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La diversidad de opiniones respecto a los asuntos prioritarios de un complejo comunitario y hasta de un amplio núcleo social, se presta a la discordia y al descontento de un considerable sector de esa sociedad, que entre otras cosas, tratan de estudiar la forma de contentar a todos sus feligreses de igual forma, si fuera posible. Pero si no hay consenso, los proyectos o las aspiraciones en conflicto, con el tiempo se demoran innecesariamente y el conjunto, ya generalizado, pierde…
En Puerto de la Cruz, desde hace algún tiempo, hay interesantes Proyectos aparcados por falta de consideración política, desprecio a los ciudadanos que se ven obligados a resignarse hasta que despierten las conciencias de aquellos que entorpecen las verdaderas ambiciones ciudadanas con sus posturas rencorosas. No se trata de otra cosa que de “rencor” y ganas de fastidiar… ¿Para eso va uno a la Urnas a depositar el Voto ilusionado por el progreso de su pueblo, villa o ciudad? Luego no hablemos de las “coaliciones” y las discutibles “censuras”, a veces, verdaderas puñaladas traperas. ¿Con qué cara nos miramos luego? ¿Con el rabo entre las piernas y calladitos?.. Hacen lo que se les antoja. ¿No se dan cuenta de que somos mayorcitos y que hay cosa que por narices no estamos dispuestos a compartir?
Ya la misión nuestra, me refiero a nosotros, los adultos, los que tanto hemos dado, los que hemos aprendido con las mejores y buenas notas, las acostumbradas lecciones políticas que la vida de Tenerife nos ha enseñado; y con duros y despiadados golpes recibidos, a que conozcamos muchos y sobrados desengaños políticos. Los ciudadanos portuenses hemos tenido que aprender a no doblegarnos ante promesas que ni saben si podrán cumplir. Gracias por las buenas intenciones. Promesas que suelen ofrecer a cambio del codiciado voto electoral.
Hagamos memoria, cuántos políticos han fracasado en todo intento por cumplir aquello que prometieron y que no siempre se puede cumplir, sea por distintas circunstancias, políticas, económicas, etc. Otros se han arruinado dando más de lo que han podido, aunque sean los menos. Como dijo aquel: a rey muerto, rey puesto y “pa” lante. Siempre corriendo el mismo riesgo, bien por falta de medios, de ayuda… Y de simpatías, lamentablemente, pues hasta esas tenemos, cualidades indispensables, para muchos, que decididamente entran también en juego.
Mientras tanto los pueblos se hunden, el paro aumenta -evidentemente- y la desconfianza en los políticos crece. No hay otra ni mejor explicación. Y lo digo como una pertinaz anécdota que nos asedia, que se repite y extiende por doquiera.
¡Cuánto daríamos los portuenses por ver resurgir a Puerto de la Cruz, que sus ediles se preocupen, aunque sea “un poquitito más”, antes que nada, de revivirle! Para ello es necesario que todas las fuerzas políticas se conciensen y lleguen a unirse dignamente, pensando ante todo en el porvenir de nuestras futuras generaciones, pero que no olviden a la juventud actual, y hombres y mujeres de todas las edades, indefensos como los más jóvenes, todos con serios problemas y múltiples compromisos familiares que les resulta dificilísimo resolver. Algunos llevan largo tiempo en el paro y sin cobrar ayuda alguna, sin esperanzas. Soportando al fantasma de las hipotecas y la mano ávida de los Bancos dispuestos a quedarse con todo… Familias destrozadas, desengañadas. Ya hay hasta miedo en la calle. El hambre es muy fea y el frío…
Es lo más preocupante, actualmente y lo más peligroso. Es cuestión de abordar ese problema cuanto antes y ello no lo van a conseguir nuestros respetables si no se bajan del burro y se sientan a dialogar responsablemente, No lo tomen a la coña, la cosa está que arde… Es posible que no se hayan dado cuenta.
