26/9/08

Ahora mismo te siento tan cerca

Mi mundo, ¡qué pequeño es de un extremo a otro! A mis cansados ojos nada se le escapa, por doquiera te veo hasta extasiarme, todo está a mi alcance; y siento tu aliento donde quiera que te halles… Todos los senderos son iguales. Y cuando cae la lluvia, con los pequeños arroyuelos que se forman en el árido pavimento, con ellos suelo jugar distraídamente y te veo igual si miro sus aguas cristalinas, sonriéndome; y tu voz navega con la suave brisa que va y viene de un extremo a otro. Mi mundo sin ti cabe en mis temblorosas manos y bebo como agua fresca la miel de tus besos hasta saciar la sed de mis labios.

No sé si mis caricias te llegan, yo si siento el calor de tu cuerpo si te aproximas a mí y en tus ojos veo, como la luz del cielo, un fulgor de luminarias que no se apagan, sólo parpadean, o el tenue resplandor de cada nueva aurora que asomara a este mundo mío de fantasías y añoranzas, donde vivo y te busco cada noche, cada día… Donde nada ni nadie turba mi prolongado sueño todo el tiempo, sin tregua alguna. Tan largo es mi letargo que no sé de las horas que van pasando. Todo está a oscura y sólo veo la luz de tus ojos y oigo tu voz llamándome desde la distancia que nos separa.

Los senderos más escabrosos son aquellos donde quedaron sepultadas las desafortunadas vivencias del desamor, en esas sendas ocultas quedaron para siempre las ilusiones rotas, yermas en el más absoluto olvido. Sólo recuerdo los momentos felices que el destino nos deparó y los conservo con devoción infinita, de tal forma, que he llegado a vivirlos nuevamente a solas al evocarte. Rayito de luz, dulce melodía de mis sueños, en mi mundo tú vives en mí, sin pretender profanar la paz de tu distanciamiento… Ahora mismo te siento tan cerca. Mira como se me pone la piel, cómo late mi corazón, cómo al cerrar los ojos te veo mejor y puedo ir a tu encuentro…

Amor, ¿acaso no oyes mi voz, cuando te llamo, aunque te lleve dentro de mí? Sólo puedo soñarte, delirante, apasionadamente y en silencio, para no turbar la paz que nos une cada instante de mi vida. Soñarte desde este pequeño mundo que alberga mi corazón sin cerrojos, donde puedas ser libre a pesar de ser mi prisionera, donde tu libertad te permita estar siempre conmigo, recorriendo aquellos hermosos caminos que en mi mente atesoran los recuerdos de tantas horas vividas juntos… Libre como mis pensamientos, como la cálida brisa que tantas veces nos acarició y que ya sólo percibo en mis sueños de amor cuando estás a mi lado.

A veces siento que ya, más no puedo quererte y he llegado a pensar, que en nuestro pequeño y onírico mundo soy más feliz teniéndote así, siempre acompañándonos, sin descuidarnos. Hallándonos más cerca de Dios en cada mirada… En cada amorosa caricia. Diciéndonos tiernas palabras de amor en silencio, con nuestras miradas…

No hay comentarios: