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La cultura canaria, que nunca se detuvo, está alcanzando en la actualidad, un progreso ascendente que bien merece tenérsele en consideración. Dentro y fuera de nuestras fronteras isleñas, se advierte un fenómeno muy atractivo e impulsor. La juventud desde muy corta edad, se inquieta habitualmente por su formación profesional, así como por su natural afición a lo nuevo, lo concreto, así como lo abstracto. Hay más participación en la lectura, inquietud que salva las más difíciles situaciones, leer…Así como la TV deteriora importantes elementos psíquicos de la personalidad -cuando presenciamos impertinentes programaciones, fatuas y negativas para la formación del niño y la higiene mental del mismo adulto.- Aunque también a aportado ideas y ha señalado nuevos caminos que antes ignorábamos, tanto para chicos como para adultos. Y es verdad que hemos aprendido, paralelamente, a medida que hemos vivido, lo malo, pero también lo bueno, y esto último, lo positivo, ha condicionado al hombre a formarse mejor y dar de sí, gran parte de los cimientos que han estimulado y armonizado a esa cultura ejemplarizada y nos ha permitido llegar a lo más alto. Ello y lo nuestro, lo esencialmente autóctono, nuestras raíces culturales heredadas de pretéritas generaciones -el arte- hegemónico y la visión dinámico-creadora de nuestro talante, como fuente diseñadora de luces armoniosas e imaginación realista y ensoñadora que llega a todas partes con renovada insistencia y clamor.
Sin ir más lejos, con sana intención lo digo, sin pretender arrimarme, sólo me asiste la razón, Y digo lo que comprendo que por justicia debiera elogiarse. Nuestros muchachos nunca han estado más mimados como ahora. Vamos a olvidarnos, sólo por un momento, del paro juvenil y de los vergonzosos contratitos de trabajo por tres o seis meses, eso es harina de otro costal. Pero si, tienen acceso, como nunca, a esas Universidades Populares, las nuestras, por ejemplo, donde se esfuerzan en ayudarles -también a los adultos- dándoles calor y experiencias, conocimientos y formación que nunca antes habían disfrutado. Otra cosa, también fueron las Escuelas Públicas de épocas pasadas, claro está, donde se hizo mucho y muy bueno, por cierto. Sólo que todos no supieron aprovechar el verdadero objetivo que se buscaba y el gran esfuerzo de muchos de aquellos ejemplares maestros y maestras, a favor de aquellos críos ávidos por saber algún día enfrentarse a la vida valientemente-, mas, hay muchos hombres y mujeres importantes en la vida pública y política actual que comenzaron allí y hoy debieran enorgullecerse de ello y no negarlo, tengan sus ideas políticas el color que tengan. Y no digamos, por que entonces no acabaríamos, de aquellos maestros y maestras que en sus casas daban clases particulares y sacaban adelante a tantos niños y no tan niños. Primero eran los pobres y, luego, hasta se beneficiaban algunos de la gran élite económica, como los mayorcitos sabemos.
Fue una época dura y no por ello, a pesar de todo, no dejó de ser radiante en tantos y tantos aspectos que no debieron ser olvidados.. Muchos sufrimientos, claro que si, tanto trabajo… Creo que merece todo el respeto y consideración que quieran negarle. Consideración que no debiera faltar nunca en algún rinconcito de nuestro corazón. No es necesario que yo siga escribiendo tan imparcialmente y con sano juicio de este indiscutible tema. Los que aún quedamos disfrutando de la Gracia de Dios, sabemos que no exagero ni desvirtúo la verdad, y que todos participamos en ello, de una manera u otra.
La cultura canaria se va extendiendo hacia el exterior, también ahora, con restauradas fuerzas y propósitos elogiosos. No quiere detenerse en ningún momento, en Europa, América y países orientales, donde se habla de ello. Así pues, se ha hablado mucho, pero ahora es más alentador saber que hay aún grandes y buenos propósitos en ciernes y que fructificaran en breve plazo de tiempo.