Esa diversidad de opiniones entre tantos partidos políticos, ha ocasionado el espantoso problema de la situación que estamos viviendo. Cada cual se cree con el derecho de regir los destinos de sus propios pasos, sin pensar, realmente, en la suerte de sus sufridos vecinos, cada vez más pobres e indefensos. Que suban los impuestos, si eso va a beneficiarnos, pero antes estudien con esa sagaz inteligencia que algunos mal presumen, con conciencia humana, el gran problema en sí. A los pobres no se les puede pedir más y los pobres son los que componen el mayor índice de nuestros desfavorecidos conciudadanos. Pobres por que cada vez nos empobrecen más, tal vez sin mala fe. Pero sí con la peor mala l…. Uvas tienen, pero no maduras…
En Puerto de la Cruz, desde hace algún tiempo, hay interesantes Proyectos aparcados por falta de consideración política, desprecio a los ciudadanos que se ven obligados a resignarse hasta que despierten las conciencias de aquellos que entorpecen las verdaderas ambiciones ciudadanas con sus posturas rencorosas. No se trata de otra cosa que de “rencor” y ganas de fastidiar… ¿Para eso va uno a la Urnas a depositar el Voto ilusionado por el progreso de su pueblo, villa o ciudad? Luego no hablemos de las “coaliciones” y las discutibles “censuras”, a veces, verdaderas puñaladas traperas. ¿Con qué cara nos miramos luego? ¿Con el rabo entre las piernas y calladitos?.. Hacen lo que se les antoja. ¿No se dan cuenta de que somos mayorcitos y que hay cosa que por narices no estamos dispuestos a compartir?
Ya la misión nuestra, me refiero a nosotros, los adultos, los que tanto hemos dado, los que hemos aprendido con las mejores y buenas notas, las acostumbradas lecciones políticas que la vida de Tenerife nos ha enseñado; y con duros y despiadados golpes recibidos, a que conozcamos muchos y sobrados desengaños políticos. Los ciudadanos portuenses hemos tenido que aprender a no doblegarnos ante promesas que ni saben si podrán cumplir. Gracias por las buenas intenciones. Promesas que suelen ofrecer a cambio del codiciado voto electoral.
Hagamos memoria, cuántos políticos han fracasado en todo intento por cumplir aquello que prometieron y que no siempre se puede cumplir, sea por distintas circunstancias, políticas, económicas, etc. Otros se han arruinado dando más de lo que han podido, aunque sean los menos. Como dijo aquel: a rey muerto, rey puesto y “pa” lante. Siempre corriendo el mismo riesgo, bien por falta de medios, de ayuda… Y de simpatías, lamentablemente, pues hasta esas tenemos, cualidades indispensables, para muchos, que decididamente entran también en juego.
Mientras tanto los pueblos se hunden, el paro aumenta -evidentemente- y la desconfianza en los políticos crece. No hay otra ni mejor explicación. Y lo digo como una pertinaz anécdota que nos asedia, que se repite y extiende por doquiera.
¡Cuánto daríamos los portuenses por ver resurgir a Puerto de la Cruz, que sus ediles se preocupen, aunque sea “un poquitito más”, antes que nada, de revivirle! Para ello es necesario que todas las fuerzas políticas se conciensen y lleguen a unirse dignamente, pensando ante todo en el porvenir de nuestras futuras generaciones, pero que no olviden a la juventud actual, y hombres y mujeres de todas las edades, indefensos como los más jóvenes, todos con serios problemas y múltiples compromisos familiares que les resulta dificilísimo resolver. Algunos llevan largo tiempo en el paro y sin cobrar ayuda alguna, sin esperanzas. Soportando al fantasma de las hipotecas y la mano ávida de los Bancos dispuestos a quedarse con todo… Familias destrozadas, desengañadas. Ya hay hasta miedo en la calle. El hambre es muy fea y el frío…
Es lo más preocupante, actualmente y lo más peligroso. Es cuestión de abordar ese problema cuanto antes y ello no lo van a conseguir nuestros respetables si no se bajan del burro y se sientan a dialogar responsablemente, No lo tomen a la coña, la cosa está que arde… Es posible que no se hayan dado cuenta.
Esa diversidad de opiniones entre tantos partidos políticos, ha ocasionado el espantoso problema de la situación que estamos viviendo. Cada cual se cree con el derecho de regir los destinos de sus propios pasos, sin pensar, realmente, en la suerte de sus sufridos vecinos, cada vez más pobres e indefensos. Que suban los impuestos, si eso va a beneficiarnos, pero antes estudien con esa sagaz inteligencia que algunos mal presumen, con conciencia humana, el gran problema en sí. A los pobres no se les puede pedir más y los pobres son los que componen el mayor índice de nuestros desfavorecidos conciudadanos. Pobres por que cada vez nos empobrecen más, tal vez sin mala fe. Pero sí con la peor mala l…. Uvas tienen, pero no maduras…
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