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Duele tenerte tan lejos,
como antes no poder caminar
hacia la orilla del mar,
junto a la costa de Acentejo.
¡Y no poder olvidarte!
Duele pensar noche y día
que ya no puedes ser mía
ni podré este amor brindarte.
Oh, mi dulce matancera,
asomada en tu ventana
imagino verte cada mañana.
Tu mirada lastimera.
Mirando por si me ves pasar,
buscándome entre las gentes
que cruzan indiferentes,
sin sospechar nuestro pesar.
Duele sopesar los años
y tener que conformarme
sabiendo que no has de amarme.
¡Duelen tantos desengaños!
Viejo ya, te sigo viendo
deambulando por La Matanza
y me invade la añoranza.
¡Es que aún te sigo queriendo!
Y si supieras el llanto
que encierra mi callada alma.
Sin ti desconozco la calma,
¡sufro por quererte tanto!
¡Ay! Si frente a tu ventana
algunas veces me vieras,
amor mío, aunque te fueras,
no olvides quien tanto te ama.
Es mi corazón, ¡0h, cielo!,
vagando sin ti, ebrio de amor…
entre viñedos en flor.
siempre mi único consuelo,
de tu Matanza legendaria:
según la historia recuerda;
y que nunca su encanto pierda,
ni te sientas solitaria.
Celestino Gonzáles Herreros
http://www.celestinogh.blogspot.com
25/2/10
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