30/5/13

LO INJUSTIFICABLE






¿Por qué el bebedor bebe? Será para evadirse… Tal vez para creerse que va a olvidar los problemas que le angustian. Al reconocer su impotencia ante las posibles dificultades socio económicas que le acosan. Un bebedor bebe buscando allanar el camino que diariamente le espera, la incapacidad, falta de preparación profesional, defectos congénitos, cobardía, sumisión e indecisión a la hora de pronunciarse por algo o ante el trabajo, ante sus obligaciones familiares, sociales y económicas. Un bebedor bebe, lamentablemente, si no sabe controlarse, para olvidar al mundo, su pueblo, familia y así mismo. Un bebedor, a pesar de todo, lo que necesita es ayuda, nunca castigarle con el desprecio y lograr encausarle por otro camino que no sea el alcohol para insertarlo en la vida normal. Nunca pretextar que si bebe es por que le gusta el sabor… Repito, un bebedor no necesita compasión, lo que requiere es ayuda psicológica, cariño, calor humano, trabajo y una oportunidad más para rehacer su vida social.


Hay bebedores que sólo recurren al alcohol para estacionarse en un ambiente coloquial, beben muy despacio y lo más que hacen es hablar sin parar, hasta que a veces se olvidan de la bebida que tienen delante. Es como un pretexto y en realidad lo que necesitan esos aparentes bebedores es hablar, que les oigan y que les sigan dejando hablar. Así se les pasa el tiempo, miran su reloj, acaban con lo que queda en el vaso –para que luego no digan-  y arrancan la caña. Los seres humanos necesitan liberarse bebiendo algo o subiendo una montaña. Desde luego, con las esposas no ganan una. Muchos no descansan, cada cinco minutos miran su reloj. ¡Me voy, dicen todos! ¡Me voy! Pero lo cierto es, que es una terapia muy peligrosa como recurso. El hombre llega a su casa como nuevo, pero dependiendo del carácter de cada cual y la educación e inteligencia de su esposa, todo cambia y, a veces, se convierte en un verdadero infierno. Por eso hoy hay tantas esposas muy comprensibles, desde que el hombre llega a casa lo colman de atenciones o algún escobazo… y ellos se desviven por demostrarles su cariño; pero si no es así, mal asunto.

Con tantos sobresaltos sociales, recortes, hipotecas y las perspectivas contra las Pensiones ha aumentado el número de supuestos bebedores… ¡Mal asunto, amigos míos!, ¿a dónde vamos a parar?..



Celestino González Herreros
         celestinogh@teleline.es



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