Aquí tengo, ante mis ojos, entre viejos recortes del Periódico El Día, y que corresponde al domingo 23 de febrero, de 1992, página59, “Balcón de Venezuela”. Textualmente dice su título:Ilustrado dicho artículo, del cual es autor Antonio-Pedro Tejera Reyes, con una fotografía que, viéndola, nos confirma el calor y la confianza que, de forma expresiva, transmiten y nos proyectan ilusionados y verdaderos augurios. Aparece sonriente el Embajador de España en Venezuela, el Sr. Alberto de Armas, -actualmente fallecido- recibiendo de los representantes y promotores de la Academia de la Cultura Canario-Venezolana (ACCV) los estatutos de la misma. Tengo la suerte de conocer y de buen trato, en ambos extremos de la foto, al autor de ese artículo escrito, periodista en el país hermano y del Periódico El Día, chicharrero de los buenos; y al ranillero, ilustre y gran persona portuense, ya fallecido en Venezuela, Gregorio Llanos Abreu. El Sr. Armas, todos sabéis bien de él, qué voy a decir yo. Luego, no conozco a dos señores más, pero deben ser, como los demás, excepcionales.
Ideas significativas tienen en mente, elevarán, seguro que si, ese concepto creador que siempre de nosotros -canarios- la gente inteligente y estudiosa ha tenido y ello me enorgullece, hasta el punto, de que ya sueño con ver cristalizados tantos buenos deseos a realizar en la Patria de Bolívar. La cultura que armoniosamente quieren extender, mucho más aún. Es el trabajo organizado a fin de desarrollar nuestras costumbres, todo lo que hay de nosotros, a lo largo y ancho de Venezuela, paulatinamente, luchando coda a codo. Serán las letras, deportes, artesanía, bailes, coros y danzas, teatro, pintura, etc., etc. Es ambicioso el proyecto y, desde aquí, pido para esos artífices y muchos colaboradores de ellos, que Dios les ayude en esa prometedora empresa.
Digamos también la otra realidad, que no puede ser omitida por su complejidad: es el caso de aquellos niños que nunca fueron a la escuela - hablo de las décadas anteriores a la de los sesenta, hijos de gentes pobres, que apenas tenían para comer. No tenían tiempo para ello, había que ayudar a los padres a buscar algo de lo elemental. Eso estaba muy difícil. No, no me estoy saliendo del tema, es la otra realidad, como hay muchas otras, pero sigamos charlando. La historia debe narrarse basándose en los hechos, sin mirar a los lados y ella es también cultura. Preguntadles a los viejos del campo. Todos los pobres las pasaron canutas. ¡Y cómo les iban hablar de escuelas! Luego se fueron arreglando las cosas, a largo plazo, ya hoy sólo quedan los recuerdos y una muy seria interrogante. Sería bueno que no deteriorásemos lo que hasta hoy hemos logrado, que lo cuidemos mejor y que no volvamos a vivir aquellos tiempos de pobreza. Sería aconsejable continuar adelante, preparándonos para no caer en el error de un retroceso que sería fatal para todos. Es necesario un poco más de seriedad, nunca estaría de más. Crear trabajo para todos -el que lo tenga que lo cuide- Dejémonos de tanto cachondeo -de una y de la otra parte- y miren hacia ese horizonte que parece se nos aproxima. ¿No se dan cuenta? Tenemos que prepararnos mejor, antes de que sea demasiado tarde, antes que nos echen a un lado - todos sabemos cuál sería- y tengamos que conformarnos con las migajas de los que vendrían a visitarnos. No hablo, precisamente de extraterrestres.
No nos dejemos engañar y pensemos, más que en nosotros mismos, en nuestros hijos y los hijos de estos. Estudiemos… Estudiemos, no hay otra alternativa. Que nuestra cultura será la única salvación, sepamos defendernos ampliando nuestros conocimientos. Nunca será tarde para saber más, ni quita lugar. Aprovechemos las ayudas que se nos quieran dar, está en nosotros mismos esa posibilidad de alcanzar un nivel sociocultural más digno. Ampliemos nuestros caminos. Mas, busquemos en lo que parece imposible la verdad. Y en la verdad lo imposible. La cultura es un estandarte y el escudo de todos los pueblos. Y todos los hombres necesitamos enriquecerla con la constancia y el trabajo, con el estudio y cuantos sacrificios sean necesarios.
Y después de haberles confesado mis temores, siento que me consuela el saber que Canarias no ha dejado de luchar, y no sólo aquí, también en el exterior, lo venimos haciendo hace mucho tiempo y cada día con más valor. Tal vez, sin darnos cuenta, hemos apretado nuestras filas en el deseo de superación y hemos adivinado a tiempo, que sólo en el trabajo hallaremos y veremos realizadas nuestras esperanzas en la lucha constante y perseverante, con el ojo avizor siempre, viendo hacia el frente y sin dejarnos embaucar por nadie y menos por nosotros mismos. Mas, hay que seguir así, sin distraernos, sin atender falsas proposiciones y engañosos argumentos.
