4/12/08

Las tinieblas de los pueblos es generada por su incultura

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¿Qué hay que hacer para conseguir que nuestra sociedad se sensibilice un poco más, hasta el punto de llegar a sentir un mínimo de interés por todo aquello que pueda enriquecer sus atributos culturales, en el caso de aquellos que infravaloran cuanto está a su alcance en ese sentido? La Cultura es la base fundamental que refuerza todo conocimiento, y nos informa cada vez más, que nos condiciona a seguir mejorándonos intelectualmente. No estoy diciendo nada nuevo, pero sí, recordando lo que ya sabemos al respecto.

¿Qué hay que hacer, se preguntarán muchos eruditos en la materia para conseguir despertar ese interés tan indispensable en esas personas?..

Para el profano, el que no entiende el valor y lo necesario de la cultura, hay que ambientarle, es necesario ayudarle a dar los primeros pasos en ese mundo nuevo para el.

Los medios especiales encargados del asunto son, los llamados a allanar los caminos del iniciado, limando las asperezas sociológicas y facilitándoles la entrada mesuradamente sin enfrentarle a los molestos obstáculos que le retan.

En las bibliotecas, salones de actos culturales, conferencias, presentaciones poéticas literarias, exposiciones de pintura, arquitectura, música, etc., se observa reiteradamente la ausencia de gente nueva y es por que "probablemente" esa mano alargada y fiel que les atraiga y les inspire afectividad para el consiguiente acercamiento, lamentablemente no les llega. Me he percatado de ello, de que algo temen, o bien de caer en el ridículo por no entender lo suficiente; o también por no saber definirse al respecto para formar un juicio de lo que ven u oyen. Piensan, en su mayoría, de que la cultura -escrito con letras mayúsculas- es sólo privilegio de una minoría selecta, nada hay más lejos de la verdad. La Cultura es un bien natural perfeccionado por el hombre y nos pertenece a todos por igual, sólo que en el principio de la vida de muchos no hubo la misma oportunidad y como contra partida, aún más negativa, tampoco hubo el interés en ellos ni la influencia en el ceno familiar, de las sanas costumbres y el uso cotidiano, del tipo de educación y todo eso, que se refleja luego en las distintas conductas de los hombres y sus aficiones. Por todo lo expuesto, desde mi humilde punto de vista, creo que es necesario ensanchar aún más la puerta de entrada de ese lugar donde se desarrollan los actos culturales. Trataré de explicarme mejor. No esperar que la montaña venga hacia nosotros, estamos obligados a ir hacia ella, para iniciar los contactos primeros... La cultura no es para unos cuantos solamente, que hasta se creen diferentes a los demás. Y un acto cultural es algo tan serio que no bebiéramos permitir que esa abundante riqueza de conocimientos, buena voluntad y creatividad, se pierda y no deje ni huella su presencia...
Cuando paso por "algunas" bibliotecas públicas lo veo claramente, ese caudal inmenso de cultura no se descuelga de sus aburridas posturas, por que la mano amiga no llega...

En los Conciertos, no digo que necesariamente han de ser de música clásica, lo importante en sí es, oír la música y buscar en ella su esencia, el fondo de la misma en su melodía y su leyenda literaria. Buscar lo que en esos momentos necesitamos, poniendo de nuestra parte, todos los sentidos y por supuesto, también el alma. El mensaje llega; y es grato sentir el calor de la compañía viendo a nuestro alrededor un nutrido público que igualmente disfruta del instante, sentir que hay comunicación. Y somos más que ayer los que necesitamos esos vínculos de solidaridad para entender mejor nuestras necesidades espirituales. El atractivo primordial radica en el hecho de estar juntos, mirando al mismo objeto o buscando en nuestros escasos horizontes la esperanzada luz de tanta sabiduría.

