2/10/11

LA EVIDENTE REALIDAD DEL DIARIO ACONTECER PORTUENSE

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De algo hay que hablar y si no, se inventa, que eso es más fácil. Y además, para hablar siempre de lo mismo, mejor dejamos la fiesta en paz.

Tuve la necesidad de sacar el coche para hacer varias diligencias y no las hice andando por el tremendo calor que hemos sufrido estos últimos días. Resumiendo, no saben las vueltas que tuve que dar hasta conseguir que una buena persona saliera y aproveché. Ahora bien, que no encuentre el coche cuando vaya a buscarlo, esa es otra… No por temor a los cacos, es por la grúa consistorial y su “acompañante municipal” de quien menos me fío.

Pera aparcar, mientras buscaba sitio, llegue a desesperarme, todos los espacios estaban cubiertos, ni un cachito “pa” mí. Reservados por doquiera. Garajes, container de basura y otros desperdicios para reciclajes, discos por obras, vados sin coches, etc., hace más dramático el asunto. Para más inri, los coches de alquiler, los municipales y judiciales, vallas por obras, edificios oficiales, por socavones, cruz roja, inválidos, etc. Por añadidura, pensemos, cuántas personas del Valle entero y municipios limítrofes, de todo el norte, de nuestra isla, vienen a disfrutar de nuestras playas (da igual en el estado que se encuentren, es lo único que tenemos, pero algo es algo), nuestro clima y el ambiente sano que aquí se respira.

Ya en Puerto de la Cruz no caben los coches y siendo así, el comercio sufre, las urgencias sanitarias y policías, repartos de mercancías, recogidas de basuras, bomberos, etc. Y no dejemos escapar la necesidad de contentar a nuestros turistas, para que estén contentos… El paseo y distracción de los mismos. El alumnado infantil que tiene que volver después del almuerzo, otra vez al colegio, pasando la guagua que los transporta, cada momento, coches mal aparcados en las mismas esquinas de las calles. El espacio tan corto para vehículos tan largos. ¡El tiempo!.. Cuánto deben sufrir esos chóferes, para que, al fin lograr, pese a tantos inconvenientes, a tantas criaturas con desesperadas ganas de comer, por aquello de la hora; y que comer han de hacerlo corriendo sentados en la mesa, porque otra vez la guagua espera… ¡O no espera!

Nada de lo dicho es inventado, me he extendido por que es cierto y sabido de todos.

Ahora bien, ¿cuál es una de las prioridades a las que deben enfrentarse “nuestros políticos”, dadas las circunstancias? Pienso, modestamente, pero muy convencido, que una de nuestras necesidades, es estudiar y trabajar en ello, sin demoras, claro está, sobre la acuciante necesidad de proveer a nuestra ciudad de apartamentos para tantos vehículos de tracción mecánica; y sin excusas ni paliativos, sobre las entradas y salidas de tantos coches y guaguas que van y vienen sin cesar y los semáforos en el casco urbano, hay algunos que demoran en cambiar sus luces hasta cinco y seis minutos. Eso es desesperante, máxime cuando tenemos que aguantar parados y el motor prendido, sin ver que haya coche alguno circulando.

En estos momentos me acaba de venir a la mente, y antes que se me olvide, ¿por qué no hay guaguas interurbanas comunicando con Puerto de la Cruz y La Orotava, desde las Urbanizaciones periféricas, como puede ser La Paz, El Durazno, etc.?Todos los alumnos que diariamente tienen que acudir a los distintos Colegios e Institutos, en ambos municipios, se ven obligados a ir y venir caminando (muchos de ellos ya con edad para acudir a las urnas) y cuando llegan a clase sólo tiene ganas de dormir. ¿Por qué no hay más sensibilidad ciudadana y se repasa la posibilidad de abordar este triste problema? Para nuestros jóvenes y también para tantas personas adultas que claman por ese favor. Por supuesto, para ello debe haber mucha voluntad política. Los padres, aunque tuvieran coche propio, están obligados a cumplir con sus horarios laborales; y no olvidemos que, para subsanar y evitar estas situaciones, alguien debiera interesarse en actuar. Miren que caminan esos agobiados muchachos para cada día llegar puntuales a clase. Además, a mí, personalmente, me han comentado algunos extranjeros, de que estas situaciones son incomprensibles, habiendo medios eso se llama desidia, despreocupación por el futuro de una ciudad tan importante como lo es y siempre lo será, nuestro querido Puerto de la Cruz. Y añaden, que ellos no son jovencitos, pero son viejos que ni pueden ya conducir un coche, por lo avanzada de la edad y sería muy bueno que pudieran bajar en guagua hasta la ciudad, por ejemplo, a comprar en sus acogedoras tiendas las distintas cosas que diariamente necesitan y luego volver a casa en guagua y descansar luego.


Celestino González Herreros

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