Trabajo, trabajo y trabajo, es lo único que en Canarias necesitamos. Que se nos respete de una puñetera vez. Que no nos engañen tanto…
¿Creéis que no lo sabía?
Antes que me increpen con polémicas aburridas, debo añadir que sí lo sabía, que la cosa está dura de pelar. Que nos va a costar mucho, pero no desfalleceremos, sabemos hacerlo, desde nuestros comienzos lo hemos hecho y aquí estamos aún luchando y así será siempre.
Aceptemos todas las buenas lecciones que son consejos providenciales; y aprendamos de ellas las verdades que nos liberen de la ignorancia y la pobreza espiritual que hoy nos ata deliberadamente, a nuestra propia soledad. Desatemos un día tantas ligaduras, como lo hacen muchos de nuestros compatriotas fuera de nuestra tierra, para dar una lección al mundo de ejemplaridad y honor. Luchemos acá como lo haríamos lejos de nuestro querido terruño, con bríos y honradez, innovando cada instante las fuerzas y pensando en la grandeza de nuestros pueblos, como única meta.
Sin ir más lejos, con sana intención lo digo, sin pretender arrimarme, sólo me asiste la razón, Y digo lo que comprendo que por justicia debiera elogiarse. Nuestros muchachos nunca han estado más mimados como ahora. Vamos a olvidarnos, sólo por un momento, del paro juvenil y de los vergonzosos contratitos de trabajo por tres o seis meses, eso es harina de otro costal. Pero si, tienen acceso, como nunca, a esas Universidades Populares, las nuestras, por ejemplo, donde se esfuerzan en ayudarles -también a los adultos- dándoles calor y experiencias, conocimientos y formación que nunca antes habían disfrutado. Otra cosa, también fueron las Escuelas Públicas de épocas pasadas, claro está, donde se hizo mucho y muy bueno, por cierto. Sólo que todos no supieron aprovechar el verdadero objetivo que se buscaba y el gran esfuerzo de muchos de aquellos ejemplares maestros y maestras, a favor de aquellos críos ávidos por saber algún día enfrentarse a la vida valientemente-, mas, hay muchos hombres y mujeres importantes en la vida pública y política actual que comenzaron allí y hoy debieran enorgullecerse de ello y no negarlo, tengan sus ideas políticas el color que tengan. Y no digamos, por que entonces no acabaríamos, de aquellos maestros y maestras que en sus casas daban clases particulares y sacaban adelante a tantos niños y no tan niños. Primero eran los pobres y, luego, hasta se beneficiaban algunos de la gran élite económica, como los mayorcitos sabemos.
Fue una época dura y no por ello, a pesar de todo, no dejó de ser radiante en tantos y tantos aspectos que no debieron ser olvidados.. Muchos sufrimientos, claro que si, tanto trabajo… Creo que merece todo el respeto y consideración que quieran negarle. Consideración que no debiera faltar nunca en algún rinconcito de nuestro corazón. No es necesario que yo siga escribiendo tan imparcialmente y con sano juicio de este indiscutible tema. Los que aún quedamos disfrutando de la Gracia de Dios, sabemos que no exagero ni desvirtúo la verdad, y que todos participamos en ello, de una manera u otra.
La cultura canaria se va extendiendo hacia el exterior, también ahora, con restauradas fuerzas y propósitos elogiosos. No quiere detenerse en ningún momento, en Europa, América y países orientales, donde se habla de ello. Así pues, se ha hablado mucho, pero ahora es más alentador saber que hay aún grandes y buenos propósitos en ciernes y que fructificaran en breve plazo de tiempo.
Aquí tengo, ante mis ojos, entre viejos recortes del Periódico El Día, y que corresponde al domingo 23 de febrero, de 1992, página59, “Balcón de Venezuela”. Textualmente dice su título:
Ideas significativas tienen en mente, elevarán, seguro que si, ese concepto creador que siempre de nosotros -canarios- la gente inteligente y estudiosa ha tenido y ello me enorgullece, hasta el punto, de que ya sueño con ver cristalizados tantos buenos deseos a realizar en la Patria de Bolívar. La cultura que armoniosamente quieren extender, mucho más aún. Es el trabajo organizado a fin de desarrollar nuestras costumbres, todo lo que hay de nosotros, a lo largo y ancho de Venezuela, paulatinamente, luchando coda a codo. Serán las letras, deportes, artesanía, bailes, coros y danzas, teatro, pintura, etc., etc. Es ambicioso el proyecto y, desde aquí, pido para esos artífices y muchos colaboradores de ellos, que Dios les ayude en esa prometedora empresa.
