25/11/11

EL VERTIGO DE LAS ALTURAS…

En el lugar donde me hallo, a cierta altura, tengo frente a mí una enorme franja de mar y el horizonte presenta mitad con cielo claro y el resto, una cortina gris oscuro que anuncia una descarga de agua que se aproxima vertiginosamente… Ya están cayendo las primeras gotas, la lluvia no se hizo esperar.

Cómodamente sentado dentro del coche, mientras espero a un familiar, mato el tiempo escribiendo lo que se me ocurra, no tengo predilección alguna y si, ganas de aprovechar este silencio tan inspirador…

Súbitamente, mi mente se fue poblando de gratas visiones. Después de la tempestad el velo de la lluvia, al cesar, maquinalmente imaginé, en esa bella franja de mar, la presencia de varios barcos de distintos tamaños y motonaves, cruzándola en distintos sentidos, de ida y vuelta, algunos activando sus acústicas bocinas, acercándose al nuevo muelle pesquero, deportivo y comercial en Puerto de la Cruz. Unos entrando, otros partiendo hacia alta mar. Y varios veleros de recreo maniobrando.

De ser cierto y no un sueño, ya estuviéramos ganando todos, sin excepción alguna. Todo sería diferente. Imaginémonos la actividad generalizada en nuestro Norte de Tenerife, dándole trabajo “nuevamente” a quienes lo necesiten; los Comercios llenos de gentes, los Restaurantes, las Plazas y terrazas, los distintos lugares de ocio, etc. Todos íbamos a ganar con ello y en todos los aspectos. Volveríamos a recuperar la ilusión perdida y a ser lo que fuimos y, por supuesto, más sensatos también. El dinero volvería a rodar y a inspirarnos aquellas perspectivas emprendedoras y hasta volveríamos a sonreír como antes…

Ya se que es una utopía, aunque pudiera ser una realidad, de haber voluntad política y solidaridad, afán de superación compartido, sin dejarnos llevar por la cochina envidia y la falta de sentido común.

Tantos años esperando es lamentable. Mientras, por doquiera, realizan obras salomónicas que nada tienen que ver con nosotros. Dineros a mansalva y para nuestro necesario muelle, nada de nada. Es evidente que no ha habido buena voluntad, al menos hasta hoy día.

Lo triste es que no comprendan que si progresa el Norte, aquí habrá trabajo suficiente, sin necesidad de tener que ir a buscarlo fuera de nuestras islas y nuestros jóvenes estudiarían más incentivados cerca de los suyos y viendo más radiante ese horizonte que tienen enfrente, al alcance de la mano y con grandes perspectivas.

Nuestras islas necesitan unirse, comunicarse por mar, así como lo estamos por aire. Nos sentiríamos más independientes y a la vez, más unidos, cosa tan necesaria y urgente. Seríamos más grandes y poderosos, habremos logrado ese abrazo indispensable para culminar nuestro progreso ante la Europa Comunitaria. Sería como construir una poderosa plataforma en medio del Océano, donde ofrecer trabajo, tranquilidad ciudadana e incentivos distintos para los grandes y pequeños emprendedores de ideas y puestos de trabajo. Un edén en mitad del Atlántico, una Plataforma ambiciosa, y a la vez, una posible realidad.

Celestino González Herreros

http://www.celestinogh.blogspot.com

celestinogh@teleline.es

No hay comentarios: