gran cariño. Puedo decir lo mismo de las madres de ambos, doña Carmen y doña Candelaria. Dos señoras adorables
A la amistad siempre le he dado la mayor importancia, por lo que ella representa para la buena convivencia, es el hilo conductor de la armonía social; y quizás, la palanca primordial de la normal estabilidad, en todos los ordenes. Siempre deben conservarse esos lazos cuando nos unen, por eso digo, a la amistad hay que darle todo lo mejor de nosotros cuando descubrimos que es sincera.
Amigo Manolo, tu ausencia material nos va a dejar un profundo vacío. Difícil es que podamos olvidar al amigo que se fue para siempre, hueco que llenaremos con los mejores recuerdos, los cuales perpetuaremos… Y tu silencio que no mine tu hogar, por que siempre estarás en el, acompañando a los tuyos en estos dolorosos días que han de transcurrir necesariamente. También estarás presente en nuestras oraciones, para que Dios te proteja y te guíe hacia aquellos que siempre te esperaron.
Celestino González Herreros
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