13/7/08

Contigo en la distancia de los recuerdos


VENEZUELA aparece hoy en el escenario Internacional sin ocultar la rea­lidad del momento crítico que atraviesa, pagando el precio de una crisis igual a la que su­fren otros países del mundo, en lo social, económico, político, etc. Todos los añadidos que quieran ponerle. Pero es un Pueblo que suena fuerte aún y con imperativos en el co­razón del canario agradecido, y que no debe faltar con su desprendimiento humano que le enaltece como hombre, cuando llega a reconocer " que fue la esperanza" de muchos de noso­tros. No sabíamos a dónde mirar buscando la salida del agobiante laberinto de aquella época de recortadas posibilidades y escasas opciones para un sector social determinado; hoy todo es distinto. Aquí no había qué hacer, esto era desolador y triste y Canarias quería Vida y Progreso. La situación económica fue tan difícil y estaba tan ennegrecida, que hubo gente, bastantes, que tuvieron que salir fuera a buscar las ayudas pertinentes que les permitieran poder subsistir. Le duela a quien le duela, por que ya lo tuvieran olvidado. Yo viví esos momentos y a pesar de mi corta edad de entonces, lo recuerdo perfectamente. Y sin necesitarlo tanto, ya que mi familia se defendía bien, íbamos escapando, como se suele decir. Mas, por dignidad personal (mi padre trabajaba mucho y era él sólo para todos nosotros) y por considerarlo justo me enrolé en aquel éxodo de aventureros y sin una preparación básica, en lo que a mí se refiere. Sólo con el coraje y con la esperanza de que Dios me ayudara... Íbamos a pasar por lo que fuera y a dejar la vida, como la han dejado tantos, si fuera necesario. Pero por suerte estoy aquí para poder contarlo, y tengo mucho que decir ya que callarlo sería de mi parte despreciar mis propias vivencias, a parte de rayar en la cobardía.

Es básico para comprender a ese país y su gente, antes que nada, reconocer lo que ha representado durante tantísimos años para nosotros y viceversa, que algo y mucho les hemos dejado, pero nos lo han pagado con creces ofreciéndonos sus patios y terrazas, podemos decirlo así, tan llanamente. Nosotros los canarios para el venezolano somos una excepción y nos identificamos mutuamente sin el menor esfuerzo, además con ganas, ellos quieren imitarnos y nosotros a ellos. Es que somos así y no dudo que lo que digo no les guste a otras personas, tanta entrega, tanta coba y querer imitarles... Ya dije antes, hay que reconocer lo que representaron para nosotros, para muchísimas familias de estas Islas, dándonos una mano cuando al borde de la desesperación nadie nos podía ayudar y máxime si te veías allá sólo, sin trabajo ni un techo donde dormir... Quien no haya pasado por todo eso y mucho más, no tiene una base con fundamentos para molestarse por lo que yo pueda decir. Seguro que si le pregunta a algún familiar o amigo que haya estado fuera de casita, por esos lugares... les iba a decir, que no he dicho nada, o he dicho muy poco. Cada año, aquí me entero del fallecimiento de buenos amigos ausentes y no son todos los que no vienen porque no les alcanza para pagarse el viaje, son muchísimos los que lo desean y no pueden. Eso sí, ¿pero, qué me dicen de aquellos que sí viven en la abundancia y en lujosas quintas?.. Esos echaron raíces allá, digo esto para reseñar que se adaptaron plácidamente al medio social de aquel país, sin recelos ni temores, y que hoy disfrutan viendo a sus hijos y nietos destacándose con estupendas carreras universitarias, buenos puestos de trabajo y muchos de ellos con más familiares allá que aquí. Venezuela no les defraudó, les dio la oportunidad y hoy comparten entre sí el trabajo, los problemas sociales, económicos y todo lo demás. No hay razón para que no sea así y la gente que vive allá tienen la certeza de que las cosas se arreglarán, yo creo que si, es lo que deseamos todos los que entendemos sus necesidades como las propias nuestras y sabemos esperar, dándole al martillo sin cesar y mirando siempre adelante, el campesino en el campo, cada cual en sus puestos, a ver si las cosas cambian para el bien de todos... Lo que es indignante es que unos pocos, los que no saben de estas cosas, se pasen el tiempo quitándole valor a tantos países que nos acogieron; porque dicen que son pobres, que no dan nada... Y que algunos de esos ingratos hayan hecho las fortunas que hoy tienen trayéndose el dinero de allá. ¡Sin comentarios! Y lo que me callo, ¿verdad que sí, paisano? Mejor es que recuerden y los que no sepan pregunten a algún pariente lejano que haya cruzado el charco para buscarse la vida por necesidad...

También nuestras Islas evolucionan, claro que somos más pobres que ellos... ¿Se imaginan si tuviéramos alguna riqueza más que el Turismos y nuestro envidiable clima?, yo pienso que sería peor, invadidos, desposeídos, apartados y diferenciados... Allá, que tienen el petróleo y muchas riquezas más, claro que demandan sacrificios incalculables, ocurre algo parecido. Son suelos atractivos y sugerentes, que al final los hijos del lugar tienen que plantearse la disyuntiva de frenar los abusos y atropellos enmascarados muchas veces en las libertades que se les ofrecen o que se las toman. Por esa y tantas razones estamos luchando y luchan ellos allá. Somos conscientes que de no hacerlo así, nuestros nietos serán los que laven los cacharros del banquete final y ellos siempre serían los adelantados. Hoy todo es distinto y cada uno sabe lo que quiere y cómo conseguirlo, sólo hay que cambiar la conciencia de los hombres y señalarles el camino. Confiemos en nuestras instituciones sociales y políticas y démosle un margen de confianza a la hora de discernir o vaticinar nuestro futuro, nuestras leales fuerzas serán de mucha ayuda y la participación de todos por igual en la construcción de nuestra fortaleza social. Inspiremos nuestros esfuerzos en la lucha titánica que libran otros pueblos...

Con estos pensamientos estaba viendo un álbum de fotografías traídas de allá, en verdad que uno cambia, entonces todo era ilusión que anulaba al cansancio, esperanza diáfana, se podía leer en el semblante, teníamos fe en el futuro... Y han sucedido tantas cosas desde entonces, distintas a las que pensábamos, para muchos la fantasía se ha roto en mil pedazos, hallándose sus motivaciones a la deriva, sin perspectivas y desolados después de tantos esfuerzos y sacrificios, vencidos... Otros jamás soñaron en lograr los objetivos alcanzados, empezando desde abajo y pasando ese largo camino con dignidad y conducta ejemplar... Son los menos, pero les he visto llegar a sus encumbradas cimas con ese aplomo de la responsabilidad y el preclaro respeto que siempre sintieron hacia los demás donde quiera que estuvieren. Esos nunca olvidan y sí valoran todos los elementos que forjaron al valeroso espíritu que les acompaña y cuentan su historia tal y como empezó...

Puerto de la Cruz, a 15 de junio de 1993
Publicado en el Periódico El DIA: 16.07.93

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