11/10/11

Los rumbos cambian y la vida sigue su curso

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Siempre con la misma canción y la situación económica igual, no existe aún, aquellas garantías que ofertaban beneficios a cambio de inversión y todos muy contentos.
La ciudad de Puerto de la Cruz, cambió su fisonomía social, aquel perfil entusiasta que invitaba a realizar obras, a inaugurar negocios, a llamar a gentes para ofrecerles trabajos y a materializar todos aquellos deseos, muchísimos de los cuales se realizaron.

La forma de entender el progreso, tan cuidadosamente, fue quizás, el principal eslabón de la pesada cadena de nuestros éxitos económicos y sociales. Navegábamos rumbo fijo hacia el verdadero progreso, el definitivo de nuestra economía social y todo aquel que participó, contento de haber contribuido, decididamente, a mejorar nuestra antigua y medio precaria situación. Pero nada nuevo, la vida no es siempre como uno quiere y nada es imperecedero. Mas, lo enérgico y perseverante de los inesperados abatares lo han cambiado todo, ha transformado hasta los rumbos, las fuerzas merman y nunca las situaciones son las mismas, aunque hayamos superado crisis más inclementes, la de la pos guerra incívica española, por puro ejemplo, cuando éramos mucho más jóvenes y nuestros veleros cruzaban los mares cargados de seres humanos buscando un medio de vida mejor…

Siempre con lo mismo, es cierto, no podemos prescindir de esas mareas intempestivas que tantas veces nos sorprenden en el tiempo… Y en otras ocasiones han sido nuestros políticos los causantes de tanta inercia social, cuando debieran preocuparse más seriamente del avance social en todos los sentidos, social y económico, sin estar tanto tiempo perdidos viendo qué hace el vecino para mejorar las tristes situaciones que vivimos, Y en consecuencia, imitar aquel esfuerzo humano de sus hombres y mujeres para salir del caos en el que se han metido.

Cordura, señores y señoras, sólo abrir los ojos para ver mejor, no esperar ver arder las barbas del vecino.

Serán las urnas quienes señalen el nuevo destino de nuestra isla de Tenerife, será la voluntad del pueblo lo que ponga coto a las distintas bifurcaciones a que estamos expuestos; y con los casorios copulativos entre distintos partidos políticos por conveniencias, lo que habría que pensar muy detenidamente. Eso de que si valdría la pena de ir a votar o quedarnos en casa viendo la tele basura que nos han impuesto también sin reparo alguno.

Queramos o no, inexcusablemente, dependemos de la voluntad de los políticos españoles, a fin de cuenta, somos una finca de ellos y a callar dicen. Pero, no lo van a conseguir, también tenemos nuestros derechos, así como ellos siempre nos han exigido tantos y tantos deberes.
¿Quienes están en contra de eso, que se nos respete nuestra verdadera voluntad, díganmelo? ¿Y por qué? Todo tiene una razón y la consecuente e intrínseca responsabilidad.

Mi punto de vista jamás fue subversivo, mis palabras sólo apelan a la justicia y por ende a la razón. Eso es hasta meritorio, donde tantos años, siglos, venimos callando por no herir conceptos patrióticos, mientras que en el Senado nadie se interesa por nuestra difícil situación. Ni nuestros propios políticos dan muestras de ello.

¿Qué voy a decir entonces, si este escabroso tema ha surgido?.. Por casualidad.

Celestino González Herreros

http://www.celestinogh.blogspot.com/

celestinogh@teleline.es

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