He visto Salas de Exposiciones de Arte completamente vacías y he sentido correr por mis venas ese frío molesto de las decepciones, de ese antro que nos cuesta, a nosotros mismos, resalirnos de el, para expulsar el malestar que nos produce.
Como si tuvieran miedo de acercarse a "descubrir" tal dimensión poética de la vida, que es la pintura, por ejemplo, motivos algunos que nos invitan a participar en el ilusionado sueño de su atracción caminando por sus rincones, silenciosos o alegres aledaños de los floridos paisajes. "Adentrarnos en el cuadro", que es como se suele decir, escuchando la melodía del agua que cae en cascada como un sueño azul de sensibles connotaciones que transparentan el tul agitado de sus aguas y traslucen las pizarras de sus lisas paredes en el trasfondo humedecidas. Cada uno de los cuadros dice algo distinto, hay mil leyendas que nos hablan de amor y ternuras, otras dicen en sus sombríos caminos ecos del llanto apagado que se desformó con el tiempo y que asoma cada vez que hay un intento de acercamiento... Cada obra está inspirada desde el recogimiento y el callado sentimiento del artista, que se duele al ver solos, entre tanto silencio, abandonados sobre la reducida mesilla de la esquina, los catálogos de la presentación esperando el gesto ávido y emocionado de la mano sensible, para ilustrarse debidamente y conocer los motivos artísticos presentes, y si la muestra es colectiva, a los artífices de la misma.

Y un recital poético... Recuerdo uno de ellos, que era de risa, sólo estaban presentes los propios vates. Aquello parecía un "duelo sin muerto".

Resumiendo, es una triste gracia tener que aceptar estas situaciones como cosas normales, por que no debe ser así ni es normal que, a un pueblo no se le instruya debidamente agotando todos los esfuerzos hasta hacerle palpar y probar, las delicias que la cultura depara. Es un bien necesario para todos, para los pueblos, a los que hay que dedicar tiempo y amor hasta el sacrificio si fuera necesario. "No se trata de dinero", al margen de los presupuestos económicos, etc. Voluntad de hacer algo nuevo, si, de hacer más con los mismos esfuerzos, eso es lo que hace falta. Otros intervienen desinteresadamente, sin esperar recompensas, sólo dejar en los surcos abiertos la semilla amorosa de la comprensión y el respeto hacia los sentimientos humanos y el orden interpretativo de las cosas bellas y justas de la creación del hombre. Semilla que, verla brotar ya germinada, algún día, debe suponer la mejor recompensa a la que pueda aspirar alguien de su propia vida.

Yo he tenido ocasión últimamente, de observar conductas diversas en responsables del área de cultura de algunos municipios de nuestra geografía isleña, y he sacado mis conclusiones, es más, podría citar a algunos ediles, muy pocos, por cierto, pero sí hay algunos que se lo toman muy en serio y valientemente el delicado trabajo que se les ha asignado. Y no es que lo diga yo por mi sano gusto, se ve en las Salas de Exposiciones, Conciertos de todo tipo de música (desde la clásica hasta la más popular, la que tanto llama y atrae) Y ello emociona, entusiasma, el artista o el genio, como quieran llamarles, no se siente tan solo, la concurrencia le anima a seguir en la brecha, abriendo otros surcos ilusionadamente en el árido mundo que nos ha tocado vivir. Y ese ambiente entusiasmado es producto del interés que pongan en ello las distintas Concejalías de cultura. ¡Ay!, que se pongan la mano en el pecho y reconozcan la verdad que les digo. Sin la participación tremendamente seria de sus esfuerzos, no es posible el éxito en lo que se pretenda hacer. Razón por la cual, antes de concluir, permítanme "felicitar" a más de uno y una, por hacer bien su trabajo desde sus respectivos Ayuntamientos, que con más dinero no lo habrían hecho mejor. Las iniciativas propias dan el impulso creador a la imaginación y si se trabaja con ella y el corazón, esos sueños se realizan y dejan huellas imborrables en los pueblos y el corazón de su gente.


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