JUVENTUD PERDIDA
De su juventud añora,
con pesar, aquellas cosas
que fueron maravillosas
y que al recordarlas ahora,
son momentos de la vida
que a la memoria vienen
y los sentidos retienen
aquella imagen perdida.
Se lamenta tristemente,
y en silencio desespera
mientras su final espera
como algo inminente.
Más, él seguirá soñando,
vigilando los caminos
tantas veces recorridos
y en cada puerta llamando.
Zaherido, buscándole
con desenfreno evidente,
culpando a su destino inclemente,
mientras va recordándole.
Sus sueños de primaveras
son como las aves que vienen
y que en sus nidos detienen
el llanto de sus quimeras...
El consuelo del pasado
absorbe su presente
que aún conserva latente
como un secreto amado.
Esos lazos no se quebrantan,
son sentimientos que no callan
y lamentos que siempre hallan
el estímulo que los alientan.
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Celestino González Herreros
http://www.celestinogh.blogspot.com
celestinogh@teleline.es
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