31/3/10

CARICATURA POLÍTICA DEL MOMENTO

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En ningún momento he querido mal decir, ni de unos, ni de los otros; los otros son aquellos que nos precedieron y que ya son historia, en el tiempo. Cuando nombro a nuestros políticos y sus colaboradores más directos, lo hago desde la óptica democrática que me asiste. Ante todo, por convicción antepongo el respeto que ambos se merecen, aunque no hayan sido generosos con quienes no compartieron sus ideas políticas. Que alguna vez insinuase y hasta lo afirmase, que también merecemos el mismo respeto, es cuestión de honor. No sé si es porque así me educaron. Ser consecuente de mis actos y respetar las instituciones públicas y privadas, es mi estilo. También defender mis derechos constitucionales y jamás llegar al conformismo servil impuesto sin justicia.
Antiguamente un Alcalde era de todos, o así se daban a entender… es decir, no había tanto extremismo, había partidos opositores a su gestión, eso sí. Pero marchaban a su paso. ¿Represión?.. Yo era muy niño entonces, para entender esas lucha oficialista. La historia la cuentan de diferentes formas. No olvidemos la injusta guerra civil española, cuyas negras páginas son motivo de afrenta colectiva. Aún hoy quedan rescoldos y recelos de aquella barbarie. Miremos al norte de nuestra brújula nacional…
Aún hoy, el Alcalde está luchando o defendiéndose de los continuos ataques “partidistas” que le acosan. Son dos o más frentes que chocan por combatir la iniciativa del oponente, sin dejarle respiro, ni analizar si es bueno o malo para el pueblo lo que se piensa realizar. Así no se puede gobernar bien, ni enrumbar los destinos de los ciudadanos. Y la mayoría de los Gobiernos locales (¿?) fueron así de despiadados.
Si ustedes quieren ver una cara donde se refleje el agotamiento, el desengaño y el desconsuelo,.. vean la cara de su Alcalde (en la época que fuere). Aunque le sonría al saludarle. Están muy estresados con tanto “barullo”. ¿Acaso pueden ejercer su alta responsabilidad, así visto, bien por unos y pésimamente por los demás? Lo triste es que aunque lo hagan bien, le castigan sin piedad alguna. Desde que tengo uso de razón, los Alcaldes que he ido conociendo en mi querida ciudad de Puerto de la Cruz, de todos, por una razón u otra, guardo algún buen recuerdo, sin haberles pedido favor alguno. He visto en ellos deseos nobles de hacer lo mejor por nosotros, los portuenses. Debe ser que a algunos las cuentas no le salieron bien. Y pese a las adversas condiciones burocráticas que nos ha tocado vivir, nos hemos aguantado en pie, ilusionados siempre por “vientos mejores” que aclaren la atmósfera que nos envuelve. Ahora de nada sirven los lamentos.
Cuando llegue el momento de ir a las urnas, dudo que sigan pensando igual. Cada cual está en el derecho de manifestarse libremente. De momento a esperar y a respetarse de “parte y parte”, que es una bonita forma de darse a conocer.


Celestino González Herreros
http://www.celestino gh.blogspot.com

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