15/6/13

LOS CRUELES FANTASMAS DE LOS CELOS






Como un barco a la deriva, sin rumbo fijo, ahí va ese, caminando absorto y sin hablar con nadie. Absorto con sus pensamientos, en silencio y sin detener sus pasos. Quien le ve en esas condiciones bien podría pensar que va alguna parte, pero no sabe cual, sin una meta determinada. Anda con la mirada fija en el suelo, cabizbajo y frío como un penitente. Se le suele ver pasar por el lugar algunas veces, luego se ausenta por largo tiempo y nadie sabe donde está.

Hace unos días sufrió una caída al pasar cerca de mí y corrí a socorrerle. Cuando le ofrecí mi mano me la rechazó sin decir palabra y con la mirada a la defensiva hizo un gran esfuerzo para incorporarse sin poder conseguirlo por su cuenta propia. Insistí y logramos que se pusiera en pié, mas, sin agradecer mi gesto humanitario se echó andar, pero alcanzó a dar sólo unos pasos y volví ayudarle para que se sentara un rato a ver qué le impedía caminar normalmente. Sólo sufría un par de ligeras contusiones y una posible luxación de tobillo aunque muy molesta.

Como estábamos solos acerté a decirle: ¿Qué ruta lleva señor? Tengo el coche cerca – insistí-, ¿quiere que le lleve algún lugar?


El hombre, un tanto nervioso y con mirada de desconfianza, inquirió: ¡No tengo ganas de hablar, preferiría estar solo, pero comprendo que necesito que alguien me ayude, aunque sólo sea escuchándome y así descargo mi pena y ordeno mis ideas!.. He perdido el amor de mi vida por no saberlo cuidar, por no fiarme de ella, por creer que me engañaba con otro; y después de roto mi corazón me he convencido que los celos me traicionaban y sólo veía los fantasmas del adulterio que casi me vuelven loco. Ahora le busco en vano, le deseo más que nunca, pero infructuosamente, como si la tierra se la hubiera tragado ha desaparecido y así no puedo seguir viviendo. Tengo su voz dentro de mi cabeza, la estoy oyendo continuamente, la llevo dentro de mí, pero no la veo, la llamo y no me responde, la busco y no le hallo…

Hombre, serénese un poco, cuando menos lo piense antes vendrá a verle y a perdonarle a pesar de haber desconfiado de ella y haberla hecho sufrir tanto. Ella habrá pensado que si desconfía es que su amor nunca fue sincero. Aunque eso es relativo. Pero así son las cosas del amor.

Lo mejor que debe hacer es que vuelva a su casa y trate de pensar en positivo, piense en lo que le digo. Ella puede que vuelva pronto y todo se arregle, pero eso si, no olvide nunca que con el amor no se juega ni se hacen experimentos. Las dudas son malas consejeras, extorsionan la razón y amargan los mejores sentimientos. Se sufre y se hace sufrir a cuántos nos rodean y dicen de nosotros los peores conceptos, máxime si son celos de amor.




Celestino González Herreros
       celestinogh31@gmail.com


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