.
Yo vi. nacer un sol diferente allá, sobre las demarcadas crestas de los viejos pinares de la lejana cordillera en el oriente y llegar su diáfana y tibia luz acariciar los viñedos que me rodean y ver mi sombra huidiza, casi ilegible temiendo robarle esa caricia esperada toda la noche. vi. igual que ayer, alimentarse tantas ilusiones del campesino sustentadas en la supervivencia de la viña y el temor que siempre acecha a nuestros campos, un cambio climático fortuito, la perdida irreparable de toda la cosecha. Tanto trabajo perdido… Mas, ello no justifica el hecho de que veamos tanta tierra abandonada por doquiera, nuestros antepasados reponían cualquiera huella de algún desastre en nuestro eco sistema agrícola. La calma volvería y a veces el fruto reparador que daba la tierra compensaba con creces aquellas contrariedades inesperadas. Nuestros campesinos siempre fueron valientes y persistentes. No hubieran permitido el escandaloso panorama de ver tantas “propiedades” completamente abandonadas, secas, marcadas las huellas de la desidia, algunas; otras tristes estampas, aquellas parcelas que esperaban revalorizar vendiéndolas para la construcción de nuevas Urbanizaciones, grandes superficies… Más carreteras y fábricas, más cemento sepultando tan fértiles y generosas tierras de cultivos. Es evidente de que los resultados han sido adversos, la construcción se “paró”, ahora ni una cosa ni la otra. A ver quién le da cuerda al ratoncito de juguete. Hay que ser más previsores, pienso en los dueños de esas maltrechas tierras y la permisivilidad de aquellos que siempre han permitido los desmanes a que estamos acostumbrados. Hay leyes de costas… ¿Y las leyes del campo qué?.. Anarquía pura. ¡Qué mal veo la cosa!
Desde la parte baja del Valle, lo que se ve hacia arriba, hacia la autopista, hacia los últimos linderos del extenso lugar, todo es desencanto… Da pena ver cuánta tierra abandonada, a diestra y a siniestra, da lástima que nuestros respectivos Gobiernos no se hayan fijado, por respeto, siquiera, y no traten de poner remedio al asunto. Tienen abandonadas por doquiera tierras productivas, algunas aún conservan aquellas atargeas que llevaban el agua a los productos sembrados que luego se comerciaban… Sin intermediarios, a mitigar las tristes privaciones económicas de tantos hogares, muchos en difíciles circunstancias. Había que trabajar para poder subsistir, nadie regalaba nada y menos aquellos gobiernos. Los de hoy son muy generosos e invitan a ser pacientes…
No debe permitirse ver tantos terrenos “agrícolas” así, despreciados. Alguien tiene que remediar tanto descaro. Alguien tiene que golpear duro la mesa del consistorio, con coraje, para decidir qué hacer con aquellos que no cedan esas tierras abandonadas al Gobierno para fines cooperativistas. Que puedan ser cedidas a tal fin. O tengan que pagar un Impuesto municipal adicional, el doble de lo que hubieran que pagar los que menos o nada tienen y las tienen produciendo. ¡Ay, si hubiera justicia agraria!
Donde quiera que vaya veo ese horrible espectáculo, tierras abandonadas y los dueños y herederos legales, dándose la buena vida, de acá para allá, mientras se sigue hablando de crisis económica. Mientras los Informativos nacionales no se cansan de decir que la cosa va en serio, que esto va a ser difícil de resolver. Mientras, aquellos que saben que sus tierras nadie se las va a tocar, ya que las tienen todas consigo, miran para el otro lado. ¡Por favor, que no me hablen de hambre, que no me digan que en Las Islas hay gente que se van a la cama por las noches sin echarse nada a la boca! Que hay muchas gentes que está pasando hambre ¡Que baje Dios y lo vea!
Desde la parte baja del Valle, lo que se ve hacia arriba, hacia la autopista, hacia los últimos linderos del extenso lugar, todo es desencanto… Da pena ver cuánta tierra abandonada, a diestra y a siniestra, da lástima que nuestros respectivos Gobiernos no se hayan fijado, por respeto, siquiera, y no traten de poner remedio al asunto. Tienen abandonadas por doquiera tierras productivas, algunas aún conservan aquellas atargeas que llevaban el agua a los productos sembrados que luego se comerciaban… Sin intermediarios, a mitigar las tristes privaciones económicas de tantos hogares, muchos en difíciles circunstancias. Había que trabajar para poder subsistir, nadie regalaba nada y menos aquellos gobiernos. Los de hoy son muy generosos e invitan a ser pacientes…
No debe permitirse ver tantos terrenos “agrícolas” así, despreciados. Alguien tiene que remediar tanto descaro. Alguien tiene que golpear duro la mesa del consistorio, con coraje, para decidir qué hacer con aquellos que no cedan esas tierras abandonadas al Gobierno para fines cooperativistas. Que puedan ser cedidas a tal fin. O tengan que pagar un Impuesto municipal adicional, el doble de lo que hubieran que pagar los que menos o nada tienen y las tienen produciendo. ¡Ay, si hubiera justicia agraria!
Donde quiera que vaya veo ese horrible espectáculo, tierras abandonadas y los dueños y herederos legales, dándose la buena vida, de acá para allá, mientras se sigue hablando de crisis económica. Mientras los Informativos nacionales no se cansan de decir que la cosa va en serio, que esto va a ser difícil de resolver. Mientras, aquellos que saben que sus tierras nadie se las va a tocar, ya que las tienen todas consigo, miran para el otro lado. ¡Por favor, que no me hablen de hambre, que no me digan que en Las Islas hay gente que se van a la cama por las noches sin echarse nada a la boca! Que hay muchas gentes que está pasando hambre ¡Que baje Dios y lo vea!
No hay comentarios:
Publicar un comentario