15/7/12

EL GRAN PODER DE DIOS SIEMPRE ESTÁ PRESENTE

EN NUESTRAS VIDAS

Ya tenemos las fiestas en honor del Gran Poder de Dios, la Santísima Virgen del Carmen y San Telmo; e, innegablemente, se siente en el ambiente algo distinto, es como un soplo melancólico que refresca y acaricia los sentidos y en uno mismo cambian las formas y el proceder.

Como cada año por estas fechas, se ejecutan los pertinentes preparativos, siempre con el afán de que este año 2012 sea más lúcido que los anteriores, pese a tantos recortes sufridos, que, como quiera que sea, el humor no es el mismo y las circunstancias son otras. Pese a ello, izamos la bandera con el entusiasmo de siempre, y viéndola hondear en el aire salitroso de nuestro litoral, pareciera que nos insuflara esos ánimos que tanto necesitamos actualmente.

Tenemos que acompañar a nuestro “Viejito”, el Señor del Gran Poder de Dios, por las calles de su pueblo y la grata presencia siempre de Nuestra Señora la Virgen del Carmen y su fiel acompañante, San Telmo.

Como es tradicional, no se habla de otra cosa, como queriendo olvidar las distintas crisis que nos acosan, la económica y la política, para ver si logramos mitigar en lo posible los serios problemas que padecemos por los factores que ya todos conocemos.

Es posible que, con la presencia de esas veneradas imágenes religiosas, despierte en nosotros aquel cristiano sentimiento que tan celosamente guardamos como el más preciado tesoro para las difíciles ocasiones; y con gran sentido de responsabilidad y la mayor dosis de sentido común, unamos conceptos y nuestras mejores disposiciones y hallemos soluciones importantes, como es nuestra solidaridad, un empeño conjunto que nos permita luchar contra tantos inconvenientes. Y con la ayuda misericordiosa de Dios y la Virgen lleguemos a entendernos mejor, sin egoísmos partidistas, luchando como si fuéramos un solo hombre, y ganemos conjuntamente la batalla de nuestro infortunio y vivamos más ilusionados; acompañados de nuestra inquebrantable fe seamos capaces, también, de acabar con nuestros temores, dejando las dentadas políticas para los perros, que es como únicamente saben defenderse. Nosotros usamos la razón como invencible arma y podemos caminar juntos con optimismo, buscando un futuro mejor para nuestros descendientes, para que, por lo menos, nos recuerden con orgullo y cariño.

En todo momento debemos suponer que, como cada año por estas mismas fechas, tan esperadas y necesarias, en nuestra ciudad, nuestras veneradas imágenes van a darnos buenas dosis de paz. Es cierto que cosas ineludibles han surgido, no digamos de improviso, por que se las veía venir; contratiempos lamentables. Ni yo mismo sabría calibrar el daño que sufrimos, aún sin definirlo por su dramatismo. Sentimos que estamos más desamparados que nunca, al borde de la desesperación, si las causas que generan tanta inquietud no son definitivamente detenidas.

De más está recordar que crisis peores hemos vencido. Esta tiene el descarado agravante de la corrupción, pero, así y todo, a buen número los veremos sentados en el banquillo, si la Justicia juega el papel que le corresponde y es implacable con nuestros verdaderos enemigos y culpables de tanta desazón social y tanta miseria.

¿Por qué, siempre en el mes de julio de cada año, nuestras oraciones son tan necesarias? Se van acumulando los problemas, todo va envejeciendo, hasta nosotros mismos; si un pequeño problema no se corrige a tiempo, luego será mucho más difícil enmendarlo. Lo peor es la pretensión de querer ahogarnos, y con los peores métodos antihumanos, para tener el camino libre y que puedan continuar.

Que Dios nos ayude a salir de esta, que si nos desampara, ¿qué sería de nosotros?

Celestino González Herreros

http://www.celestinogh.blogspot.com

celestinogh@teleline.es

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