Escuchar al subconsciente fue mi acierto, no entendía nada hasta entonces, todas esas cosas que van sucediendo a nuestro alrededor y a las que, muchas de ellas, no les hallamos sentido. Confuso atravesé el umbral de mis dudas dejando atrás lo incomprensible, lo vago... ¡Todo era trivial, insustancial, hueco y sin dimensión alguna!
Al escuchar esa voz interior, como salida desde la tumba de mi conciencia, detuve con suerte la marcha de tantas y estériles meditaciones para fijar mi atención al hacer un detenido análisis de todo aquello que me estaba ocurriendo. Y oí los consejos implacables de mi atribulada razón, había que elegir otro camino ya que, por el que iba no hallaría la salida, estaba viviendo un laberinto emocional, estaba atrapado y hubiera sido definitivamente fatal seguir por esos derroteros.
Desde entonces he alimentado la esperanza de haber sabido elegir por donde voy, y me consuela decir que soy feliz en gran medida, aún reconociendo que nadie es feliz del todo. Veo muy lejos de mí aquellos momentos de desazón y desconsuelos, de aquel aislamiento obligado, como si estuviera incomunicado e interponiéndose otra voluntad que no era la mía, entre la realidad y el miedo.
- Pero bueno, lo importante es que estás cambiadísimo, ¿quién iba a decírmelo? Si no lo veo no lo creo. Has vencido muchacho, te lo garantizo. No puede ser de otra forma, has logrado desterrar al enemigo infernal que tanto daño te hacía y que no respetó el terrible dolor que también causó a tus familiares y tantos buenos amigos que tienes. Ayer lo supe por tus padres y vine cuanto antes pude a verte. La verdad es que me alegro, ya sabes que yo les aprecio mucho y que te conozco desde cuando eras un mocoso...
Las amistades hay que saber escogerlas. Nadie es más tonto que aquel que se hace pasar por tonto, ese cae fácilmente. La calle está llena de “golfos", ¡si pudiéramos acabar con todos ellos! Luego, también están los “grandes", ocultos en sus lujosas madrigueras, tirando la piedra y escondiendo la mano. Aprovechándose de la parte débil de nuestra juventud desorientada, sin trabajo, ni perspectivas que les de la esperanza incentivadora a corto plazo que sea, de hallar la solución de sus más elementales aspiraciones, saber que serán atendidas (sin tantas demoras) sobre sus futuros, de alguna manera. No, no estoy justificando la conducta equivocada y lamentable de esos desalmados sin escrúpulos, que por un puñado de pesetas están asesinando a tantas criaturas cada día, eso nunca. Bueno sería buscar entre todos la solución a santísimos problemas que sufre la Sociedad y que no habrá Gobierno capaz de superarlos mientras no exista trabajo para todos y para las siguientes generaciones "cultura", desde el ceno de las familias, los colegios y las distintas Administraciones jurídicas, políticas y sociales. Es responsabilidad de todos, si no, nada positivo se conseguirá, la vida será un desastre.
- Pero bueno, esperemos que tú no vuelvas a caer, podría costarte la vida, tenlo siempre presente. Búscate una ocupación, y si no la hay la inventas. Lo importante es, que no vuelvas a las andadas, no caer en las redes del mal-
Como quien ve desenganchado el vagón, que se aleja con su inercia del fantástico tren de la vida, donde va el enemigo aterrador de la droga y se aleja, en sentido opuesto, como una pesadilla; y para siempre...
Al escuchar esa voz interior, como salida desde la tumba de mi conciencia, detuve con suerte la marcha de tantas y estériles meditaciones para fijar mi atención al hacer un detenido análisis de todo aquello que me estaba ocurriendo. Y oí los consejos implacables de mi atribulada razón, había que elegir otro camino ya que, por el que iba no hallaría la salida, estaba viviendo un laberinto emocional, estaba atrapado y hubiera sido definitivamente fatal seguir por esos derroteros.
Desde entonces he alimentado la esperanza de haber sabido elegir por donde voy, y me consuela decir que soy feliz en gran medida, aún reconociendo que nadie es feliz del todo. Veo muy lejos de mí aquellos momentos de desazón y desconsuelos, de aquel aislamiento obligado, como si estuviera incomunicado e interponiéndose otra voluntad que no era la mía, entre la realidad y el miedo.
- Pero bueno, lo importante es que estás cambiadísimo, ¿quién iba a decírmelo? Si no lo veo no lo creo. Has vencido muchacho, te lo garantizo. No puede ser de otra forma, has logrado desterrar al enemigo infernal que tanto daño te hacía y que no respetó el terrible dolor que también causó a tus familiares y tantos buenos amigos que tienes. Ayer lo supe por tus padres y vine cuanto antes pude a verte. La verdad es que me alegro, ya sabes que yo les aprecio mucho y que te conozco desde cuando eras un mocoso...
Las amistades hay que saber escogerlas. Nadie es más tonto que aquel que se hace pasar por tonto, ese cae fácilmente. La calle está llena de “golfos", ¡si pudiéramos acabar con todos ellos! Luego, también están los “grandes", ocultos en sus lujosas madrigueras, tirando la piedra y escondiendo la mano. Aprovechándose de la parte débil de nuestra juventud desorientada, sin trabajo, ni perspectivas que les de la esperanza incentivadora a corto plazo que sea, de hallar la solución de sus más elementales aspiraciones, saber que serán atendidas (sin tantas demoras) sobre sus futuros, de alguna manera. No, no estoy justificando la conducta equivocada y lamentable de esos desalmados sin escrúpulos, que por un puñado de pesetas están asesinando a tantas criaturas cada día, eso nunca. Bueno sería buscar entre todos la solución a santísimos problemas que sufre la Sociedad y que no habrá Gobierno capaz de superarlos mientras no exista trabajo para todos y para las siguientes generaciones "cultura", desde el ceno de las familias, los colegios y las distintas Administraciones jurídicas, políticas y sociales. Es responsabilidad de todos, si no, nada positivo se conseguirá, la vida será un desastre.
- Pero bueno, esperemos que tú no vuelvas a caer, podría costarte la vida, tenlo siempre presente. Búscate una ocupación, y si no la hay la inventas. Lo importante es, que no vuelvas a las andadas, no caer en las redes del mal-
Como quien ve desenganchado el vagón, que se aleja con su inercia del fantástico tren de la vida, donde va el enemigo aterrador de la droga y se aleja, en sentido opuesto, como una pesadilla; y para siempre...
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