8/8/12

DESDE LA ASOCIACIÓN DE VECINOS

SAN FELIPE – EL TEJAR

A veces, cuando escribimos, nos gusta improvisar, pero sin fundamentos importantes, pasar el tiempo y agilizar la mente. Claro, siempre no es así, ocurre que las ideas se aglutinan y los pensamientos se bifurcan y en su diversidad siguen caminos distintos y al unísono desembocan en el blanco papel buscando la digna atención de los lectores.

Como he dado a entender, tengo en mente varios temas que dilucidar. Sin ánimo de atosigar o exigir, sólo comentar a quienes corresponda y con la más humilde de las intenciones, cuantas observaciones requieren un parecer.

En estos momentos estoy de visita en la Asociación de Vecinos de San Felipe – El Tejar y aprovecho la tranquilidad que reina en este acogedor lugar, entre amigos y conocidos, entre gentes tranquilas y sencillas, cada cual en lo suyo, para manifestarme libremente y con todo el aplomo que las circunstancias aconsejan en consideración, ante todo, de nuestra AAVV y de nuestra ciudad en particular. Lo mío es hacer un borrador para darle publicidad a su elemental contenido, a ver si tenemos suerte con los ruegos siguientes:

Los responsables del orden y embellecimiento de El Tejar – San Felipe, ¿suelen inspeccionar el lugar para luego tomar notas de las deficiencias, mal uso, etc., que vayan hallando y las trasladen, asimismo, a sus respectivos despachos en nuestro Ayuntamiento, para proceder en consecuencia? Como es el caso del alumbrado público en toda nuestra zona; los lugares ajardinados; desprendimiento de losetas; bloques de cemento desprendidos; y más. Respecto a la higiene y salud pública, excrementos y orinadas de los perros, no sólo los abandonados, principalmente los que llevan sus dueños para que ensucien a su antojo y aunque muchos recojan para las papeleras y dejen allí el mal oliente tufito días enteros, atrás dejan las molestas meadas como caldo de cultivo para pulgas, moscas y malos olores. Perros que deambulan sin bozal, ni van sujetos con la correspondiente correa. A la vista están esas anomalías, si tienen intención de verlas, vénganse para estos lugares, pero cuidado donde pisan… Me evitarían seguir escribiendo para luego poder publicar esas irregularidades, desperfectos que lejos de beneficiarnos desvirtúan nuestra imagen cívica. Mala propaganda haría a nuestra emblemática y querida ciudad turística. Que mejor sería destacar sus excelencias naturales y también el fruto del trabajo realizado por nuestros representantes consistoriales.

Todos estamos obligados a contribuir al embellecimiento y conservación de nuestro patrimonio local y las mejoras hechas, con o sin dificultades económicas, pero si, con la mejor de las voluntades, aquí en Puerto de la Cruz como en cualquier otro municipio, unos mejores que otros. Pero los que se han preocupado en ordenar los asuntos inherentes de sus Ayuntamiento, hay que decirlo, han contribuido honrosamente con su ejemplo al engrandecimiento de nuestra historia insular. Así pues, no digo más, mis palabras sobran, ahora faltan los hechos que esos también están al alcance de todos nosotros.

Luchemos por una ciudad más limpia y acogedora, que en el caso de Puerto de la Cruz, no haya necesidad de recordarlo más. Que las Ordenanzas municipales son para cumplirlas y en su defecto hacerlas respetar. Una ciudad como la nuestra, no necesita tanto los dineros – que mucho se agradecería -– sino antes, una razonable dosis de civismo y educación, predicar con el ejemplo y luchar por un horizonte más diáfano y atractivo. El dinero lo agenciaremos nosotros con el trabajo, pero para que haya trabajo hay que generar confianza el ánimo de los capitalistas o inversores, que son los que dan ese trabajo y crean riquezas.

El Puerto de la Cruz necesita más control ciudadano, vigilancia en las calles y lugares de ocio, vigilar a los expendedores de bebidas alcohólicas y expendeduría de toda clase de drogas… Limpieza y luz en las calles, mantener y cuidar lo que tenemos, calles, plazas públicas y jardines. Sentirnos más orgullosos y agradecidos del favor que nos hizo la Naturaleza dándonos lo que tantos otros desean para sentirse felices. Sólo nos falta un presente más alentador y un futuro más ambicioso y prometedor.

Celestino González Herreros

http://www.celestinogh.blogspot.com

celestinogh@teleline.es

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