Digamos también la otra realidad, que no puede ser omitida por su complejidad: es el caso de aquellos niños que nunca fueron a la escuela - hablo de las décadas anteriores a la de los sesenta, hijos de gentes pobres, que apenas tenían para comer. No tenían tiempo para ello, había que ayudar a los padres a buscar algo de lo elemental. Eso estaba muy difícil. No, no me estoy saliendo del tema, es la otra realidad, como hay muchas otras, pero sigamos charlando. La historia debe narrarse basándose en los hechos, sin mirar a los lados y ella es también cultura. Preguntadles a los viejos del campo. Todos los pobres las pasaron canutas. ¡Y cómo les iban hablar de escuelas! Luego se fueron arreglando las cosas, a largo plazo, ya hoy sólo quedan los recuerdos y una muy seria interrogante. Sería bueno que no deteriorásemos lo que hasta hoy hemos logrado, que lo cuidemos mejor y que no volvamos a vivir aquellos tiempos de pobreza. Sería aconsejable continuar adelante, preparándonos para no caer en el error de un retroceso que sería fatal para todos. Es necesario un poco más de seriedad, nunca estaría de más. Crear trabajo para todos -el que lo tenga que lo cuide- Dejémonos de tanto cachondeo -de una y de la otra parte- y miren hacia ese horizonte que parece se nos aproxima. ¿No se dan cuenta? Tenemos que prepararnos mejor, antes de que sea demasiado tarde, antes que nos echen a un lado - todos sabemos cuál sería- y tengamos que conformarnos con las migajas de los que vendrían a visitarnos. No hablo, precisamente de extraterrestres.
No nos dejemos engañar y pensemos, más que en nosotros mismos, en nuestros hijos y los hijos de estos. Estudiemos… Estudiemos, no hay otra alternativa. Que nuestra cultura será la única salvación, sepamos defendernos ampliando nuestros conocimientos. Nunca será tarde para saber más, ni quita lugar. Aprovechemos las ayudas que se nos quieran dar, está en nosotros mismos esa posibilidad de alcanzar un nivel sociocultural más digno. Ampliemos nuestros caminos. Mas, busquemos en lo que parece imposible la verdad. Y en la verdad lo imposible. La cultura es un estandarte y el escudo de todos los pueblos. Y todos los hombres necesitamos enriquecerla con la constancia y el trabajo, con el estudio y cuantos sacrificios sean necesarios.
Y después de haberles confesado mis temores, siento que me consuela el saber que Canarias no ha dejado de luchar, y no sólo aquí, también en el exterior, lo venimos haciendo hace mucho tiempo y cada día con más valor. Tal vez, sin darnos cuenta, hemos apretado nuestras filas en el deseo de superación y hemos adivinado a tiempo, que sólo en el trabajo hallaremos y veremos realizadas nuestras esperanzas en la lucha constante y perseverante, con el ojo avizor siempre, viendo hacia el frente y sin dejarnos embaucar por nadie y menos por nosotros mismos. Mas, hay que seguir así, sin distraernos, sin atender falsas proposiciones y engañosos argumentos.
Trabajo, trabajo y trabajo, es lo único que en Canarias necesitamos. Que se nos respete de una puñetera vez. Que no nos engañen tanto…
¿Creéis que no lo sabía?
Antes que me increpen con polémicas aburridas, debo añadir que sí lo sabía, que la cosa está dura de pelar. Que nos va a costar mucho, pero no desfalleceremos, sabemos hacerlo, desde nuestros comienzos lo hemos hecho y aquí estamos aún luchando y así será siempre.
Aceptemos todas las buenas lecciones que son consejos providenciales; y aprendamos de ellas las verdades que nos liberen de la ignorancia y la pobreza espiritual que hoy nos ata deliberadamente, a nuestra propia soledad. Desatemos un día tantas ligaduras, como lo hacen muchos de nuestros compatriotas fuera de nuestra tierra, para dar una lección al mundo de ejemplaridad y honor. Luchemos acá como lo haríamos lejos de nuestro querido terruño, con bríos y honradez, innovando cada instante las fuerzas y pensando en la grandeza de nuestros pueblos, como única meta.
Celestino González Herreros
http://www.celestinogh.blogspot.com
celestinogh@teleline.es
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