18/2/13


HOMENAJE A FEDERICO GARCÍA LORCA




I

De las estrellas fuiste poeta,
y de los caminos solitarios
reo por los sueños libertarios
anidados en tu alma inquieta.

Aunque goces de la paz divina
en el Edén de los sueños bellos
y tengas la luz de sus destellos,
tu poética prosa no termina.

En tus tristes noches,  - ya muy lejos -
me parece verte Federico,
avizorando faustos cortejos

en tu apartado lar onírico,
cual fueran liberales festejos
transmitiendo tu léxico lírico.

II 

Tras las rejas de tu ventana
intuyo verte, escuchando
 pasos de muerte cruzando
el aire frío de la mañana.

Sentenciándote con su andar,
bebiendo el frescor del alba;
que, con su guadaña cabalga
desde la cumbre hacia la mar.

Mas, seguías tras la ventana
cuando veías las tardes morir
hasta oír tañer la campana.

Que obligaba a despedir
con retirada temprana
aquel afán tuyo de vivir.

III

Dejadle el camino libre
y que nada se le interponga,
cuando su espíritu rezonga,
perseguido como una liebre.

¡Seguido por los hambrientos perros!
Dejadle por los campos correr
hasta que vuelva amanecer
y que despierte en sus cerros.

Granada, su tierra soñada;
que no quería verle morir
sin saber su Obra terminada.

Preso y sin poder elegir,
cuando su alma se agita
Adivinando el porvenir.

IV

El granadino perseguido
que no pudo huir de la sombra
proyectada de su Alhambra.
¡Jadeante, cual siervo herido!

El esclavo de la belleza
de su poética sultana,
vislumbró desde la ventana
de su Granada la pobreza.

Por el yermo camino se iba,
sorteando la enramada
y con la mirada perdida.

Se iba pensando en su amada,
viéndola cual diosa dormida
en un sueño de luz y cascada.

V

La noche mora y sultana,
como Lorca la quería,
lloró al despuntar el día,
al doblar por él la campana.

Desde el último ocaso
de aquella fulgida tarde,
que, por un designio cobarde
se anunció su fracaso.

Lloró al poeta gitano,
al rebelde enamorado
de noble corazón serrano.

Así, en Granada sepultado,
quedó del poeta hermano,
su genial nombre perpetuado.

VI

Quisiera poder decirte
con versos apasionados,
en tu Obra inspirados
y que no lleguen a herirte,

lo mucho que te envidio
por lo grande que tú has sido;
y por lo que hayas sufrido
cuando fuiste a presidio

defendiendo una opinión
que te dignificaría
con la ley de la razón.

Como homenaje te diría
que sentimos gran ilusión
de imitarte algún día.

-------------

Celestino González Herreros
celestinogh@teleline.es

No hay comentarios: